Después de todo lo que había pasado, Gresh y yo fuimos a descansar a casa de Gresh, era muy acogedora y muy elegante, realmente todo alrededor de ella parecía angelical, era mas bien pequeña pero lo prefería así, ella me dijo que podía quedarme todo el tiempo que necesitara pero no creo que me quede mucho, pensaba mejorar rápido mis habilidades y destronar a ese estúpido dios de su trono omnipotente, realmente no quería ser un nuevo dios, pero no podía permitir como todo el mundo sufría mientras el se quedaba magnánimo. Me senté en el sofá de Gresh era amplio como para caber ambos tumbados sin problema, ella se sentó y me miro y empezó a hablar con la soltura de cuando la conocí.
-¿tienes hambre? Puedo hacer algo de comer, no es que tenga mucho en realidad pero puedo hacer algo o salir a comprar, si sera mejor que haga eso, saldré a comprar- dijo ella moviéndose de un lado para otro, cogió un monedero pequeño y se dispuso a salir por la puerta cuando yo le agarre la mano.
-no tengo mucha hambre después de lo que ha pasado, simplemente quiero estar al lado de alguien agradable como tu, ¿te quedarías conmigo?- dije sonrojándome por lo que estaba diciendo pero realmente quería estar con ella, necesitaba notarla a mi lado.
Ella se quedo sorprendida y sonrío dulcemente
-si, voy a estar a tu lado, te puedes dar una ducha si quieres- dijo mientras volaba a mi alrededor grácilmente
-¿una ducha en el infierno?- reí mientras alargaba mi mano para tocar su ala
-claro que te crees que los demonios y los ángeles somos unos guarros o que- dijo ella pretendiendo parecer ofendida y río
-la verdad es que si me gustaría darme una ducha- dije alegre puesto que incluso en el mundo humano me costaba encontrar un lugar en el cual ducharme o incluso para comer algo.
-bien, yo estaré preparando algo para comer, aunque no tengas hambre sigues vivo así que debes alimentarte bien- sonrió, era agradable ver como alguien se preocupaba por mi, me sentía protegido. Me fui a ducharme con esa sensación en mente, el baño era sencillo, un wc un lavabo para las manos y una bañera, tenia un montón de geles y cremas, tener una piel tan suave como la suya no debe de ser nada fácil pensé, me di una buena ducha relajante y salí al cabo de unos 12 minutos me puse los pantalones cuando de pronto escuche un grito de ayuda proveniente de la voz de Gresh, ¿tan poco iba a durar esta tranquilidad?
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Un viaje por la muerte
Fantasy¿Realmente puedo soportar esto?-me dije a mi mismo sentado en aquella azotea. No sé porque, pero en ese momento me resulto más fácil saltar al abismo que dar media vuelta y llamar un taxi, lo que no imagine es que mi viaje por la muerte sería mucho...