Tԋҽ

817 58 34
                                    


Entré suspiros, el joven la pasaba contemplando esa esfera de nieva, la que guardaba dentro suyo un bello castillo cubierto por la nieve artificial. Siempre que la miraba, se preguntaba como se sentiría estar en un lugar como ese.

      ─ Necesitamos más velas y adornos.

La voz de su abuelo se escuchaba a lo lejos, ageno al lugar en donde la mente del chico se encontraba en estos momentos.

     ─ SeokJin por favor deja de soñar despierto, debemos terminar las decoraciones antes de que los invitados lleguen.

Ese reclamo lo hizo despertar de su ensoñamiento, sonrió amablemente incorporándose y para a su abuelo apenado.

      ─ De acuerdo abuelo, lo lamento

Él hombre iba a decir una cosa pero el sonido del timbre lo hizo distraerse, fruncio el ceño en un gesto de disgusto, sacó su reloj de bolsillo y lo observó para comprobar la hora exacta.

     ─ Veintidós minutos de adelanto. Pero que mala educación

Dicho esto se retiró del salón para recibir al imprudente invitado que llegó a la hora incorrecta. El joven suspiro soltando una pequeña risa, se giró de nuevo a la mesa, esta vez tomó una caja de regalo y la abrió, revelando a una pequeña bailarina de ballet, perfectamente cuidada y limpia. La tomó con extremo cuidado de su listón para colgarse.

     ─ Oh, es muy hermosa joven, ¿es suya?. ─ la empleada de servicio que se encontraba arreglando los adornos en el árbol lo observó con una pequeña sonrisa.
     ─ No, era de mi madre. Fue cuando tuvo su primer ballet y desde entonces le gustaba colocarlo en el árbol ─ sonrió con una expresión melancólica y la colocó con cuidado en una de las ramas del árbol navideño.

La observó por unos minutos y un quejido lo hizo desviar la vista a la mujer del servicio.

     ─ Vaya, los ratones han entrado en estas cajas de Navidad.

El joven miro la casita rota de jengibre y luego a los adornos del mismo material. Sacó un hombre de jengibre con la piernsa rota y sonrió un poco divertido.

     ─ Mhm... ¿no has visto a Tae, verdad?.

Ambos miraron de un lado y al otro de la habitación en busca de alguna señal. SeokJin se arrodilló en el sofa y se asomó a la parte trasera de este, ahí encontró a un pequeño chico sentado comiendo golosinas a escondidas, más específicamente las galletas de jengibre iguales a las rotas.
Estiró rápidamente su brazo y arrebató la galleta de las manos del menor.

     ─ ¡Oye!. ─ protestó el chico seguido de una cara molesta y cruzó sus brazos.
     ─ Misterio resuelto.

Se dirigió a la mucama y le entregó lo que quedaba de la galleta mordisqueada por su hermano menor.
Luego de eso miró al ladrón de galletas con los brazos cruzados y soltando una risa, el pequeño se puso de pie encarando a su hermano.

─ Tal vez quieras limpiarte la cara antes de que los ratones decidan morderte.
─ Tú no puedes darme órdenes, hyung. ─ reclamó con molestia haciendo al más alto sonreír e inclinarse hacia él.
─ Mhm yo no, pero al abuelo le gustará mucho saber que aún no te has bañado ni arreglado.

❱ 𝐓𝐡𝐞 𝐍𝐮𝐭𝐜𝐫𝐚𝐜𝐤𝐞𝐫 ║𝐍𝐚𝐦𝐣𝐢𝐧 ˚༅༴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora