La Ascensión Del Dragón Emperador Rojo.

Cap 4: Un último deseo.

En serio, en serio, estoy sorprendido... ¿por qué?... pues...

Después de todo ese despliegue, es increíble que todavía esté viva.

Yo simplemente la ignoro, de hecho hablé telepáticamente con Lavinia-san y Le fay para que preparan un poderoso hechizo de ataque... en serio, ver esa Diosa Perra es tan... no tengo palabras para describirla.

En fin, el hechizo de ellas y lo demás está listo.

—Magia de alianza de clase superior, ¡Luz solar Max!.

Lavinia-san y Le fay, así como todos los soldados que participan en esta lucha, fusionan magia...

La cual se convierte en una bengala tan brillante como el sol, y golpea a la Diosa Perra.

Bueno, originalmente, sus aliados también habrían sido arrastrados con ella, pero debido a mi influencia, no están tomando ningún daño.

Y para asegurarse de que golpee, los otros Héroes le lanzan algunos hechizos vinculantes.

—¿¡No ibas palear tú?! ¿¡Qué tan lejos van a ir los insectos para llamar mi atención!? —rugió en ira Medea.

—Si, pero te ves tan patética que no vales la pena.

—¡¡¿Qué dijiste maldito?!!.

Si, iba a pelear, quería destrozarle la cara y todo su ser... pero luego al verla en ese estado tan patético, simplemente no podía, ni siquiera podía verla a los ojos y para rematar, sentía que si atacaba en verdad la acabaría con dos golpes, obviamente no iban hacer golpes simples.

Aún así, incluso Ddraig me dijo que no valía la pena matarla, que había una mejor forma y que de hecho, era algo mucho mejor, así que opté por hacerle caso.

En fin, dejando de lado eso, sigo sorprendido por algo...

¿De dónde viene su espíritu de lucha inquebrantable?.

Ese es el único punto al que le doy una alta evaluación. Supera a todos los que he enfrentado.

—Ise —dice Ingvild.

—Ise —dice Verrine.

—Sí.

Verrine se pone a mi lado y asiente.

Ingvild me busca para su próxima acción.

Así es... Tendré que decidir nuestro próximo movimiento.

—Oh espíritus. Oh mundo. El representante de este mundo ordena y pide poder. Deseo un mundo sin dioses, y para eso ejerzo tu poder. ¡Pilares que unen al mundo, otórguenme el poder!.

En la mano de Ingvild, aparece una estaca hecha de luz, y ella la coloca en mi tridente, luego cambio la forma y lo vuelvo un martillo bárbaro, uso mi tridente para introducirla.

Luego se lo doy, ella lo carga como si fuera una pluma.

—¡Golpe Simple Especial! ¡Bunker Infinito!.

Un ataque simple pero sólido.

Se produce un fuerte impacto, ya que la estaca de Ingvild perfora a la Diosa perra.

Al mismo tiempo, se envió un brillante rayo de luz.

—¡GUAAAAAAAAAAH! —grita de dolor la Diosa Perra.

La luz se vuelve visiblemente más fuerte, y puedo sentir a través de mi piel que el poder de la Diosa Bruja se está dispersando.

Con esto... Sería bueno si ella muriera.