El albor del día dibujaba la sombra de aquellos observadores momentáneos del cielo. Pasaban las diez de la mañana. Casi una decena de años antes de que Guor, se encontrara noche tras noche sentado en la cama a mitad de la lista de cosas que había hecho en el día. Es un hombre de buenos hábitos, sin embargo, eso no quitaba las miradas intermitentes hacia aquella Remington.
Cómo si encontrara una coherente razón para hacerla hablar y escupir plomo.
A veinte metros del suelo, estaban parados en lo que parecía ser una azotea, su mano izquierda recorría el largo del artefacto, buscando una perilla o algo similar.
Cualquiera podría haber afirmado que esas manos no sabían lo que hacían, hasta que encontraron lo que buscaban.
Con un ojo en el visor, como si estuviera viendo a través de cualquier otra cerradura, alcanzó a enfocar lo que intentaba presenciar en su ED127. Un telescopio fabricado hace ya años, pero que seguía cumpliendo su función.
El Gran Atractor
El Gran Atractor es un misterio de la astrofísica actual. Es el centro del supercúmulo Laniakea. El Gran Atractor es una anomalía que ejerce una fuerza gravitacional mayor de lo esperado, como resultado, el planeta Tierra no se está alejando tan rápido como podríamos esperar debido a la expansión de Hubble.
Como si nos estuviéramos acercando cada vez más al Gran Atractor.
Sin embargo, lo único que nos impide descubrir al Gran Atractor es que está ubicado en la zona de evitación (la Vía Láctea se interpone y nos bloquea la vista).
Mientras su escapulario metálico pareciera coquetear con el soporte del telescopio debido a las fuerzas magnéticas que había entre los dos objetos, el hombre acompañante del jóven Guor le dice que es imposible ver al Gran Atractor;
- Sin embargo- dice el hombre, explicándole a Guor, -Sabemos que está ahí debido a los movimientos de los cuerpos a su alrededor.
- ¡Como el supuesto Dios!, replicó Guor mientras permanecía con la postura inclinada de frente al telescopio.
Suerte del joven que nadie lo escuchó, de haber sido así, la primer fila de letras que entrarían en su oreja sería "sacrilegio".
El joven no se inmutaba.
Ni siquiera las campanadas. Estaban encima de una iglesia.
No había manera alguna de subir a la azotea.
...
Ésta era una estructura pensada para la defensa pero aprovechada para el ataque, en un principio se componía de tres hexágonos uno dentro de otro, creando dos pasillos y una plaza central cuyos propósitos eran conocidos.
Dentro del segundo hexágono se encontraba éstos dos personajes, encima de la iglesia, Guor y el hombre acompañante.
Segundo pasillo (entre el segundo y tercer hexágono)...
En este caminaban cuerpos desalineados sin un destino pero con un propósito, las luces parecían más brillantes de lo esperado, muchos teorizaban que se debía al SUCESO de hace ya varios inviernos.
Ramiro de 32 años, conjunto de ropa con tonalidades en grises y chamarra suspendida en su cuerpo.
Fue captado y fotografiado por un transeúnte (?), R (Ramiro) se encontraba vislumbrando el interior de lo que alguna vez fue una farmacia, sorprendido por esos colores llamativos y esa vivacidad. R también fue visto por un mirón
Los mirones son individuos con psique intacta, es común que un mirón sea un extranjero, o alguna persona que llegó después del SUCESO, por eso aún se mantienen cuerdos, al parecer.
Todos en la ciudad compartían la misma mirada grisácea e inanimada, excepto los mirones, estos tenían proporciones exageradas de cuerpos y balbuceaban, eran temidos por los habitantes.
La ciudad quedó destruida después del SUCESO, toneladas y toneladas de concreto apiladas formando una nube de polvo. No era de extrañarse que el segundo pasillo se vea afectado, pero esta vez fue diferente.
Esta vez fue diferente, había afectado lo intangible, haciendo a un lado lo carnal.
Esta vez fue diferente, había afectado lo que mantenía cuerdo a los habitantes.
Esta vez fue diferente, había afectado al psique.
Aquél mirón que miraba a R dejó una nota en el suelo
"812 111 9899, Lic. en Psicología, Guor. 1er pasillo segundo sector #21"
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Nuntium Duo
Mystery / ThrillerCreyente fiel de que las epifanías venían del valle de los estados de ataraxia. La minoría de sus intenciones daban la impresión de poseer una ligera inclinación por atraer al sexo opuesto, como cuándo dió un ligero brinco sin despegarse del suelo a...