Dark secret

II

Me tambaleo un poco mientras intento ubicarme y saber que ha ocurrido. Intento hacer memoria de lo sucedido; voy por el bosque y de repente me sorprende la policía, me desmayo y despierto en una furgoneta atada de pies y manos, una silueta vestida de negro y con máscara me golpea en la cabeza y cuando recupero mi consciencia estoy tirada en medio de la nada vestida de policía y con un fuerte dolor de cabeza. Todo lo lógico que te puede pasar un viernes noche, claro que sí. 

Intento andar un poco para ver si consigo algo de luz y así poder ver lo que contiene el sobre. No sé quién es el que ha hecho todo esto, pero literalmente le debo la vida; me ha salvado de probablemente morir cosida a tiros en medio de la nada por dos policías; porque os aseguro que lo habrían hecho, mi situación era complicada y lo sigue siendo pero por lo menos tengo la certeza de que no tanto como antes. Después de andar; creo que unos veinte minutos, me encuentro con una farola y por fin puedo terminar con el misterio de qué contendrá el maldito sobre. Me acerco y lo saco del bolsillo delantero del chaleco y me encuentro con una nota que decía lo siguiente: 

'Todos cometemos errores y por ello toda persona merece una segunda oportunidad, pero aquí todo tiene un precio; solo la ignorancia es gratis. Sabemos todo de ti; quién eres, de dónde eres, tus estudios y por supuesto; tus errores. Te hemos estado siguiendo y vigilando desde que empezaste a comportarte como una amenaza para las autoridades y el orden público. No nos des las gracias por salvarte, recuerda que aquí todo se paga y por ello te dejamos una nueva identidad, una nueva vida. A partir de ahora serás Lily Shelby una tímida chica de 23 años recién graduada; que se muda e independiza sola en Birminghan; Inglaterra. Tienes ahí el billete y no te preocupes por tu manutención y alojamiento; no será nada en comparación con lo que tendrás que hacer por nosotros así que no te preocupes, un placer hacer negocios contigo.

Att: Tu Ángel de la guarda.' 

Entre el dolor de cabeza que tenía por el golpe y lo que sentí después de leer esto creí que me iba a desmayar otra vez. Básicamente mi supuesto Ángel de la guarda me había estado vigilando y me estaba obligando entre líneas, a que huyera a Birminghan y crearme una nueva identidad a cambio de a saber qué favores. Permitirme que diga...pero qué cojones.  

Realmente no me quedaba otra; no puedo volver a mi casa, no puedo seguir siendo yo y realmente si decido eso probablemente no dure ni un día viva. La había cagado por haberle hecho caso... Nunca debí a ver caído en su trampa pero sus ojos verdes eran hipnóticos.

Saco el billete; efectivamente destino a Birminghan y salía dentro de tres horas. Venían otras notas con los pasos a seguir para que en el aeropuerto pasara desapercibida; en conclusión, de ser una chica con aspiraciones en la vida, con una familia y unos amigos me convierto en un puto títere, en una moneda de cambio. Será ese mi castigo por haberle hecho caso y será mi penitencia para guardar mi oscuro secreto. 

Encuentro, tal como dice en la nota, un coche a varios metros de donde me encontraba; con ropa, neceser y agua. En cuanto me monto, cojo una de las botellas y pego un gran trago; estaba mentalmente agotada y me encontraba mareada. Me quito la sangre seca que tengo alrededor de la sien y me cambio de ropa; me miré en el retrovisor y eché a llorar. Lloré de forma desconsolada durante unos minutos y ahí fue donde me deshice completamente de mi antiguo yo; y pasé a ser Lily Shelby; la que tenía programado ser tímida pero terminó siendo una de las mayores hijas de puta de todo Inglaterra. 

Llego al aeropuerto, cojo mi maleta y todos mis documentos ( falsos, evidentemente) y ahí estaba yo, entrando por el aeropuerto con el pie derecho y pasando por los controles con total tranquilidad a las seis de la mañana. Después de haber pasado los controles y embarcar; oficialmente tenía ya un pie en Birmingham; me senté en mi asiento y me relajé tanto que acabé durmiéndome, pero aunque estaba dormida tenía a sus ojos verdes diciéndome que estaba cometiendo un error; y que mi oscuro secreto tarde o temprano saldría a la luz.