One

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"Respira" me repetía continuamente. "Solo es una presentación enfrente de unas cien personas que te verán por cinco años o capaz más si es que pierdes alguna materia" como verán, no soy muy buena tranquilizándome.

—Está bien,—comienzo a hablar más para mí que para mis compañeros. Realmente odio, odio, odio, presentarme. —Mi nombre es Clara Brite y...—me detengo al ver que el profesor me hace señas — ¿Sí?

El docente me sonríe con un poco de gracia, como si en realidad quisiera soltar una carcajada. —Enciende el micrófono Clara, en este momento solo los de al frente te escuchamos.

Qué vergüenza.

Como somos muchos en el curso, algo que realmente no esperaba para un curso de matemáticas, nuestra aula es como un teatro para más comodidad. Así que estar de pie con todas las luces en mi cara, en el centro de todo y viendo como los asientos solo suben es realmente intimidante, porque seremos cien pero el aula está hecha como para 200 o por ahí, ya que a veces compartimos materias con otros cursos.

Tomo un último respiro antes de apretar el botón de encendido del micrófono.

—Me llamo Clara Brite, mi edad es irrelevante. — detesto dar datos personales a personas, que según yo, no tienen nada que ver en mi vida y esta no va a ser la excepción. —¿Por qué escogí matemáticas? Al comienzo solamente porque amo los números y resolver problemas, pero con el pasar del tiempo me di cuenta que los números son arte y las matemáticas solo un intento de explicarlos, no sé si me entendieron bien. —me rio, seguro ya me tacharon de loca. —Pero es por eso que estoy aquí. Ah y también porque no me llevo bien con física. Gracias. —apago el micrófono y vuelvo a mi asiento.

Creo que lo que dije fue suficiente, nunca entendí el porqué de las presentaciones, o sea, yo vengo a estudiar, no a socializar. 

Uno por uno van presentándose, supongo que el docente simplemente no quería dar la clase porque dudo mucho que alguien quiera escuchar sobre sus cien alumnos solo porque sí.

Después del quinto discursillo de porque aman las matemáticas agarro mis cosas y disimuladamente me retiro, lo último que veo es al docente negando con su cabeza por el vidrio de la puerta después de escuchar como la cerraba, detesto a la persona que se le ocurrió hacer las puertas totalmente de vidrio. O sea ¿para qué o por qué? Capaz y fue para evitar que los chicos se enrolen en las aulas vacías, aunque esto es totalmente contradictorio con el hecho de que no hay una sola ventana en el curso y el ángulo de visión desde la puerta es limitado debido a la gran cantidad de asientos.

En el ascensor me llega un mensaje de Sabrina, una amiga que cursa conmigo:

"Erickson se molestó bastante por tu salida, hasta te mencionó como ejemplo de lo que no debemos hacer."

Sonrío, apuesto que después del primer examen cambia de opinión. No es por alardear pero no es broma mi amor por los números, estudio bastante en casa así que tener buenas notas no es un gran problema.

"Por lo menos firmaste la hoja de asistencia??"

Que tierna, siempre preocupándose por mí. Le mandó un sticker afirmando que lo hice cuando las puertas del elevador se abren y guardo el celular para empezar mi camino a casa.

Dejo mi chaqueta en el perchero de la puerta, miro la oscuridad y dudo sobre encender la luz de la sala o no. Decido no hacerlo e ir directo a la cocina, de todas formas no estaré en la sala y es probable que mamá se despierte por ello. Estudiar por la noche es genial porque te evitas las molestias del día pero es complicado cuando no vives solo.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

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El chico de TinderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora