Segundo Capítulo

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Bueno aquí otravez leo, y les voy a seguir contando mi historia, porque continúa.... Era 2 de julio, un día importante para mi papá, era mi cumpleaños, bajo a el sotano, pero esta vez no lo haría solo, esta vez bajo con mi hermano. Fue algo, tan inpactantante para el, yo estaba comiendo un gran pastel que me había hecho mi padre y al lado mío estaba un señorita que había contado, estaba acaciando mis gordos y mi pecho, esa chica había sido un regalo por parte de mi padre, lo había hecho con la escusa de que esa iba ser la mejor forma de que me adaptará más a mí peso, aun que no era necesario, yo estaba feliz con comer y sentir mi pansa caer cada vez que me acercaba a comer ese pastel. Estaba tan concentrado comiendo y disfrutando de que me estubiera acariciando mis lonjas, que si no fuera por que mi hermano hubiera dicho - leo? Leo? Eres tu... - yo pare de comer y me volteo y le miro - hermanito estas aquí - al hecer estos movimientos mi pansa se le hacen pliegues - tanto tiempo si vernos.... - el se queda calado y le dice algo a el oído de mi padre y el se va, jamás pude saber que le había dicho, él se acerca a mi y me dice - que te paso estas real mente obeso...  Tanto tiempo sin vernos pensé que estabas estudiando... Porque mi padre te hizo esto?? - yo estaba confundido, pensé que se iba aponer feliz, mi padre me decía todos los días que - tu hermano se pondrá realmente feliz cuando te vea así de gordo querido - yo frunci el cello y le dije - porque no te pones feliz, estoy obeso no te gusta verme gordo, porque no te gusta-.

Ya que recuerdo me tenían lavado el cerebro, mi padre era experto para hacer esas cosas, era un charlatán experto, y todos los días me metía a la cabeza, cuando salgas de aquí vas a hacer una estreña, si adelgaza todos te va a odiar.

Y cuando me resigna a comer o me quejaba, cogia unos de mis lonjas y las amarraba y las colgaba por horas, creo que esa fue la razón de que me empezó a encantar estar gordo...

Cuando mi hermano escucho lo que había dicho, me abrazo pero yo no había parado de comer, de repente mi padre bajó con una silla de rudas - ayúdame a subir a leo a su Nueva silla no quiero que se estropee sus rodillas -.

Recuerdo que ese día además que fue muy tedioso, además que mi peso era algo trabajoso, mis conejos estabam tan grandes que se salían a los lados de la silla

- míren mieren mis gorsitos se salen...

La chica Estaba jalando la silla, ella los aprieta y me dice - son hermosos leo pero ahora, te podre de la te un espejo-

Ese día pude ver lo que realmente era, mi pasa me colgaba, era una bola de grasa llena de estrías, mi hombligo estaba en medio de de mi pansa y una Lonja qué se descolgada de esta, mis brazos estaban tan gordos que la grasa se escuria y mis dedos eran masas, tenía una papada enorme y mi pecho estaba sobre mi pansa, mis mies era mazos enormes, y mi cara era solo cachetes

Mi padre se hizo detrás mío diciéndome - vas a hacer una gran estreña - la chica se cienta sobre mis gordas piernas y aprieta una Loja del costado - y yo voy a ser tu esposa mi pequeño gordito-

La historia de leo el obesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora