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Recuerdo estar ahí. Creo que se trataba de un salón de clases, muy desordenado, gris y frío. Yo trataba de arreglarlo; libros, basura y polvo donde fuese que mirase, y los culpables de ello, sin duda alguna, eran nada mas y nada menos que dos personajes que en la vida he conocido; vestían de igual forma,-con una chaqueta color roja con detalles blancos y pantalones de mezclilla- y se encontraban sentados sobre la mesa del profesor, ellos dos reían sin parar, lanzaban libros, basura y de más a donde sea que pudieran, eran totalmente molestos.
También recuerdo ver a mi izquierda a una chica, ella se veía tan distraída o posiblemente concentrada en lo que se suponía estaba haciendo, que por obvias razones decidí no llamarla.
Continúe con mi interminable intento por ver esto mejor. Recogí unos cuantos libros, y de la nada uno callo a mis pies; "Tipos de Amor". Al verlo lo tome por un momento en mis manos, lo hojee un instante, y con ello descubrí que eran muchas ilustraciones, me pareció algo divertido, así que solo suspire y tome asiento en una silla cercada dispuesta a ver el contenido de aquel libro;
En el primer cuadro, se encontraba un sujeto, aquel hombre era jodidamente alto y delgado. Su apariencia no parecía ser la más favorable; su cabello -de un tono negro oscuro- era largo y totalmente desordenado, su rostro era pálido, y por debajo de sus ojos se encontraban ojeras bastante marcadas, y su mirada.........su mirada, directa y fría, simplemente lo hacían ver como un hombre realmente serio. Recuerdo que se encontraba en un cuarto realmente oscuro y grande, un poco desordenado debo resaltar; hojas de papel regados por el suelo, herramientas y planos por doquier. Y si, aquel sujeto vivía ahí.

Para sorpresa mía, aquel buen señor salió por la puerta mas cercana a él. Esta lo llevo a las escaleras, que inmediatamente bajo sin prisa
-Buenos días Sr. Peterson- Aquella mujer que lo aclamaba, no era nada más y nada menos que la dueña de aquella casa; una señora un tanto vieja, gorda y enferma a causa del consumo constante del cigarro.

-Sra. Brainbridge, que agradable sorpresa el verla a estas horas del día- El señor Peterson hablo amablemente a su compañía (?)

-No debería dejar que cosas tan simples le sorprendan- Tosió por un momento- Debería ir con más prisa a su destino, de la nada el día puede decaer y no queremos que algo malo pase- Añadió, solo para guardar silencio y esperar una respuesta.

Aquella mujer no me daba buena pinta, más sin embargo era parte de la historia, y contra eso nadie puede hacer nada. El señor Peterson solo se limitó a sonreír y salir como si nada de aquella sala, se dirigió a un pasillo dando la vuelta, y salió por la puerta principal. Al salir, solo dio un vistazo a su lado izquierdo y luego derecho, al percatarse de que todo se encontraba en orden, se decidió por caminar sin prisa a una tienda que se encontraba a cuatro calles de ahí. Entro y de inmediato se dirigió a las herramientas mecánicas, tomo un reloj de bolsillo, unas cuantas prendas para vestir -un pantalón, camisa y zapatos- y próximo tomo un par de flores

-Con esto será más suficiente- Menciono al señor que atendía en la resección para luego pagar y salir de inmediato.

El señor Peterson, en realidad pensó muy seriamente en llevar cosas extras, pero por la cantidad de efectivo que llevaba decidió que no. Después de pagar la cuenta, tomo los artículos que adquirió y se dispuso a volver a su hogar. Al salir del local, volvió a ver ambos lados, solo para darse seguridad y caminar sin cuidado.

La calle era simplemente preciosa, el día estaba despejado, era cálido y daba una sensación de armonía increíble. Al señor Peterson le gustaba poder apreciar cada uno de los detalles que rodeaban su pequeño recorrido (porque en realidad no acostumbraba salir a caminar por los alrededores, generalmente solo se ocultaba en su oficina y salía por lo que necesitaba) Después al llegar a la entrada del edificio, saco las llaves de su bolsillo, abrió la puerta y regreso la mirada al parque que estaba frente al edificio, dio un suspiro y entro sin más.
Cuando entro, dejo las flores en la mesa del patio, y corrió a toda prisa a su departamento. Al llegar al tercer piso, se aproximo a la puerta de entrada, nuevamente saco sus llaves y se abrió paso al interior. 

Y tal vez es aquí donde se vuelve interesante.

Aquella calidez de medio día se esfumo al momento en que el señor Peterson cerro la puerta de su departamento, ese se lleno de mucho silencio y lo que estaba dentro a penas se podría percibir. Dejo los artículos que compro en una pequeña mesa, luego encendio una lampara de aceite (que aun no iluminaba lo suficiente), y prosiguió a colocar sobre sus manos unos guantes de hule. 

-¿Estuviste bien durante mi ausencia...?-Fue ahí donde me di cuenta de que en realidad no estaba solo en aquella habitación oscura, y me llene de tanta curiosidad, porque luego pude apreciar sobre la mesa lo que parecía una silueta humana, cubierta completamente con una sabana, rodeada de muchas herramientas, piezas mecánicas e incluso objetos quirúrgicos -Supongo que sigues durmiendo- Dijo para si, y luego quito la sabana de aquel bulto escalofriante. 

Y creo que solo puedo expresar lo fascinada que me sentí al poder aprecia lo que se encontraba ahí, aunque en ese momento tal vez no lo entendía del todo.......

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