Capítulo 1

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-No pienso ir.

-Venga, tía. Solamente es una fiesta.

-Que no, Laura. ¿Qué pinto yo allí?

Fran, mi mejor amigo, me observa desde la cama suplicándome con la mirada que cambie de opinión. Esta situación me supera. Escucho la respuesta de mi amiga a través del teléfono:

-Te puede servir para integrarte en nuevos grupos. ¿No decías que querías conocer nuevas personas? ¡Pues no dejes escapar la oportunidad!

-Pff..., está bien. Lo pensaré. Y ahora, necesito una ducha, así que mañana hablamos.

Puedo notar la sorpresa y la alegría en los ojos de mi amigo al escuchar mis últimas palabras. Pobre iluso.

-Perfecto, perfecto, perfecto. Ya me dirás lo que te vas a poner, envíame muchas fotos..., ¡quiero que me mantengas informada! -grita mi amiga entusiasmada desde el otro lado del teléfono-. Ah, se me olvidaba... si conoces algún chico guapo, no dudes en presentármelo.

Me puedo imaginar perfectamente la expresión de su cara ahora mismo. La conozco como si fuera mi propia hermana.

-Sí, claro, no te preocupes. Intentaré sacarte de la soltería, amiga.

-Eres la mejor, un besazo.

-Un beso.

Cuelgo el teléfono y, sin decir ni una palabra, me dirijo al armario para coger mi pijama.

-Necesito ir pensando lo que me voy a poner..., tengo que estar guapo para la ocasión -murmura mi amigo consigo mismo, asimilando que he aceptado la invitación a la fiesta.

-No necesitas ir pensando nada porque no vamos a ir a ninguna parte, Fran.

Su expresión cambia completamente, tiene el don de volverse dramático en cualquier situación. Debería plantearse ser actor.

-Pero, ¿no habías dicho hace un momento que iríamos? -me observa inquisitivamente, como si se hubiera llevado la mayor decepción de su vida-. No te entiendo Ale, de verdad que no te entiendo.

-Lo he dicho para que Laura dejara de insistirme. Y, además, he dicho que me lo pensaría. Sabes que en realidad no soy bien recibida.

-Pero, si te ha invitado, será por algo -apunta mi amigo mientras se recuesta en la cama como si estuviera rendido-. Además, no tienes que acercarte a ella para nada en toda la noche. Solo felicítale, ponle una falsa sonrisa y olvídate de que existe. Fácil. Sabes que es una oportunidad muy importante para mi, venga, por favor... ¡Necesitamos una fiesta entre tantos exámenes y trabajos! Piénsalo aunque sea.

Por un momento, me replanteo mi decisión. Puede que tenga razón. Puede que sea más sencillo de lo que pienso e incluso puede que nos lleguemos a divertir.

-Vale, tú ganas. Es probable que me lo piense -respondo mientras me meto en el baño-. Voy a ducharme. Mañana nos vemos en clase.

Mi amigo asiente desde la cama y su cara muestra una clara expresión de victoria. Cierro la puerta del baño y comienzo a desnudarme. ¿Invitarme a su fiesta de cumpleaños? ¿Qué sentido tiene? Nunca nos hemos llevado bien y yo no puedo volver a confiar en ella, otra vez no. Aún así, no puedo estar evitando siempre que estemos en el mismo lugar, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos en la misma residencia de estudiantes. Me meto en la ducha, dejo que el agua tibia me roce la piel y, mientras disfruto de la sensación, intento despejar mis ideas.

Salgo del baño 10 minutos después y no puedo evitar llevarme un susto al ver que había alguien en mi habitación: Fran aún no se había ido.

-¿Y bien? -pregunta esperanzador.

-Iremos.

EN LA 133Donde viven las historias. Descúbrelo ahora