XXVIII

36 3 0
                                    

Te siento distinta, esta vez puedo dedicarte un par de palabras en la brisa aunque sin duda temas recibirlas porque hace un tiempo no hablo de prisa y es que extraño cuando bailabas en mi cuarto buscando que te admire con encanto, porque siempre te gustó que te vea danzando sin importarte nada, sin importarte nosotros porque sólo vives en tu mundo con impulso.
Sé qué piensas en lo pronto que quieres tenerme contando tus pecas siderales como si fueran estrellas dispersas en el cielo, complementando tu suave piel y hasta me cuesta detenerme a mirar tus ojos color mar que son más que especiales únicamente por la serenidad que transmiten como si la paz te perteneciera en todo momento porque tu puedes controlar mi paz; puedes sostenerme y mantener mi equilibrio al compás.

Te quiero— susurré con cuidado esperando una respuesta igual aunque no era necesario que lo dijeras porque tus acciones me demostraban lo que sentías como si las palabras no fueran lo tuyo, al contrario, siempre te manejas con delicadeza para no romper la destreza y enseñarme la naturaleza que te rodea, ya que no posees impureza, sólo inocentes deseos que esperas concretar con frecuencia.
Me despedí dejándote en el tranvía mientras agitabas tu mano diciéndome "adiós" adornando tu rostro con una sonrisa de oreja a oreja como las que siempre me dedicas, a lo que yo correspondí al mismo tiempo que mordía la fina capa de piel sobre mis labios pensando en si alguna vez me corresponderías.

¿Nervios? Quizá sí, porque no existía nada que me desesperara tanto en las noches cuando tu preciosa anatomía femenina irrumpía en mi mente impidiéndome dormir, causando que mis manos temblaran pero siempre sonreí cuando visitabas mis sueños, por el simple hecho de que todo aquello que anhelaba sucedía ahí, significando para mí más que suficiente reprimiéndome el sentir en la realidad. En algunas ocasiones evito mis pensamientos cuando se trata de ti, vapuleando, no sé si sentirás lo mismo que yo o si me quieres de la misma manera que yo, así que prefiero tomar pastillas para el dolor de cabeza que se aloja cada vez que intento siquiera pensar tu nombre.

Suave brisa femenina decora mi respirar, figura curvilínea y recorrida por mis manos irritadas.

Hablar a veces puede ser aburrido por eso no te culpo cuando te sientas a mi lado, suspiras y me dices que quieres descansar pero no sola, sino junto a mí las veinticuatro horas porque en silencio las palabras se sienten más sinceras que cuando no paro de gesticular para que tu después asientas pretendiendo que entiendes todo lo que te digo, pero honestamente sólo te gusta ver el brillo en mis ojos cuando narro algún poema que me gusta, cuando canto una canción o cuando te cuento de mis teorías conspirativas sobre el universo (realmente no me creo eso) sólo lo hago para impresionarte y parece que funciona porque me miras enamorada, sin embargo, sólo te dura unas horas, luego te vas dejando un beso lento en mi frente y murmuras "hasta luego" permitiendo la esencia de tu perfume alojarse en el aire de mi cuarto perfectamente ordenado que no refleja lo que es mi interior inestable.

28; cada día que paso sin estar a tu lado alimento la planta que me obsequiaste el día de mi cumpleaños, le doy vida regándola, así como tu lo haces conmigo a pesar de que mi mente a veces me juega en contra y me hace reflexionar cosas que no van al caso, no a nosotros, porque aún recuerdo el primer beso que depositaste en mis labios naturalmente destrozados por mis dientes y tus labios teñidos de carmín iluminados por el plafón sobre nuestras cabezas, cuando juntamos nuestros cerezos en un beso sabor café de vainilla mezclado con crema dental, obviamente la del café eras tú porque sabías que yo sólo bebía té, aun cuando rompí esa norma un par de veces por tu culpa.

¡Amados nervios!
Besos de amaneceres negros.

Grité mentalmente ese día porque mientras mis manos inquietas temblaban tu me calmaste dejando caer tus propias manos en mis pesados hombros y me susurraste "tranquilízate, todo está bien" puedo decir que fueron las palabras más bonitas que podían ser apreciadas por mí. El día después me dijiste que estabas confundida y rompiste mi corazón, pero te dije que no había problema, que fue una confusión de los dos. Oculté la verdad de que fue un momento maravilloso que quedará guardado en mi corazón por siempre, porque un beso así no es cualquier y tú no eras cualquiera.

; desidiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora