Eutopía

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Disclaimer: Bleach y sus personajes son propiedad de Tite Kubo.


La vida no es lo que parece, para ninguno de los casos; los ricos se vuelven más ricos y los pobres, ellos siguen siendo más pobres. Porque no existe un punto medio, no, no lo hay, en esta escuela o eres rico o eres pobre; hay muchos de clase media como yo estudiando aquí, unos porque sus padres solo quieren guardar las apariencias, otros como yo tienen una beca. No es que sea pobre, mi padre tiene una pequeña farmacia y no nos ha faltado nada afortunadamente, a pesar de ser una familia de cinco (solo que al entrar aquí ese tipo de vida no está bien vista) tengo lo que necesito y eso me basta. Entre hace un año a este instituto de ricos, no falta mucho para graduarme, solo dos años. Por el momento eh pasado de ser percibido, aunque con la cabellera que tengo no es muy fácil, solo me limito a venir a clases e irme apenas se terminan, no eh establecido alguna amistad, ni me interesa hacerlo. La razón por la cual estoy aquí y mantengo mis notas, es porque mi madre se puso muy contenta que yo estuviera en el instituto al cual ella asistió; este cerebro se heredó de ella, ya que mi padre, bueno él; él es un gran sujeto. Espero seguir siendo un punto ciego en este lugar hasta la graduación.

Camine como todos los días, por las mismas aceras del instituto dirigiéndome a mi clase, muchos chicos hablaban sin importarle quien haya a su alrededor, y eso me alegra en demasía, a mi realmente nunca me ha interesado esas conversaciones banales; las cuales se basan en cuánto dinero tienen sus padres en la cartera.

Suspire por enésima vez en la mañana. Se suspendió una clase por motivo que la profesora tuvo una calamidad doméstica, estamos libres, no hay salón y me mantengo escondido bajo la sombra de un gran roble. Tranquilidad, eso es lo que necesito, pero al parecer el destino no quiere eso; escucho a los lejos unas voces de dos chicos específicamente, parecen que se ríen de algo, ese algo es una chica, lo sé porque escucho sus suplicas; al parecer quieren mofarse de ella, no le prestó atención porque ese no es mi problema, lo último que quiero es ganarme un enemigo.

Las suplicas se hacen cada vez más audibles y la risa de los jóvenes me molesta, al parecer no se cansaran, me asomo levente por el roble y veo como un chico la tiene debajo de él. Abro como nunca los ojos, esto ya no es una broma, esos chicos querían violar a esa chica.

- Vamos nena, esto es lo quieres- el chico sonríe con suficiencia, mientras le levanta la falda - Una chica como tú esto es a lo único que puede aspirar... A ser una pu...- su rostro se desencajo antes de que terminara su verso, no podía siquiera tolerarlo ¿Una chica como ella? ¿Ellos que son?

Mis ojos soltaban llamas, uno que otro golpe se llevó ese tipo de sonrisa sarcástica, su amigo intentaba ayudarle sin éxito. La chica solo observa mientras se cubre la parte superior, que ya solo tenía unos cuantos botones- ¿Quién te crees?- escupe el chico con un labio partido diciendo cuanta blasfemia se atravesara en su garganta, con palabras que ya conocía ¿No sabes quién soy yo? Eso es lo último que me interesaba; solo sé que es un provechado de su nivel social, quien se atreve a rebajar a una chica sin la misma clase social. Seguiríamos con la horda de golpes de no ser por una voz firme que nos interrumpe. La vista se fijó en una chica de gran porte, estatura baja, de un largo cabello azabache; el cual se ondea con la brisa del verano, sus ojos son lo más llamativo; de un violáceo, sus facciones son un poco duras a pesar de ser una mujer; a su lado una chica hermosa la acompañaba, esta parece ser más gentil; tiene unos ojos grises y una larga melena anaranjada. La primera chica pregunta que sucede, mientras que el chico que acabo de golpear se convierte en la victima.

- Presidenta Kuchiki- mierda, lo último que quería era ser el blanco de algún rico, y veme aquí; golpee algún chico rico y ahora soy el malo frente a la presidenta estudiantil Rukia Kuchiki. Nunca la había visto, solo escuchaba rumores a los cuales nunca prestaba atención- Este chico estaba abusando de esa pobre chica, yo solo la defendía- si tuviera que describir esta situación definitivamente era indignante, y al no querer dar pie a más problemas solo me limite a apretar mis puños.

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