Shot 1

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Sintió una aspereza deliciosa hincarle el interior de sus muslos y ladeó las piernas. Podía escuchar los latidos de su corazón acelerados y su boca hambrienta. La piel se le estremecía y un escalofrío la iba recorriendo de pies a punta, como quien está por sentir en carne propia la emocionante sensación de algo excitante. Otra vez esa sensación bajo su vientre, no había duda que el rastro rojo y marcado que dejaba aquella barba era la huella del placer más exquisito que había probado su piel. La sábana de pronto se volvió pesada y una sensación de calor le envolvió el cuerpo.

Movió su cabeza hundiendo parte de su rostro en la almohada. Ahora las caricias en su interior estaban más intensas, el tacto de aquellos labios la absorbían y su mente deliraba. Sintió el pequeño espacio entre sus muslos ya saturado y su excitación por el cielo. Estiró la mano bajo su vientre tratando de sujetar su cabello para empujar aquella boca más contra su sexo, pero todo lo que agarraron sus dedos fue el nudo de la sábana enredada en sus piernas.

Continuó buscando el rostro de él entre sus muslos pero sus manos no lo encontraban. Ronroneó contra la almohada inflada bajo sus cabellos y movió su cuerpo pesado por el sueño hacia un lado. Parecía un felino despertando de su siesta reparadora, y con tal gracia se movía igual sobre la cama. Su interior estaba húmedo, y le cosquilleaba molestamente. Estiró las piernas y arqueó los dedos de los pies, llevó una mano hasta su rostro y frotó sus párpados hasta lograrlos abrir y ver con claridad.

Se había despertado sudada, desnuda y con un reguero de sábanas sobre su cuerpo. Había sido el sueño húmedo más realista que había tenido en mucho tiempo, y entendió que su cabeza solo había materializado imágenes mentales sobre lo que había ocurrido la noche anterior. Se mordió el labio, soñolienta, pero con un deje extraño de satisfacción en su cuerpo.

Miró hacia los lados con la vaga esperanza de encontrarse acompañada, pero las penumbras y la frialdad en la habitación apagada de aquel monasterio de piedra le hicieron saber que estaba sola. Volvió su vista hasta el despertador al costado de la cama: 7:06 a.m, la sensación de placer y relajación en su cuerpo le había permitido dormir un poco más de lo habitual, pero no había problema ya que si mal no recordaba la clase del protocolo de entrada ese día empezaría a las 8, así que aún tenía tiempo. Dedujo que Sergio debía estar en el salón de las clases preparando todo antes de que llegaran los demás, pues aunque era temprano, sabía que su moral de persona puntual y perfeccionista no lo dejaría actuar de otra manera.

Se duchó y se vistió lo más casual que pudo. Un conjunto de encaje color crema y encima un vestido holgado a dos centímetros sobre la rodilla. Se alisó un poco el cabello. Tenía hecho un corte dónde la punta llegaba casi a mediado de espalda, con la raiz castaña clara y un degradado hacia el rubio en esos últimos mechones que rozaban suavemente el empezar de sus senos. Un maquillaje ahumado y casual en sus ojos, semejante a un color burdeos, y un toque de carmín sobre sus labios. Salió a los pasillos, afortunadamente el salón donde se impartían las clases no quedaba muy lejos, lo que ponía el tiempo a su favor.

Llegó al salón, la puerta estaba entreabierta. Empujó el borde de esta lentamente con los dedos mientras iba abriendo poco a poco la imagen de Sergio escribiendo en la pizarra. El chillido de la puerta abriéndose lo hizo reaccionar, desviando la mirada hacia ella y sonriéndole alegre de verla.

- Ya te has despertado. - Volvió a fijar la vista en el libro que sostenía para posteriormente dejar escritas unas notas en la pizarra.

Raquel comenzó a caminar lentamente hacia él mientras dibujaba una fina línea con sus labios.

- ¿No sabes que dejar a una mujer sola en la cama después de hacerle el amor no es de caballeros? - Sonrió y se abrazó a su espalda, mientras lo miraba lasciva sobre su hombro.

🔥 One Shots Serquel (from lcdp) /Serquel Au.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora