Capítulo Único

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Xie Lian miraba encantado cada puesto a pesar de no ser su primera visita en la ciudad demoníaca. Iba de un lado a otro observando todas las baratijas que habían. El Rey demonio caminaba por detrás, mirando con amor al ser de túnicas blancas que parecía divertirse y pacientemente esperaba a que su alteza avanzara.

Después de un rato vió como el ritmo del ser celestial bajaba, de veía satisfecho de recorrer todos los puestos. Eso le indicó que ya era hora de volver.

—Gege hay que regresar ya...

—Mm—asintió el Dios marcial con una linda sonrisa. Esa noche descansarían en el humilde palacio de Hua Cheng.

En un cómodo silencio llegaron hasta la habitación que ambos compartían. A pesar de las controversias que habían por ser seres de mundos diferentes, ambos se negaban a separarse. Ahora que la Corte Celestial se empezaba a levantar después de todo lo ocurrido no tenían tiempo para hablar de la relación del dios y el Rey demonio. Jun Wu había dejado muchos estragos, que aunque ya hubieran pasado dos años aún quedaban secuelas. Claro que eso le importaba poco a Hua Cheng mientras su alteza permaneciera a su lado. Y si el cielo no se negaba menos lo haría alguien más.

Después de todo ¿Quien se opondría al Rey Demonio Hua Cheng? Solo alguien muy valiente o muy estúpido.

Como cada noche Xie Lian practicaba su caligrafía, incluso en algunas ocaciones lograba que Hua Cheng practicara con él, pero la mayor parte del tiempo se resistía, usualmente se lo tenía que pedir, ya que por voluntad propia el demonio jamás tocaría un pincel. Además de que Hua Cheng contaba con alternativas para persuadir a Xie Lian y así evitar tener que escribir.

—San Lang ¿qué tal si practicas un rato conmigo?— Xie Lian se hizo de su mejor sonrisa. Sabía que el otro no se lo negaría.

—¿Por qué a gege le gusta torturarme?—preguntó el demonio acercándose.

—Vamos San Lang, no seas tan pesimista. No te hará daño practicar un poco.

—Sabe que no me negaré si lo pide...—al decir eso la sonrisa de Xie Lian se hizo más grande—Pero debería darme una recompensa. Después de todo es un reto para mi...—obviamente sus palabras estaban cargadas de insinuación.

Eso puso tenso al Dios, sabía que el demonio no siempre jugaba limpio.

—¿Qué te gustaría de premio?—preguntó resignado. Tenía que ir con cuidado para no caer en sus manos tan rápido, la suerte de San Lang siempre lo superaba.

—Lo que gege quiera darme está bien... pero debe de estar al nivel de lo que exige— poco a poco se acercaba más. Eso ponía en alerta al Dios marcial.

—Que te parece u-un beso— contestó Xie Lian desviando las vista mientras sentía su cara arde. Ya no habría marcha atrás.

—¿Solo uno?— preguntó con fingida desilusión Hua Cheng—Recuerde que esto es difícil para mi.

—Bien, por cada oración será un beso...

—Trato hecho.

No sabía porque, pero Xie Lian presentía que las cosas no saldrían como lo planeaba. Después de todo se trataba del rey fantasma.

—Aquí tienes—dijo entregándole el pincel y haciéndole un espacio para que escribiera.

Hua Cheng se inclinó y empezó hacer trazos. Tal como lo esperaba Xie Lian. Eran horribles... bueno ya no tanto, habían mejorado si los comparaba a los de hace dos años.

Con calma terminó la primera oración.

—Nada mal...—Dijo mientras seguía Xie Lian analizando la forma de cada palabra.

¡No es justo! || one shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora