capítulo único

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corriendo en la entrada del instituto, sí, así estaba yo en ese momento. los nervios se apoderaban de mí, y siendo sincero, sentía un poco de miedo también.

y ahí venía él, el chico que tanto me gustaba, con un libro en la mano izquierda, y una manzana en la otra. jamás le había hablado, y dudo que hoy fuera el día en el que me atreviera a hacerlo.

corrí hasta el arbusto que estaba más cerca y me escondí allí. observando cada paso que daba perth, sin preocupación alguna, sólo caminaba a la entrada.

al ir casi por la mitad del trayecto, subí a un árbol para obtener una mejor vista de él. era tan lindo, en cualquier ángulo en que lo viese; su cabello, sus labios, y no podrían faltar sus preciosos ojos. suspiré.

─ es tan lindo.

pensé mientras recargaba una mano en mi rostro. iba a ponerme un poco más arriba de aquel árbol en el que aún estaba, pero por accidente, me pegué con la rama que estaba superior a mi cabeza, provocando que perth volteara hacía donde yo me encontraba, llamando su atención.

me escabullí como pude, haciendo sobresaltar a mi corazón.

─ fue por poco.

creí haber estado a salvo, pero mi corazón empezó a latir muy rápido, intenté calmarlo poniendo mi mano en mi pecho, pero para ese entonces, mi cuerpo automáticamente se comenzó a mover, como si éste me estuviese manipulando por completo, me bajé del árbol, cayendo al piso duramente, llenándome de hojas.

acercándome a perth, mi cuerpo no respondía, intentaba ir hacia otro lado, pero mi dirección era hacia él, como si estuviera recibiendo una orden. a paso rápido, e intentando irme a alguna otra parte, al hacer eso, no me dí cuenta cuando choqué con él, quedando frente a frente, a pocos centímetros de su cara, me miró confundido. los nervios nuevamente volvieron a mí, pero con más potencia.

oí los pasos de los demás estudiantes, agilmente me puse detrás de en un bote de basura para no morir avergonzado por lo antes sucedido. él iba a acercarse hasta donde estaba mi 'escondite', pero como por arte de magia, sonó el timbre. suspiré un poco aliviado, y salí del lugar, mi cuerpo nuevamente empezó a moverse.

─ ¡no, no, no!

comencé a asustarme al estar un poco cerca de perth, de nuevo, justo cuando creí que iba a pasar una vergüenza, tropecé torpemente con una piedra, llevándome a otro rumbo, y como consecuencia,
golpeándome en la cabeza, para al final caer al piso.

no paraba de ir detrás de él, sentía mucha energía en todo mi organismo, especialmente en mi corazón. a paso rápido, subiendo las escaleras para entrar al instituto, sin fijarme por dónde iba, abrí las puertas de golpe, tropezando nuevamente y cayendo encima de perth.

─ idiota. ─ pensé. mi cuerpo dejó de tener toda esa velocidad.

antes de que pudiera levantarme, mis compañeros me miraron de una manera extraña. murmurando cosas de mí, y claramente de él. lo estaba poniendo en vergüenza, y eso era lo peor.

no supe cómo reaccionar a eso, su rostro estaba apenado, todos se le quedaban viendo con repulsión. miró hacia todos lados, y al final a mí, bajando la mirada. iba a hablar, pero el impulso de salir corriendo de allí me ganó.

él no gustaba de los niños, y lo entendía. ¿quién se podría fijar en otro hombre? sentí unas inmensas ganas de llorar, mi corazón se había roto, y suponía que ya no podía hacer algo más para empeorar las cosas.

─ tú no le puedes gustar, a él no le gustan los niños. ─ ese pensamiento fue el más lógico que tuve en esos minutos. sin pensarlo dos veces, salí justo como mi impulso me lo decía, dejando a perth tirado en el piso, extrañado.

corrí lo más lejos que pude en el patio. me senté lentamente en el árbol, llorando. me sentía estúpido, muy estúpido. recargué mi cabeza contra el árbol, el dolor llenaba mi pecho, y tal vez me lo merecía.

giré mi cabeza hacia la izquierda, intentando buscar algo interesante. pero, ahí estaba él, mirándome. me sorprendí por verlo ahí, sin haberlo escuchado, y miré al piso, limpié mis lágrimas con la manga del suéter del uniforme.

sin decir nada, se acercó hasta donde estaba yo. se puso de cuclillas, no tuve el valor de mirarlo. tomó mis manos en forma de que le tuviese confianza, volteé a verlo, y sonrió cálidamente.

¿de verdad estaba haciendo eso?, sonreí tímido, era aún más lindo teniéndolo de cerca, sin ponerlo incómodo. se sentó a un lado mío, aún teniendo esa linda sonrisa que tanto me gustaba. disfruté de su compañía, aunque lo haya puesto en ridículo.

escuché los latidos de su corazón junto al mío. era un ritmo perfecto, ya no sentía alguna pena de que él supiera lo que sentía.

porque en un instante nunca sabes lo que puede suceder.

en un latido ❥ perthlayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora