Pesadilla

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Muchas veces no sabes si estás despierto, en un sueño o aún peor, en una pesadilla.

Ahí me encontraba, sola y perdida en el bosque sin manera de pedir ayuda, por alguna razón no sentía nada de miedo,estaba completamente tranquila y de algún modo... Sabía a dónde ir.

No tarde en encontrar la pequeña aldea a la que debía ir, ningún rostro me parecía familiar pero todos me regalaban una gran sonrisa y un modesto saludo.

Un chico se acercó a mi, parecía que ya me estaba esperando.

- Me alegra que estés aquí, porfin podre darte el recorrido y al final podrás degustar del delicioso fruto de él señor.

Me lo dijo amablemente, con su gran sonrisa pero aún así un gran escalofrío recorrió mi espalda, algo me decía que debía ir a probar la fruta.

Avanzamos a paso lento, la mayoría de las casas eran iguales, había más lugares para bailar que para trabajar, cuestione por aquello pero no obtuve respuesta alguna. Parecía ser una aldea gigante pues recorríamos y recorríamos pero no llegábamos a ninguna parte

- No quisiera ser grosera pero me gustaría saltar de aquí a degustar el maravilloso fruto

No le gusto mi comentario pues frunció el seño y asintió.
Avanzamos pero ahora con paso rápido, cada vez aumentaba un olor a pan. Nos detuvimos frente a una pequeña panaderia,en la ventana había pasteles y pastelillos, afuera estaba un gran árbol lleno de pequeñas frutas moradas que parecían uvas.

Me acerque para ver estas pequeñas frutas, mire a mi alrededor y todo era diferente, todos eran pequeños y de aspecto extraño.

Me dispuse a tomar una de las frutas pero en un brusco movimiento, una mano me detuvo.

- Tú no puedes degustar de mi fruto! No eres digna, no te lo permitiría ni aún que quisiera envenenarte, te mataré con mis propias manos!!

Se abalanzó sobre mi, mire a todos lados tratando de pedir ayuda, todos estaban mirando, unos largos cuernos se asomaban lentamente de sus pequeñas cabezas, se acercaban a nosotros, comenzaron a crecer y hacerse unos horribles monstruos

Se me terminó él aire, cerré mis ojos y lentamente los abrí, estaba en mi cuarto, todo había sido un terrible sueño.

Si ahora tuviera ese sueño, no me asustaría tanto como aquella noche.

Soy Astra, tengo 6 años y mi vida siempre fue común y corriente, sin problemas ni preocupaciones.

Al menos eso fue lo que yo creía....

Trate de analizar el sueño, todo debía tener un gran significado.
Para empezar, en el sueño me veía más grande, más de 10 pero menos de 18.
Estaba en el bosque, debía probar la fruta.
Los aldeanos eran monstruos y querían matarme.

Le di tantas vueltas que comencé a llorar de la preocupame mi mamá no se preocupo en cuestionarme pues seguramente pensó que era uno de esos dramas para no ir a la escuela.

La verdad si odiaba la escuela, había niñas que me molestaban, decían que parecía una pelota, en mi casa escuchaba  que debía de tomar jugo verde para adelgazar.

Me comenzé a preocupar por eso, cada vez que me miraba al espejo, notaba que mi panza estaba más grande
Mamá decía que no me preocupara, que era parte del crecimiento pero no le creí, seguramente lo decía para que no me sintiera mal, tal vez me escuchaba cuando iba al baño a llorar

No tenía amigos, nadie quería hablar conmigo, la escuela era difícil al pasar Fran parte del día sola y escuchando risas dirigidas a mi, un día llegó una alumna nueva, pensé que sería algo mágico, sería mi amiga y podría disfrutar de la escuela pero no fue así.

Trate de hablarle pero para cuando se me quitó la pena ya era tarde, los niños le habían contado cosas extrañas sobre mi , prefirió no responder mi saludo.

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