Trato

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Era un jueves por la noche en Brooklyn, la llovizna había iniciado hacía poco y Elena, había decidido hacerle compañía a Logan en su trabajo. Logan era su mejor amigo, quien la había acompañado desde que tenían 10 años y hoy en día, permanecían siendo vecinos en el mismo edificio. Treasure era el bar en el que trabajaba él y dónde Elena solía acompañarlo cada vez que podía, se encontraba a tan solo 5 cuadras de su edificio así que no le molestaba, la hacía sentirse menos sola.

Era un jueves por la noche en Brooklyn, la llovizna había iniciado hacía poco y Bas Becker había tenido un día de mierda, entre las presiones y pretensiones empresariales, se le aproximaba un puesto para el cual ya no sabía si estaba listo. Volviendo a su casa, pasó por la puerta de un bar, decidió estacionar su auto y tomarse un trago para relajar todo lo que lo aprisionaba.

-Len, ¿podrías atender la barra? Debo ir al baño. - Pregunta Logan y yo asentí, quedándome sola en la borra, mientras otros dos empleados atendían las mesas. Si bien había poca gente por el clima y por el día, el lugar tampoco estaba vacío.

Un hombre con un traje espectacular entra al bar y se sienta en la barra. Tenía un Rolex en su muñeca izquierda y varios anillos decoraban sus manos, ninguno de ellos parecía falso. Me acerco para atenderlo.

- ¿Qué puedo servirle? - Le pregunto mientras él busca algo dentro del saco de su traje.

- Un old fashioned. - Dice sin mirarme mientras saca un cigarro de la caja, y lo comienza a prender. Me alejo para prepararle el trago, pero a los escasos minutos vuelvo con el trago ya hecho y lo pongo frente a él. - Gracias. - Finalmente me mira. Sus ojos son grises pero su mirada es completamente inexpresiva, reconozco que piensa algo, pero es indeterminable saber que es ese algo y yo moría por saberlo. "Un hombre con un Rolex siempre oculta algo detrás, siempre tiene un As", eso decía mi padre y los borrachos no mienten.

-De nada. - Respondo y aparto la vista de él para comenzar a limpiar la barra que estaba llena de alcohol. Siento su mirada en mí mientras bebe de su trago. Pronto veo a Logan aparecer.

-Gracias, Len. Deja que te prepare un como agradecimiento. - Me sonríe cálidamente y se acerca para susurrarme algo en el oído. - Ese tipo te está mirando muy fijamente ¿Quieres que lo mande a su casa? - Me rio antes su protección y le digo que no me molestaba. Se conforma con mi respuesta, pero me pide que le avise si cambiaba de opinión.

A los segundos estoy tomando el trago que me preparo Logan y aquel hombre seguía viéndome fijamente. Sería una mentira decir que no soy consciente de que soy una mujer bella, y yo no miento. Pero había algo distinto en su mirada, no me miraba como los hombres que habitúan el bar, no había lujuria ni deseo, parecía que mientras me miraba, pensaba muy concentradamente.

-Si se te ha perdido algo, no lo encontraras en mi cara. - Digo al frente para luego mirarlo a los ojos. Él ríe sutilmente, por lo bajo, como una ligera mueca.

-Descuida, no se me ha perdido nada. - Dice apagando su cigarro en el cenicero. - Nunca vi a una camarera bebiendo en el trabajo.

-Eso es porque no trabajo aquí y si así lo hiciera, en este bar beben todos. Todo el tiempo. - Bebo hasta la última gota de mi trago. - Se nota que es tu primera vez en Treasure.

-Como verás, yo no soy un hombre que venga para este lado de la ciudad. - Levanta su trago y lo mueve avisándole a bartender, Logan, que quiere otro. Me acerco a Logan y le digo que yo le prepararé el trago, ya que él no sabía lo que yo le había servido al hombre. - ¿Cómo te llamas? - Pregunta cuando pongo el trago frente a él.

-Elena.

- ¿Te parecería hacer un trabaja para mí, Elena? - Lo miro incrédula ¿Me está tratando de prostituta acaso? Oh si, en definitiva, me había confundido, sí me miraba como todos los otros hombres en este bar. Me acerco decidida a él, hecha una furia.

- ¿Me estás tratando de prostituta? - Pregunto, aunque la respuesta me parece evidente. El ríe ligeramente.

-Al contrario, te estaría tratando como puro oro. - Esas palabras bastaron para que le dé una bofetada que le dio vuelta la cara. Lo veo pasarle la lengua por los labios y luego morderse la punta de la misma como si estuviese controlando su ira.

Un guardia de seguridad del bar y Logan habían llegado a mi lado corriendo y me preguntando que paso. El guardia estaba levantándolo, pero él se suelta.

-Puedo caminar solo hacia la salida. - Dice enojado. Deja el dinero de los tragos en la mesa y toma la caja de sus cigarrillos. - No me refería a que tengas sexo conmigo Elena, disculpa si se malinterpretaron mis palabras. - Lo veo salir del bar y sé que después de mi reacción, no debía ir tras él. Pero la curiosidad siempre es predominante en mi persona. Lo sigo afuera del bar, la llovizna era leve pero continua.

-Espera. - Le grito y él se da la vuelta. - ¿A qué te referías?

-Deberías haber preguntado eso antes de asumirlo y darme una muy buena bofetada.

-Lo siento. - No me arrepentía, hice justicia femenina. Él debería haberse expresado mejor.

-Eres una mujer deslumbrante. - Se mueve para quedar debajo de un pequeño techo para sacar otro cigarro y prenderlo. Yo sigo de pie bajo la llovizna. - Y yo necesito una cita deslumbrante, que me acompañe a una fiesta de gente con mucho dinero, a la cual debo presentarme como un rey, imponente. ¿Qué mejor compañía que tú?

-Eres un hombre apuesto ¿Por qué no pedírselo gratuitamente a cualquier otra mujer? -Pregunto curiosa.

-Porque ninguna otra mujer se compara, no necesito solo a alguien que sea increíblemente bella, sino que lo suficientemente inteligente como para ser cordial y callarse. Las modelos son bonitas, pero no hacen más que hablar y hablar sin parar, a mí me gusta el silencio. - Le da una gran calada a su cigarro. - Tres mil dólares, limpios. Tu vestimenta y todas esas cosas, te las regalo.

- ¿Qué clase de fiesta es? - Pregunto acercándome a él. La gente con dinero suele tener fiestas alocada con orgias y cosas turbias y yo no me metería en eso

-Una de lo más normal, es un evento de caridad, pero acabo de firmar un contrato importante y debo verme mejor que nunca para la competencia. - Lo pienso durante unos segundos. La verdad es que una grandísima oferta, aparte siempre quise codearme de esa gente, podían llevarte a grandes lugares y yo era una recién graduada que trabajaba de todo, menos de abogada.

-De acuerdo. - Él sonríe y estira su mano para que la estreche.

-Sebastian Becker, pero llámame Bas.

-Bien Bas, pásame tu teléfono. Creo que necesitas un número y una dirección. - Con el cigarro en la boca, busca en su bolsillo el teléfono y me lo entrega. Anoto mi número en el teléfono.

-Mañana a las 11 de la mañana pasaré por ti para buscar el vestido. Te llamare temprano. La fiesta es el sábado por la noche- Dice y tira su cigarro al piso.

-Existe algo llamado trabajo, quizá no hayas escuchado de él, pero yo lo tengo. – En definitiva, es adinerado si cree que uno simplemente a las 11 de la mañana puede estar libre.

- ¿A qué hora tienes libre?

- A las cuatro ya estoy de vuelta en mi apartamento.

- Bien, a las cuatro entonces. Nos vemos mañana. -Comienza a caminar, supongo que a su auto. – Ah, y se puntual Elena. – Dice aún de espaldas, aún caminando hacia su auto.

-Nos vemos mañana, Sebastian. Buenas noches. - Me doy media vuelta para entrar al bar.

-Buenas noches Elena. - le escucho decir.

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2022 ⏰

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