La Pola, el eslabón perdido de una masacre

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Octavio se encuentra de pie, con un cigarrillo Malboro en la mano y observando el paso de los carros por la vía rápida de Dosquebradas a Santa Rosa a través de una malla de metal, que es lo único que se interpone entre unas torres eléctricas y el patio trasero de su casa. Su esposa Miriam de un grito le avisa mi llegada: "¡Mijo ya llegó la niña!" Con un saludo, interrumpo el momento en el que Octavio pensaba.

Él se puede describir como un hombre serio, de gesto brusco y tosco, para nada emocional, de esas personas a las que se les teme dar la mano. Sin embargo, en medio del calor de las 11:00 de la mañana de ese miércoles, y ya no con un cigarro, sino con un café servido en una taza de chocolate, pues no le gustan los vasos pequeños y mucho menos si se trata de tinto, me cuenta cómo su sobrino, Gersaín Melchor, hace 20 años, fue asesinado en la masacre ocurrida en la finca La Pola el 2 de febrero de 1995.

Los habitantes de La Pirza, vereda del corregimiento de Bonafont en Riosucio (Caldas) despiertan todos los días para cuidar sus cultivos de yuca, caña o plátano, que caracterizan este sector, sin importar el fogaje del sol a sus espaldas. En la pacífica vereda se encuentra La Pola, la finca de la familia más conocida y numerosa del pueblo de Bonafont, los Díaz Zapata –y digo numerosa porque estaba compuesta, aproximadamente, por 10 integrantes–. Poseedores de ganado, cultivos, jeeps, carnicerías y de una enorme casa en la entrada del pueblo, que es larga y enchambranada, y la cual es dibujada por las grandes manos de Octavio en trazos invisibles mientras la describe.

A las 7:00 u 8:00 de la noche, tantea frunciendo el ceño ya lleno de arrugas, la hora en la que empezaron los cuchicheos y los rezos en el interior de la finca La Pola por el último día del novenario de la muerte de Álvaro Diego, hijo mayor de Nelson Díaz, quien fue asesinado por un sicario en el municipio de Belén de Umbría propinándole nueve balazos, "nadie sabe por qué mataron a ese muchacho, pero él tenía sus enredos y problemas".

Luis Fernando Osorio, alias 'Tola', y Modesto Henao, alias 'Mojetar', bajo los efectos de las drogas, sacaron a la fuerza de su casa a Nicolás Díaz, abuelo de la familia, quien no se encontraba en el novenario, para llevarlo a la finca que más adelante se convertiría en un pabellón de fusilamiento.

Vociferando groserías irrumpen en el interior de la finca haciendo que los gritos reemplacen los Padre Nuestro y los llantos de las mujeres los Ave María.

El aturdidor silencio rodeaba toda la finca, solo se escuchaban las chicharras y los grillos, más la respiración de los ahí reunidos y los tornillos de las amenazantes escopetas. Los temerarios llevaron a siete niños a una habitación vecina; esa noche solo serían los adultos y los viejos quienes pagarían el precio. Tragando entero, Octavio recuerda que una niña no quiso separarse de los brazos de su mamá, así que le correspondió compartir el mismo destino que ella, su nombre era Erika Osorio.

Como vacas al matadero el resto de la familia Díaz fue trasladada al patio delantero de la casa para que uno por uno fueran sintiendo como la bala atraviesa el músculo y el hueso mientras que los otros, espectadores, les llegaba el momento de enfrentarse cara a cara a la muerte. "En ese patio había unas macetas en el suelo y otras estaban colgando ¡y ya imaginará usted cómo quedaron esas macetas¡ ¡vueltas nada!", describe el hombre de grandes manos y gafas color vinotinto, haciendo añicos un tenedor de plástico que había en la mesa.

En ocasiones, el café es el reemplazo del cigarrillo, entonces pide uno más a su esposa para no prender un cigarro por vergüenza al humo que puedo llegar a inhalar y así continuar con su relato.

"¡La situación es: si a mí me va a pasar algo eso no tiene vuelta. Si estoy advertido de que en un lugar me van a matar yo no voy por allá. Quien se arrime a los lugares donde tiene riesgo de que lo maten es por terco!", dice, refunfuñando y rematando con un sorbo de café. Pero a Gersaín, a su esposa; Doris Díaz y a Dora Bueno nadie les avisó que ese día la muerte estaba en la finca reclamando lo que le pertenecía.

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⏰ Última actualización: Apr 14, 2020 ⏰

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