Te Cuidaré (Parte 1/2)

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Nathan se levantó y soltó un suspiro, "no puede ser" pensó mientras acariciaba a Marcus, su lobo mascota, ya habían pasado 3 semanas des de que lo echaron del orfanato porque este no tenia los suficientes fondos para mantenerse en pie y la mala opinión de la gente tampoco ayudaba mucho.

Dormir en el suelo no era la cosa más placentera del mundo, pero era su única opción, revisó su bolsa y soltó una maldición, le habían robado otra vez, Marcus ladró llamando su atención y señaló con la pata una moneda de plata situada en el suelo.

- Buen chico. Dijo Nathan acariciándolo y Marcus saco la lengua en satisfacción, recordandole otra vez, que de hecho, no estaba solo en eso.

Muchas de las de las ciudades de las afueras al saber lo que iba a pasar con el orfanato, comenzaron a adoptar a gente, pero no a él, todo por la maldita cicatriz que llevaba justo debajo del ojo derecho para abajo, deteniéndose en la mitad de su mejilla, por haberse cortado sin querer ayudando a una preciada cuidadora, Annalise, la cual había hecho todo lo posible por ocultársela.

Él había deseado secretamente a su cuidadora, quien lo culparía, ella era preciosa, rubia de ojos azules, con una sonrisa deslumbrante y un ángel personificado, pero desgraciadamente sabia que no tenia caso, la chica era, unos 6 años mayor que él e iba a la universidad donde estudiaba derecho por querer ser abogada, como el resto de su familia, además de que las veces en las cuales sus hermanos, Kieran y Connor, habían visitado el orfanato, no se habían llevado una buena impresión de él.

* * *

Mientras caminaba por las concurridas calles, se encontró a Nesbitt, que aunque era huérfano como él, había sido el primero en ser adoptado. Sinceramente no le caía muy bien, era un pesado y una piedra en zapato para lidiar, pero era el único que no le tenia miedo, su único amigo aparte de su lobo.

Ambos se apoyaron a la sombra de una hilera de arboles que marcaban una plaza rectangular llena de bancos y con una fuente en el medio, Nathan hubiera dormido en los bancos, pero estaban hechos de tal manera que nadie podía tumbarse a dormir, ademas de que por la noche habían ladrones, ladrones y policías, que siempre le echaban cargos a él por andar solo por la noche y tener pintas de criminal.

- Y bueno..., ¿que tal te ha tratado la vida niño?. Pregunta Nesbitt con tono de diversión.

- Si crees que dormir en el suelo y solo tener 4 monedas de plata por día significa que bien, entonces estoy de puta madre. Dice Nathan

- ¿Sigues trabajando en ese bar de mala muerte que te dio trabajo por lastima? Preguntó Nesbitt.

- De eso vivo... Dijo Nathan.

Después de eso Nesbitt empezó a hablar sin parar y Nathan dejó de prestar atención, no era que no le interesara, sino que había veces que su amigo explicaba cosas que ya había dicho el día anterior. Aunque aun así hacia ver que le oía, le parecía divertido ver las distintas expresiones que podía expresar mientras explicaba.

* * *

Esa misma noche tenia que ir a trabajar, aunque al entrar al trabajo se encontró con una pequeña sorpresa, en vez de estar el viejo dueño grandullón de siempre, había un chico castaño de pelo largo, le pidió a Marcus que se quedara en la entrada como siempre, no dejaban perros en el local y, aunque Marcus fuese un lobo, no creía que lo dejaran entrar.

Entró por la barra y fue a la sala de empleados pero no encontró al jefe.

- ¿Perdona? Que yo sepa no tienes permiso para entrar por aquí. Dijo el de pelo largo a sus espaldas.

Nathan se dio la vuelta y por un momento ambos se miraron a los ojos, el de pelo largo lo escaneó mientras lo observaba con los ojos abiertos, se mordió el labio inferior mientras recogía su pelo detrás de su oreja.

Te Cuidaré (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora