XLII

21 2 0
                                    

Es el sexto día desde que me dejaste en el tranvía camino a mi ciudad preferida, la que anhelé visitar con todas las fuerzas del deseo, pero no para siempre, lo lindo no permanece mucho, ¿sabes que volveré, cierto? y que ahora sólo te tengo en mis audífonos mientras escucho à peu près de pomme, la que acordamos es nuestra canción y con sólo oír los primeros versos ya puedo imaginarte citándome poemas que quizá para otra resultarían melosos o aburridos pero para mí significan lo bonito de lo que vivimos, mientras estamos vivos.
Recuerdo aquella vez que nos besamos, tu sólo temblabas mientras que yo intentaba tranquilizarte murmurándote palabras al oído como cuando las pesadillas venían a ti, cuando me llamabas a las tres de la mañana agitado, ¿lo recuerdas, no? para mí fue el beso más sincero que pude protagonizar y también el más romántico porque somos muy retrógradas en cuanto a eso. Nos gustan los pequeños detalles y las cosas sin apresurarse, disfrutarnos de manera espontánea, dejando que todo fluya como el agua del río. Lamento decirte que fue una confusión lo que sucedió ese día, no estaba pensando con claridad, pensé que buscaba ese beso como consuelo pero los días fueron pasando y antes de ir a dormir no dejaba de pensar sobre el beso, nuestro beso, el que nos unió transmitiéndonos todo lo que sentíamos ahí, nunca fue falso todo lo que sentí, fue más real de lo que podrías pensar pero sé que actué mal.
Nuestro primer beso fue complicado;  alborotó los sentimientos, los pensamientos, fue envolvente, cálido como un abrazo cuando el frío azota el cuerpo en pleno invierno, fue tranquilo guardándome un hogar en tus labios rojos e irritados por las mordidas que te provocabas cuando te sentías tan nervioso que no podías parar de hacerlo, fue húmedo pero sutil y etéreo, fue maravilloso e indescriptible.
No sé si existan más historias como la nuestra, no sé si es amor o simplemente amistad, sólo sé que te quiero con la intensidad del viento golpeando mi rostro o la lluvia cayendo a montones contra el lucernario de tu habitación como buscando entrar en ésta, tampoco sé si lo nuestro será para siempre o efímero. La verdad me cuesta tener las cosas claras en este instante porque tu imagen en mi mente me distrae suavemente cuando aparece como un espejismo.
La vez que nos conocimos me interrumpe los pensamientos mientras leo los mensajes de texto que nos solíamos enviar. Esa vez que nos conocimos me dijiste con total negación que eras neófito, que eras más de las cosas tranquilas, no te gusta mucho ser extremista, tenemos eso en común. Podría describirte pero no acabaría nunca porque soy muy detallista y me mantuve observando cada acción que realizabas, como te expresabas o como sentías.

Siempre me dijiste que era la mejor consejera cuando descansabas tu cabeza sobre mis piernas al mismo tiempo que yo acariciaba con suavidad tu cabello, enredando mis dedos en éste mientras cantábamos alguna canción que nos gustaba porque parecíamos almas gemelas amando las mismas cosas.
Dicen que el primer amor es el más lindo, hace unos días atrás te habría hablado de otras personas antes que tú pensando que fueron mi primer amor, pero el primer amor no es el primero de toda la vida, es el primero que sientes de verdad, el primero que te causa mariposas locas aleteando por el estómago y el corazón, el que te hace dudar, el que parece perfecto, ¿no?
Ahora estoy segura que tu fuiste o eres mi primer amor. No sé si tendré otra oportunidad, no sé si para cuando vuelva tal vez ya me habrás olvidado o me estarás pensando ahora como yo lo hago contigo, porque extraño tus caricias ahogadas en el viento, tu aliento esencia crema dental, tu voz cantándome las mejores melodías escuchadas de tu boca.
Algunas veces quiero quedarme, otras huir, a veces la llama se enciende iluminando la pared, otras se apaga regada por agua lloviendo como las lágrimas en mis ojos cuando recordaba lo que siento por ti, porque como te siento, no se siente a un amigo, porque te deseo, deseo que estés aquí viviendo mi sueño conmigo, porque aquel día en el tranvía quería quedarme contigo pero a la vez quería alejarme para pensar sobre nosotros, sobre mí, sobre todo.

Quizá el amar es o no es lo mío.

Porque nuestro amor es fluctuar entre emociones, es tener y no tener porque no nos pertenecemos, no somos propiedad del otro, simplemente es compartirnos, es disfrutarnos, querernos apreciando los lindos momentos. Podríamos ser como aquellos que se desean, se tienen, se aburren, se dejan y se vuelven a desear, pero nosotros preferimos ser de los que sienten el amor de la forma más fuerte y bonita, siendo éste nuestro sentimiento más grande e incomparable al resto de sentir del ser humano, aunque también puede que nuestro amor sea como el sol saliendo para después desaparecer significando un pequeño momento que tan sólo se esfuma para luego renacer.

No lo sé precisamente.

Intento dilucidar mis indolentes pensamientos pero no puedo reducirme a la mente cuando tengo el corazón antes que, porque esa chispa está, existe y no se va. Se queda cuando conecto mi mirada con la tuya, cuando me dices "te quiero" a pesar de que no soy capaz de decirte lo mismo porque me cuesta todo revelarme de esa forma.

¿Qué sucedió, cariño? —cuestioné ese día en que intentaste decirme lo que sentías por mí, después del beso y después de decirte de la confusión, nuevamente perforabas tu labio mordiéndolo como si él fuera culpable de todo, acto seguido, tus manos buscaron las mías para entrelazar nuestros dedos.
—Te quiero —susurraste suspirando como si soltaras todo aquel peso que traías encima de tus hombros y comenzaste a acariciar parte de mis manos con uno de tus dedos pulgares, para después trazar delicados círculos sobre mi piel.

Te quiero y eso es lo más fuerte que podría sentir por alguien.

; desidiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora