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Las gotas de agua caían rápidamente una a otra

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Las gotas de agua caían rápidamente una a otra. La gente se resguardaba en las sombrillas o en las tiendas que quedaban cerca. Algunos padres se quedaban a reír debajo de la lluvia saltando con sus hijos en los charcos de lodo que se hacían en el transcurso del tiempo.

Y precisamente lo que odiaba ver era lo último.

En una de las sillas del parque se encontraba hecha bolita, queriendo dejar de existir por al menos un segundo.

Estaba mojada, triste y sola.

¿Qué más daba? No era importante. De seguro los demás ni se habían dado cuenta aún que no se encontraba en el Bounty, y si supieran estarían disfrutando sus minutos de ausencia para relajarse. Después de todo era una carga.

Eso le decían. Eso lo hacían ver.

Que inútil era. En lugar de intentar ganar su confianza lo único que hacía era complicar las cosas.

La culpa de sus desgracias eran de ella, pero a pesar de saber que era así no deseaba aceptarlo. Ella culpaba a todo el mundo para no tener que soportar la verdad.

¿Qué importaba si lo hacía? A quien únicamente le hacia daño era a si misma.

—¿Estás bien? —perfectamente conocía esa voz. Kai estaba parado enfrente de ella con una sombrilla cubriéndolos ahora a ambos—. Estábamos preocupados. No vuelvas a hacer eso —dijo con un poco de molestia.

—S-Si, lo siento mucho —la rubia tembló un poco, poniendo tibuteos en su voz—. No sucederá de nuevo —dijo decidida sabiendo que mentía. Eso de salir ya se le había hecho costumbre, odiaba estar con ellos en el Bounty.

Ella no era digna de ser tratada como una de ellos, pero tampoco debían maltratarla. Era horrible estar en la misma casa de tu abusador, peor aún si son cuatro.

—Tenemos que irnos, puedes resfriarte —como si sus palabras fueran mágicas Lloyd estornudo en el mismo instante—. ¿Ya ves?

—Kai, yo no... Yo no quiero irme —dijo la pequeña bajando su cabeza avergonzada—. No después de la pelea con Cole.

—¿Cuál pelea? —preguntó, arqueando su ceja. La curiosidad le había llegado.

—Antes de llegar al Bounty le dije a Cole que quería ayudar, pero él se río de mí diciendo que eso jamás sucederían, qué me estaría vigilando para que no robara las armas y se las diera a mi padre —explicó Lloyd con un tono de molestia, a la vez que veía la lluvia caer. Suspiro y luego miro a Kai—. ¿Tú crees que puedo llegar a hacer eso?

El silencio abundo en el pequeño espacio en el que se encontraban los dos. Kai miraba a todas partes nervioso, pensando en una respuesta adecuada para Lloyd. La chica al ver como él no se inmutaba a hablar lo tomó por respuesta.

—No te culpo —respondió desprevenidamente—. Por mí todo Ninjago corre peligro.

—¿Qué? Pero no he dicho nada —dijo, intentando eliminar la culpa de su contrario—. No es tu culpa, creeme.

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2020 ⏰

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💮 Caliente El Tacto 💮 [] Ninjago, Greenflame []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora