Natalia le dio un sorbo a su cerveza y miró a Alicia.
La pelirroja parecía muy complacida con todo el jaleo que había armado al llegar a la barbacoa. Tendió un plato de costillas humeantes frente a ella y a la morena se le hizo la boca agua. Su estómago se retorció de hambre y se frotó las manos. La verdad era que había decidido ir a la barbacoa porque necesitaba despejar la mente luego de la llamada que había recibido esa tarde y porque adoraba las costillas. Nunca desechaba una invitación a comerlas.
Gracias a su metabolismo de nadadora, podía comer lo que le diera la regalada gana. Claro que como buena profesional y obsesiva que era, cuidada su dieta... hasta cierto punto.
Un par de cervezas de vez en cuando tampoco venían mal. Siempre con moderación.
Notó que Alicia comenzaba a encenderse un cigarrillo y la miró de reojo.
-Alicia-La aludida la miró-Sabes lo que odio el humo...
La rubia puso los ojos en blanco. -Si mal no recuerdo, cuando entraste a la universidad se te podía ver echándote un pitillo por los pasillos-Respondió divertida dejando el cigarrillo a un lado.
-Sí, pero eso era cuando tenía dieciocho y podía nadar ochocientos metros hasta dormida-Suspiró-Cuando te vas haciendo mayor las cosas cambian.
-Qué responsable-Dijo Alicia irónica hincándole el diente a sus costillas, embadurnándose la cara con la salsa. Natalia sonrió divertida. Le agrada Alicia. De hecho le gustaba bastante y le pareció divertida la relación que tenía con su hermana menor.
Natalia no tenía hermanos, pero estaba segura de que no era normal tanto odio.
-Tu hermana está mirándote como si quisiera asesinarte-Murmuró Natalia comiendo con ganas. Casi gimió de lo bueno que estaba aquello.
Alicia miró hacia donde estaban sentadas María y Alba.
La menor de las hermanas estaba comiendo con tenedor y cuchillo y de forma muy pulcra. Mientras que la mayor seguía con la cara sucia como una niña pequeña. Alicia le lanzó un beso y Alba puso los ojos en blanco.
La pelirroja notó que los ojos de Alba se iban escurridizos hasta Natalia. No podía culparla, Natalia era una obra de arte, pero se suponía que a Alba no le gustaban las chicas.
-De hecho está mirándote a ti, cariño-Natalia levantó la vista y Alba apartó sus ojos sonrojándose.
La morena sonrió a medias.
-Probablemente también quiera matarme. Alicia le dio un gran sorbo a su cerveza riendo.
-¿Tú también quieres una foto?-La imitó partiéndose de risa-Esa ha estado buena. Natalia frunció el ceño.
-Su amiga se acercó a tomarse una foto ¿Cómo iba a saber que ella no?
Alicia siguió riendo y la miró con intensidad.
Dios mío, Natalia Lacunza era sexy incluso cuando comía costillas asadas.
-Sabes que no eres el centro del universo ¿verdad?
-¿Ah no?- Natalia rio -He vivido engañada toda mi vida-Dijo irónica y le dio otro sorbo a su cerveza.
-Además, mi hermana probablemente no tenía idea de quien eras. Sácala de sus libros y va perdida por el mundo.
Natalia levantó la vista detallándola.
Era pequeña y menuda y su pelo recogido en un moño alto la hacía ver un poco más mayor de lo que probablemente era. ¿Qué edad tendría? ¿Dieciocho? ¿Diecinueve?. Costia tenía razón. Tenía toda la pinta de ser una remilgada y Natalia odiaba a las remilgadas.
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In too deep
FanfictionAdaptación Albalia AU Todos los derechos reservados a la autora original Alba Reche pensó que a su corta edad, el mayor de sus problemas (ademas de la nefasta relación con su hermana mayor Alicia) era estudiar en una universidad tan exigente como Ha...