La inocencia de un ratón puede mover un elefante

Confía en mi

Estimados lectores, gracias por acercarse a este ONE SHOT escrito con mucho cariño para esta encantadora pareja. Basado en los personajes de The Untamed esta pequeña historia se ubica cronológicamente en el punto donde Lan Xichen desaparece de Cloud Recesses cuando los Wen invaden Gusu. Espero que la disfruten. 

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El rojizo disco solar se marchitaba lentamente, reflejando en el agua del lago sus últimos rayos dorados y carmines, era un espectáculo delicado, enternecedor y melancólico para el alto cultivador que lo contemplaba desde aquel muelle solitario de madera.

Los ojos avellana de Lan Xichen recordaban con pesar aquellos colores, la última vez que los había visto fue en las llamas que devoraban con rapidez la biblioteca ancestral de la Secta Lan de Gusu, mientras él huía hacia un destino incierto, llevando consigo los conocimientos de generaciones pasadas.

Sin embargo, pocos habían sido los momentos verdaderamente amargos, pues apenas unos días de haber dejado Gusu a su suerte, él se encontraría con un preocupado Meng Yao quien parecía estarlo buscando con desesperación en cualquier rincón sin descanso hasta dar con él, convirtiendo su rostro sudoroso y cabello desaliñado en una ferviente sonrisa de tranquilidad cuando lo encontró sano y a salvo, dentro de una cueva a varias millas de distancia de los territorios de la secta Jin.

Yao había sido una bendición durante las semanas siguientes. Llevó a Xichen hasta una cabaña bien acondicionada para alojarlos a ambos, Meng Yao lo alimentó y calmó su mente con suaves palabras de aliento, le proveyó lo necesario para sobrevivir de la manera más cómoda, mientras ambos pensaban sobre los acontecimientos entre las sectas de cultivo y planteaban alguna forma de terminar con aquel horror que se había desatado gracias a la secta Wen.

Esta tarde en particular el maestro Lan se ve preocupado, han pasado días desde la última vez que escuchó sobre su hermano menor, y se siente inquieto, deseoso por regresar a Gusu lo antes posible.

Mientras su mente se agita puede escuchar los suaves pasos de Yao a su espalda dirigiéndose hacia él y se recuerda a sí mismo que actuar de manera precipitada no traerá nada bueno, así que cierra los ojos un momento para serenar su pensamiento.

—Zewu-Jun — pronuncia Yao con suavidad, mezclando a la perfección su voz con el delicado entorno. — Algo te preocupa hoy.

—Es Wanji. — dijo Xichen cambiando su postura para ver a su amigo. Yao tiene un rostro especialmente agradable, pero esta tarde a Xichen le parece aún más luminoso mientras el joven eleva el rostro para mirarlo a los ojos, expresando en su mirada la misma preocupación que vio cuando se encontraron de nuevo en aquella cueva fría.

—Lamento mucho no poder darte más información Zewu-Jun, prometo que haré lo que esté en mis manos para hallar la forma en la que le puedas hacer llegar un mensaje.

—No es tu culpa Yao, todo lo que haz hecho es más de lo que puedo pedirte. Tengo contigo una deuda eterna ahora.

—No Zewu-Jun, por favor. Tú has sido tan bueno conmigo, no me debes nada. — dijo el joven de grandes ojos oscuros realizando una formal reverencia frente al Primer Jade de Lan.

Xichen lo detiene antes de que se incline más, sosteniendo sus codos con delicadeza, sonriendo cuando los ojos de Yao se cruzaron con los suyos tan profundamente. Yao hizo una suave mueca abanicando sus largas y negras pestañas, el rostro casi infantil al mirar al Primer Jade parecía llenarse de una alegría casi incontenible.

Sus miradas permanecieron sobre el otro sin eliminar el contacto de sus cuerpos, un toque casto y respetuoso, que en ese momento y en la soledad de aquel paraje, con sólo el bosque y el lago de testigos, surgió un calor en sus corazones que no querían dejar ir. No obstante, suaves gotas de una lluvia primaveral e inesperada cayó sobre ellos con su fina brisa.