Para: Renata 27 de Mayo
¡Eres un maldita tramposa! ¡Hiciste un juego muy sucio! ... A decir verdad me gusto ¡Pero esta mal! Agh ... Estoy tan furiosa y y y ¿Feliz? ... No esperaba que aparecieras en mi habitación a esas horas, entraste por la ventana de mi habitación a alta horas de la noche. Pediste que habláramos, me negué, pedí que te fueras, pero tu no te ibas. Mis padres y hermanos no estaban por lo cuál comenzamos a discutir de manera alta
Te acorrale contra la pared de mi habitación, parecías estar asustada. Te grite lo que tanto tiempo había estado guardando, las lagrimas salieron de mis ojos, ya no estabas asustada; más bien, sorprendida. No dijiste nada y solo te abalanzaste a mi, juntando nuestros labios. Al principio me negué a corresponder sin embargo, rodeaste mi cuello con tus brazos, juntando nuestro cuerpos, tus pechos se aplastaron contra los míos. Cedí ...
Correspondí aquel beso lleno de pasión cerrando mis parpados, las lagrimas comenzaron a dejar de salir, mis mejillas ardían por lo rojizo que se encontraban. Nos separamos del beso por falta de aire, abrí mis parpados quise decir algo pero volviste a besarme, esta vez el beso era más apasionado, metí mi lengua dentro de tu boca para explorarlo rozando con el tuyo. Alzaste la pierna izquierda haciendo que tu falda se recorriera hacía atrás, colocaste tu pierna a un lado mío, por inercia, lo tome con mi mano, recorrí tu muslo, podía notar tus mejillas sonrojarse mucho, tu piel es muy suave, llegue hasta tu trasero, meto mi mano dentro de tus pantis sintiendo mejor tu glúteo izquierdo apretándolo, sumergiste un pequeño quejido en nuestro beso
Me separé del beso, un hilo de saliva unían nuestras bocas, tu respiración estaba agitada, las mejillas muy rojizas, el hilo se rompió al momento de que abrí la boca para decir algo. Aunque después la cerré para acercarme a tu oído, te susurre que te quitaras la camisa. Pues traías una camisa de botones, cómo si fuera una especie de orden comenzaste a desabrochar los botones de la camisa con rapidez mientras yo jugaba con el glóbulo de tu orejas al mismo tiempo apretaba tu glúteo. Tus suspiros eran una melodía para mis oídos
Cuando terminaste de desabrochar-lo, hiciste lo mismo con tu sostén, dejaste caer ambas prendas, observe con fascinación tus pechos, grandes y redondos. Y aunque fueran pequeños aun los amaría, parecías muy avergonzada de que estuviera viéndolos fijamente. Me reí ligeramente, agachando mi cabeza, sin aviso metí tu seno derecho dentro de mi boca comenzando a chuparlo, lamer-lo por dentro, soltaste un suspiro largo, bajando la pierna, con mi mano libre apretaba tu otro seno mientras las yemas de mis dedos jugaban con tu pezón. Colocando mi mano encima de tu intimidad por debajo de los pantis, empecé a frotarlo. Tus suspiros se convirtieron en gemidos altos ....
¡¡No debería estar escribiendo esto!! ... El punto es que esa noche te hice mía por varias horas, deje marcas por todo tu cuerpo descargando mi molestia. Quedamos ambas agotadas, cerré la puerta de habitación con seguro antes de arroparnos y dormir cómodamente en mi cama. Al despertar ya no estabas, dejaste una nota diciendo que mañana tuviéramos una cita ¡Eso no se hace! Cómo sea, no pude recibir una explicación de tu parte ... Jugaste muy sucio pero ... Me gusto bastante ...
Mañana en nuestra cita, querré mis explicaciones
De: Jade
ESTÁS LEYENDO
Cartas de Jade
Short StoryEstas cartas expresan mis sentimientos hacía ti, tanto negativos cómo positivos. Al menos aprecia eso de mi parte