Todo era simplemente asfixiante. El color era asfixiante. El lugar era asfixiante. Las damas - que eran mis amigas- estaban asfixiantes. Mi madre estaba asfixiante. Mi traje blanco que vestía como un trofeo me parecía asfixiante.
Todo en sí se sentía asfixiante. Todo, desde la emoción de los invitados hasta el buque de lirios blancos que mamá y mi futura suegra habían escogido con ojo crítico.
Todo me hacía sentir que andaba navegando en medio del mar. Sin ningún bote o salvavidas que me ayudaran.
Me vi en el espejo nuevamente. Sabía que estaba bien, espectacular según mis damas. Pero no me sentía bien. Me sentía como en un juicio. Un juicio que marcaría dos opciones: la horca o el fusilamiento. Así me sentía.
Debería estar feliz. Feliz. Un significado que había tenido demasiadas sensaciones a lo largo de mi vida, pero que con el tiempo y muchas decisiones había perdido el sentido. Hasta hoy.
Se suponía que mi felicidad debería estar pasando la puerta de esta mansión. Abajo en el gigantesco jardín con Eijirou esperándome en el altar, y su sonrisa afable estaría tan grande que se le marcarían los pequeños hoyuelos de sus mejillas. Esa debería ser mi felicidad, pero se sentía como un trago pesado y amargo.
Desde que él había vuelto y había dejado una marca de nuevo...
Dos semanas antes:
Estaba realmente emocionado. La cena de ensayo antes de la boda estaba siendo realmente amena y divertida.Mi mamá y Toshinori se estaban divirtiendo con los padres de Eijirou mientras bebían vino al otro lado de la mesa.
-Se llevan de maravilla- me susurró Eiji en confidencia sonriendo de medio lado- quién diría que tú madre era tan encantadora
-Una de las tantas virtudes de mamá- proferí mientras bebía un poco de mi copa de vino tinto- ya verás que se llevará tan bien con tus padres que estarán metidos en su hogar hablando de recetas y de chismes.
-Tu heredaste ciertas cosas de ella.
- ¿Lo encantadora?
-Lo lindo de ella, su sonrisa, sus ojos.
- ¿En serio no te equivocaste de prometido? - lancé socarrón mientras volteaba la mirada a otro lado.
Eijirou lanzó una breve risotada antes de rodearme las caderas con uno de sus brazos de marine y besarme en la mejilla, la comisura de mis labios y finalmente en los labios. Nuestros amigos gritaron emocionados y burlones.
- ¡Vayan a una habitación!
- Que lindos se ven...
- ¡Kirishima, el voto de castidad!
Ambos reímos ante las bromas de nuestros amigos. Uraraka estaba feliz riéndose junto a Tenya, chocando sus copas. Momo sonreía a nosotros alzándonos la copa. Todoroki lucía serio como de costumbre. Mina alzaba la voz junto a Denki, llevaban unos cuantos tragos encima. Todos la estábamos pasando bien.
Era simplemente irreal que faltaban solo dos semanas en dónde me casaría con Eijirou después de cuatro años y medio de relación juntos. Y se sentía tan bien en ese instante.
Ya el lugar de la boda y la luna de miel estaban listos. Habíamos alquilado un apartamento cerca del centro de la ciudad y ya estaba amueblado para cuando regresáramos. Solo me esperaban los mejores años de mi vida después de casarme, hacer el amor y amar a Eijirou con toda la fuerza de mi pecho.
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Sentimiento Vagabundo
FanfictionMidoriya Izuku está a punto de casarse. La gente espera que él esté feliz, emocionado y ansioso por aquel siguiente paso gigante en su vida. Sin embargo, no se sentía ninguna de esas cosas. Solo podía sentirse nostálgico. Nostálgico y culpable, porq...