Lisa y Jennie estaban de camino a la casa de esta última por un trabajo de Ciencias.
Al llegar saludaron a los padres de la mayor y subieron al segundo piso donde la peli rubia estaba encantada con la decoración de los pasillos.
Jennie en eso recordó que tenía los libros que iban a utilizar en la biblioteca del primer piso así que le indico a Lisa que se adelantara a la habitación.
—¡Jennie yo no sé cual es!— exclamó mirando con ojos grandes el pasillo con distintas puertas– rayos... de tin marin de do pin gue—señalaba las puertas mientras trataba de adivinar.
De repente un delicioso olor llamó su atención, no era solo uno era una combinación de varios. ¿sería perfume? No. Es...
Sin poder ocultar su curiosidad abrió una de las habitaciones haciendo que el aroma que había sentido antes le llegara de golpe atravesando de su nariz.
Ingresó con curiosidad y vio un cúmulo de frazadas en la cama cuando iba a dar un paso más en la estancia escuchó un gruñido.
Un gruñido de omega, un omega le había gruñido. Tarde fue cuando se dio cuenta que estaba invadiendo un nido. Se alteró porque sabía que los nidos eran algo especial para los omegas y ella no lo conocía así que se disculpó de inmediato saliendo de la habitación.
Ya fuera del cuarto escucho pequeños sollozos del omega de olor a fresas con chocolate. Se sintió mal y estupida, su alfa pedía consolarle pero sabía que solo lo arruinaría más.
Fue justo cuando llegaba Jennie junto a un chico de piel blanca y ojos gatunos que se asustó y alivió.
YoonGi, quien iba con Jennie a su lado vieron a la chica la saludó hasta que escuchó sollozos que hizo que algo en él se estrujara con preocupación.
—Algo le pasó a JiMin —dijo intentando abrir la puerta pero la rubia le detuvo.
—Es un omega tiene un nido no puedes entrar. Lamentablemente lo invadi sin querer por eso esta así. Lo siento mucho—se entristeció pensando que le había hecho daño al pobre omega sabia que un nido para ellos no era cualquier cosa.
—Oh no. Entraste al cuarto de ChimChim. YoonGi debes calmarle—exclamó Jennie mirando a Yoongi con preocupación.
—yo veré como esta, seré cauteloso no se preocupen—dijo mientras con delicadeza tocaba la puerta de la habitación sin querer alterar a su pequeño amigo JiMin.
—¿Esta bien que él vaya?
—Si...—sonrió sabiendo que a su hermano de lindas mejillas le gustaba ese alfa que además era su mejor amigo.—Estoy segura que el se encargará. Es el único que puede calmarlo. Y necesitan hablar.Jennie jalo a Lisa a su habitación confiando en que Yoongi consolaría a su hermano, después ella misma iría a verle.
Yoongi escuchó un pequeño Hyung entre hipidos, así que tomándolo como una invitación ingresó a la estancia.
Yoongi se encontraba aún pegado a la puerta viendo como en el cúmulo de mantas y ropas se asomaba una mancha pelinegra y manitos regordetes.
—Mi dulce mochi ¿puedo acercarme?—susurró con delicadeza no sabiendo si sería bien recibido en el nido de su pequeño mochi.
—Hyung... —vio como los ojitos de Jimin se aguaban con los labios fruncidos.—se arruinó, Hyung—murmuró con pena—se arruinó mi nido.
El corazón de Yoongi se llenó de ternura ante la dulce vista frente a sus ojos.—pero si esta hermoso , cachorro, es el nido más lindo que haya visto.