ONE SHOTS

WOSANI

Valentín

Estaba recostado algo incómodo en mí cama, me levanté de ésta para sacar mí camisa; quedando solo con mis pantalones. Estaba apunto de regresar a la cama, cuando escuché mi celular sonar en la mesita de noche, sonreí al reconocer el tono y saber quién era, desbloquee mi celular y, en efecto, era Dani.

NENE♥️
Si me abres no me molesto, en lo absoluto he.

Al mirar ese mensaje corrí lo más rápido a la planta baja, hace ya bastante tiempo que no lo veía por viajes, tanto míos y de él. Al estar frente a la puerta, me frené en seco, respiré hondo, acomodé nervioso mí cabello y abrí esta despacio. Recién la abrí, me encontré con esos ojos cafés que tanto me gustaban y una sonrisa se dibujó en mis labios, lo único que pude hacer fue tomarlo de la mano y traerlo hacia mí, lo abracé con fuerza e inmediatamente su dulce aroma inundó mis fosas nasales, luego de unos segundos parados junto a la puerta, sentí cómo él me empujaba levemente para así poder cerrarla y quedar en total privacidad. Bajé mis manos a su cintura, bajándolas lentamente a su cadera y continuar a sus muslos, sentí cómo soltaba una leve risita y apostaba a que se encontraba totalmente rojo, esbocé una sonrisa y tomándolo por los muslos, lo levanté y él enroscó sus piernas a mí cadera.

-Te extrañé tanto-. Sentí cómo sus labios rozaban delicadamente en mí cuello.

-También te extrañé... Y me dolió la mano de tanto pensarte-.

-Lo siento Dano- Tomé delicadamente la mano que había lastimado y dejé un pequeño beso sobre está- ¿Sabes? A mí también me dolió la mano- Observé la expresión confundida del menor y sonreí levemente- Si,me dolió de tanto pensar en ti- Hablé casi en un susurro cerca de su oído sintiendo como su cuerpo se tensaba bajo mis brazos,me separé un poco para poder observar el color rojo que se hacia presente en sus mejillas, al entender aquello, solté una leve risa y éste solo hizo un puchero con sus labios, que claramente, no me resistí a besar.

-Estoy un poco cansado, ¿podemos ir a tu habitación?-. Yo solamente asentí y sin bajarlo, solo acomodándolo un poco mejor, caminé hasta la habitación. Al estar ya en ésta, lo recosté delicadamente, quedándome encima de él, pero sin llegar a aplastarlo, me separé un poco, colocando mis manos a sus costados y mis piernas entre las suyas, me quedé observando cada facción de aquel lindo rostro, puse una de mis manos en su mejilla y con mí pulgar delinie sus labios en un toque delicado, no podía resistirme e instintivamente acorté la poca distancia que había entre nuestros rostros hasta sentir cómo nuestras respiraciones se mezclaban, me quedé así por unos segundos hasta que en sus labios se formó una pequeña sonrisa, eso fue suficiente para que estampara mis labios con los suyos, los movimientos eran lentos pero poco a poco se fueron haciendo más intensos, ambos estábamos necesitados de los labios del otro, el beso se volvió más intenso cuando una de mis manos se dirigió a su mentón e hice un poco de presión en este para que entre abriera sus labios, y cuando lo hizo metí mí lengua en su cabidad bucal, así por fin probando su saliva nuevamente, nuestras lenguas danzaban juntas, hasta que la falta de aire se hizo presente y nos obligó a separarnos. Una gran sonrisa estaba presente en los labios de ambos, mí mirada se dirigió a su cuello, recordé cómo su cuello se encontraba marcado antes de que dejáramos de vernos y ahora que lo veía, se encontraba nuevamente blanco, al tono de su piel. No me resistí y comencé a besar su cuello pasando mí lengua descaradamente sobre este, mordiendo y dejando chupones, con cada mordida escuchaba un jadeo cerca de mí oído y me encantaba escuchar su voz ronca, continúe haciéndolo mientas su cuerpo daba unos pequeños saltos, introduje una de mis manos debajo de su camiseta, rozando delicadamente las yemas de mis dedos por su abdomen, recibiendo más de mí cadera generando fricción, no aguanté más y un jadeo escapó de mis labios.