IV

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Los días se hacían monótonos , no la había vuelto a ver desde aquella tarde en diciembre y esa era mi agonía.

Me sentía tonto por creer que las cosas está vez serían diferentes a las anteriores, me empecé a esconder, manteniéndome en silencio para ser ignorado.

El silencio me traía paz ,calma,me encontraba  sentado en una esquina sin saber que hacer ante todo lo que me ocurría decidí hacer lo más lógico, nada.

Aunque hiciera algo las cosas serían igual no habría ningún cambio,sin importar cuanto gire la moneda, el resultado sería el mismo de siempre.

No importaba cuanto esfuerzo pusiera , siempre sería tachado de la falla familiar.

Libro de Versos inconversos Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora