1. "Un día cualquiera"

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Amanda Lueno.

-Bebé, es hora de levantarte -Mi madre volvía a gritar otra vez. Ya la había oído, sólo que no estaba de ánimos para asistir hoy.

Levanté mi sábana para ver bien. Tal como pensé, mi periodo había llegado.

-Genial. -Dije entre dormida, no es como que me haría un drama.

Levanté la sábana por completo, y entre bostezos caminé por la alfombra de mi habitación hasta llegar al baño.
Abrí la llave de agua caliente, mientras me iba quitando la ropa para entrar en la ducha. Entré.

-Espero no haga mucho frío hoy. -Pensé, mientras disfrutaba el agua caliente caer sobre mi cuerpo desnudo. -Hoy tengo idioma. -Tomé aire y lo expulsé en forma de jadeo.

Es muy tedioso el ir a una clase del profesor Leme, siempre mirando las piernas de todas; ya es demasiado el que nos obliguen a usar falda en épocas de invierno, no conformes, ahora también tenemos que soportar acoso por parte de nuestros maestros.

-Listo. -Cerré la llave y tomé la toalla para no mojar la alfombra del baño. Comencé a vestirme.

- El desayuno está en la mesada, me voy, besos. -Gritó desde abajo mi madre, desde allí se escuchó el portazo hacia afuera, como también el motor del auto que estaba en encendido.

-Bien, adiós, yo también te quiero. -Respondí, mientras caminaba hacia el mueble de mi cuarto buscando un perfume.

No hizo falta que acomodara mi cabello, el tener rulos de forma natural era el secreto de mi bello pelo.
Me puse unos aros grandes y abrí mi ventana para sentir la brisa.

-Hace frío. -La cerré.

Antes de salir de la habitación puse mi sábana y mi cubre cama a lavar. Tomé mi buzo suelto, bajé por las escaleras y fuí directo a la cocina.

-Okey, desayuno... "Exprés". -Me senté.

Miré las dos tostadas media quemadas y las disfruté junto a mi jugo de naranja.

- "06:35", aún hay tiempo. -Miré la hora en mi IPhone.

Me levanté dejando todo como estaba, dejé una de las tostadas... Sinceramente no quería comerla, estaba muy quemada.

Me puse mi buzo suelto, tomé mi bolso y salí por la puerta, pero no sin antes ponerme mis audífonos.

Estaba más que claro que era un día como cualquier otro.

La música de mis audífonos era tan fuerte que no escuchaba nada en mi alrededor, sólo observaba: a los adictos irse a dormir después de una larga sesión de inyecciones. A los padres de familia yendo al trabajo, a las jóvenes niñeras que llegaban para cuidar a sus insoportables hijos... A mi mejor amiga que venía con todo el entusiasmo para contarme sus dramas de amorio.

-"Sí, hoy era un día como cualquier otro". - Suspiré, mientras levantaba mi brazo en forma de saludo a aquella pelirroja que se acercaba a mi con una sonrisa de oreja a oreja.

- Hola. -Exclamó. Seguido con acción de morder su labio inferior esperando a que yo le preguntará... Como de costumbre.

-¿Y bien? ¿Bueno o malo? -Pregunté, fingiendo que me importaba aquella anécdota de sexo con el chico con el que había salido el fin de semana.

-Fantástico, el fue todo un caballero. De verdad estuvo increíble, creo que es el indicado. -Volvió a repetir, su sonrisa de niña de doce nos delataba por todo el vecindario, de igual forma empezaron los detalles.

-Ya me perdí de nuevo en las nubes. "El indicado" era el de la semana pasada, y el anterior, y el anterior. -Pensé, mientras la miraba con todo el interés posible.

Humanz (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora