Extra 2: Proteger.

5.3K 292 287
                                    

Quería hacerlos pedazos, destrozarlos con sus propias manos, tomar sus cuellos con fuerza y no soltarlos hasta que dejaran de respirar. Podia ver a tres sujetos sobre una persona en el suelo, la que pataleaba y trataba de soltarse. El caballero de plata noto su presencia cuando su cosmos se elevo como nunca antes lo habia hecho, ese pobre hombre pudo jurar que vio un brillo rojizo en los ojos de ese niño antes de que la Otra Dimensión se lo tragara. Los otros dos solo vieron asustados que de su compañero solo quedo la armadura que lo había abandonado, para nada dispuesta a protegerlo.

- ¿Quien demonios eres mocoso?

- ¡El que les va a partir cada uno de sus huesos por atreverse a tocar a mi gemelo!- no les dio tiempo a nada, los sujeto fuerte del cuello para golpearlos en el suelo y desaparecerlos tambien, no le importaba que el Patriarca lo castigara, él debía proteger a su hermano menor y eso estaba haciendo- ¡Kanon. Kanon! mirame ¿estas bien? ¡Dime que esos desgraciados no te hicieron nada!

Tomo su rostro entre sus manos más asustado que nunca, si esos mal nacidos lograron su cometido se arrepentiría toda su vida de haberlos enviado solo a la Otra Dimensión y no acabar con ellos con la Explosion de Galaxias. Su hermano lloraba, incapaz de decirle una sola palabra. Se horrorizo al ver que tenia el cuello y parte del pecho cubierto de marcas rojas, la ropa rasgada al igual que el pantalón pero al parecer no habian pasado de eso. Solo pudo abrazarlo con fuerza, culpandose por no llegar unos minutos antes y agradeciendo a los Dioses al mismo tiempo por no tardarse más. Unos cuantos minutos y la historia seria otra.

Cargo a su gemelo hasta el templo de Géminis hizo hasta lo imposible para calmarlo y ayudarlo a dormir. El primer celo de Kanon había llegado a sus 12 años, una edad prematura, Shion lo ayudo a cuidarlo esa vez. Ahora a sus 14 su celo se adelanto y esos malditos se aprovecharon a la primera aportunidad. Le acariciaba los cabellos con cariño cada vez que lo veía moverse incomodo por alguna pesadilla o producto de esos calores del demonio que no lo dejaban en paz. Esa noche no dormiría en caso de cualquier cosa.

A la mañana siguiente lo desperto el llamado del Patriarca, ni cuenta se dio cuando cayó dormido. Kanon aún se aferraba a él con fuerza. Quiso levantarse din despertarlo pero no lo consiguio.

- No te vayas...

Se le apretó el corazón de solo escucharlo. No quería dejarlo solo pero si se tardaba más su castigo podia ser peor y debía afrontar sus actos como Caballero que era.

- Créeme que lo más quiero es quedarme aqui contigo. El Patriarca me llama, Auriga ya debía mostrarle lo que paso anoche. Dejare el laberinto activado, nadie que no sea yo podrá acercarse a la habitación. ¿Esta bien?- beso su frente con cariño- No tardare.

Una vez que estuvo seguro que nada malo le pasaría uso la Otra Dimensión para llegar pronto y no tardarse tanto en volver. Shion lo miraba serio, no podía adivinar que estaría pensando.

- Saga.

- Patriarca.- se adelanto a cualquier cosa que quisiera decirle- creo que ya sabe lo que ocurrio anoche, me deje llevar por la rabia del momento, y aunque no me arrepiento de haberlo hecho estoy dispuesto a cumplir cualquier castigo que quiera darme, pero por ahora no quisiera apartarme de mi hermano esta en una situacion delicada, ya me costo mucho venir aquí.

- ¿Lo dejaste solo?

- El laberinto lo protege, nadie puede acercarse a donde esta.

- Saga, sentí el cambio brusco en tu cosmos anoche en un principio si pensé en castigarte, pero solo estas protegiendo a tu hermano, como todo alfa protege a su ser querido. Creo que les tengo una solución pero debe ser aprobada por Kanon tambien.

Celo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora