Prólogo.

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Brenda Ross, una mujer que había sido condenada a cadena perpetua por cometer homicidio en tercer grado, derivada a una prisión de máxima seguridad en un lugar alejado de todo, un lugar en donde iban las personas con el alma impura y sin sentimientos, personas que no tenían ningún remordimiento alguno por sus actos.

En aquella prisión fría y poco conocida por la sociedad, Brenda encontró algo que ni ella esperaba encontrar, sintió algo que estaba guardado en su interior, intacto y sin tener conocimiento alguno de aquello, sin sacar máximo provecho de eso a que llaman sentimiento, ésta mujer no tenía conocimiento acerca de lo que llamaban "amor" pero una vez dentro, las cosas cambiaron drásticamente.

El "amor" que ella conocía no era el mismo que los demás conocían, ella no conocía lo que realmente era sentir aquello que muchos sentían y que muchos anhelaban sentir, pero todo dió un giro inesperado al encontrarse con Richard Gate, un guardia, también encargado de los cuerpos fallecidos en prisión, un hombre fuerte y atractivo, que estaba siempre al tanto de todos los reclusos, duro de manejar, un hombre cerrado en la mayoría de los sentidos, por no decir todos, nada se escapaba de éste hombre, a excepción de una nueva reclusa, había sido designado para vigilarla más que los demás, nadie se esperaba algo fuera de lo normal, pero este par fue la excepción, a veces el amor duele, otras veces te hace feliz, pero el amor no tiene límites, el amor cura, el amor sana, pero también, el amor mata.

Amor sin límites. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora