Te esperaré papá

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-¡Hey papá!- Tomé de la chaqueta de mi papá para llamar su atención, el por su parte, estaba leyendo unos extraños papeles con gran variedad de letras y números, durante que en su otra mano sostenía una taza de té caliente. Levanté la mirada y pude notar que sus orbes cafés estaban posados en mí mirándome con ternura.

-¿Pasa algo cariño? -Preguntó en un tono de voz suave aun manteniendo su mirada en mí. Dejo sus papeles en la mesa más cercana y posteriormente se colocó en cuclillas para que de esta manera se pudiera colocar a la misma altura que la mía, sonrió esperando que yo le respondiese.

-Hoy iremos al zoológico como hemos planeado, ¿verdad? -Deseaba volver a ver a los animalitos que allí se encontraban, además de pasar una tarde agradable con mi papá, tal como hace unos meses. Él manejaba una empresa, así que la mayoría de las veces estaba ocupado, esto ocasionaba que yo me quedase sola en casa, mientras que mi mamá… uhm bueno, mi papá me explicó que ella se había ido con otro chico, recalcando que siempre me iba a querer aunque no estuviera en casa conmigo. Ella después que se fue de este hogar, no me ha visitado, llamado, entre esas cosas que debería hacer las madres, actualmente sólo confiaba en mi papá.

- Claro princesa. Te lo prometo. -Suspiró y luego prosiguió- Recuerda que iremos después de que salga del trabajo. –Diciendo esto me brindó un cálido abrazo y prosiguió con la lectura de sus documentos- Hoy es sábado, así que salgo más temprano que de costumbre. –Sonrió nuevamente para mí dándome ánimos de que sí iríamos al zoológico.

  Le devolví la sonrisa dulcemente, estaría esperando esta salida con ansias para estar más unida a mi papá también de esta forma salir de la rutina. Luego de unos minutos, tomó sus materiales de trabajo y se dirigió a la puerta principal no sin antes, darme un beso de despedida en la mejilla. Ahora, sólo me quedaba esperar hasta más tarde para que regresara mi padre.

Pasé el rato jugando con mis muñecas, las peinaba, vestía y hacía la típica conversación entre ellas, tratando de cambiar mi tono de voz para cada una. Una hora después ya me había cansado de mis muñecas, de manera que fui a ducharme y vestirme para la salida; posteriormente cuando estaba lista, fui a la cocina para buscar algo que comer, lo único que vi fácil fue un paquete de galletas de chocolate, la tome sin vacilar ya que son mis favoritas.

  De repente escuché que abrían la puerta principal, corrí hasta la puerta y miré esperanzada hacía esta esperando a que fuera papá, al girar el pomo de esta y entrar visualicé que no era mi padre, si no que mi tío. Mirándolo con detenimiento, pude notar que sus ojos y/o nariz estaban rojos pensé que quizás sería porque tenía gripe o alguna otra enfermedad, luego de unos segundos de entrar me dio un fuerte y largo abrazo estaba asombrada por tal reacción así que lo abracé a él también. Miré el reloj que había en la pared, eran las 4:55pm, mi papá tuvo que haber llegado hace una hora ¿habrá pasado algo?, decidí preguntar.

-¿Sabes dónde está papá?, no ha llegado. –Me separé de mi tío al preguntar en mi voz se podía notar cierta tristeza en cada palabra. Mi tío me miró con  sus ojos aguados, en cualquier momento sus lágrimas se escaparían, abrió su boca para embozar algunas palabras pero luego la cerró, respiró profundamente varías veces para calmarse.

- Alisson, querida… -Se limpió el rostro para continuar, tomó mis muñecas y las apretó con fuerza. Por mi parte, mi corazón se aceleró, estaba nerviosa por lo que me diría- Tu papá, uhm- ¿Qué había pasado con mi papá?, ¿llegaría tarde hoy? Mi tío pensó un rato las palabras correctas para decir, normalmente él no es así- Tu papá, no está aquí con nosotros, cariño. – ¿¡No se encuentra aquí!? pero me dijo que regresaría, me lo prometió. Mis lágrimas brotaron sin que me diera cuenta también se formó un nudo en mi garganta, mi papá regresaría, él no me dejaría sola.

Me llevaron a lo que sería un lugar triste, mi papá estaba allí acostado, encerrado en una caja de madera mientras que mis familiares lloraban al verlo allí. Con cuidado y lentamente me acerque a la caja de madera, ahí estaba mi padre, parecía dormido ¿por qué se quedaría ahí dormido? Es algo raro en él. Moví la caja varias veces para despertarlo, pero seguía allí sin hacer ni un solo movimiento.

-¡Papá despierta! Ya es tarde para ir al zoológico. –Susurré cerca del cristal que encerraba el rostro de mi papá. Me senté a esperar que mi papá despertase, escuché que fue por culpa de un accidente automovilístico pero no entendía. Pasaron las horas y el seguía allí, dormido como antes, mi tío me tomó de los hombros susurrándome al oído que ya debíamos irnos, por mi parte no podía dejar a mi padre allí, solo. Me solté de su agarré y nuevamente me acerque al cristal.

-Vamos a casa papá, ya es muy tarde, debemos irnos-Dije con un nudo en mi garganta, mis ojos de nuevo se colocaron aguosos, dando finalmente a los sollozos cuando mi tío me tomó de un brazo para retirarnos, éramos los únicos que quedábamos allí, antes de irme sólo pude decir en mi mente -Te esperaré en casa papá.

Desperté gracias al despertador con su tono irritante, me senté al borde de la cama y noté que tenía algunas lágrimas en mi rostro. Después de limpiar mis ojos miré a mi mesita de noche, posaba una fotografía de mi padre conmigo cuando era niña. Ocupé el marco donde estaba la fotografía con mis dos manos mientras que mi mirada se tornó cada vez más melancólica al ver por más tiempo la foto, aunque tenía veinte años, vivía sola sin nadie a mi lado, sin nadie con quien compartir mis logros, necesitaba a mi papá. Recuerdo que esa noche lo esperé hasta que me quedé dormida, no dejaron quedarme en mi propia casa, de forma que cuando regresé al día siguiente esperaba encontrarme a mi padre… lamentablemente él no estaba ahí.

Lloré y lloré por días, mantenía la esperanza de que regresara pero no era así pasaban los meses y no lo volví a ver. Pasé el resto de mis días con mi tío, es estricto pero supuse que quería lo mejor para mí ya que necesitaba ahora más que nunca una familia.

  Inesperadamente, se creó un fuerte nudo en mi garganta al igual que los sollozos, simplemente surgieron. Aun mirando la imagen le susurré a esta -No regresaste a casa papá.

Te esperaré Papá. ~Oneshot~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora