Quede devastada después de decirte adiós, no hubo día en el que tu fotografía no halla aparecido junto conmigo adornada con mis lágrimas.
Las mañanas eran molestas, el simple hecho de despertar provocaba desesperación en mi mente, el recuerdo de nuestra ultima noche me era insano. Los gritos de dolor e impotencia que desgarraban mi garganta no eran suficientes para exprimir todo lo que albergaba, los recuerdos de nosotros juntos me martirizaban, las palabras que ansiaba decirte y que ya no podías oír, y la voz que tanto necesitaba escuchar pero sabia que no volvería jamas... el simple echo de permanecer consciente hacia de mi razón un castigo atroz, sin lugar a dudas cada día era un verdadero tormento... Todo eso fue lo que era vivir sin ti.
Nuestra familia se vio partida, tu padre y hermanos lloraron conmigo el día del funeral después de terminada la ceremonia partieron a rumbo desconocido, mis padres fueron mas considerados y permanecieron conmigo 2 días más, fue realmente decepcionante. Mi único punto de cordura fue mi hermana, oh... mi hermana, sin ella no hubiera podido experimentar lo más hermoso de mi vida, porque estoy segura que no hubiera sobrevivido para hacerlo, ella se encargo de recordarme todos los días que ingerir comida era necesario para un ser humano, soporto mis más horrendos momentos de llanto y rabia, peino mi cabello con sus manos para que pueda dormir y sobre todo fue ella la que me convenció de que ver a un doctor era imprescindible, después de todo los vómitos y desmayos en mi condición depresiva fue para ella un claro signo de que mi cuerpo rechazaba el querer vivir, yo también lo llegue a pensar... no pude estar más equivocada.
Nunca pensé que podría volver a sonreír, que los días volverían a ser eso solo días, un conjunto de horas y minutos donde cualquier cosa podría pasar, y no una cruel tortura infinita y sin límites, pensar que volvería a sentir y percibir los colores de los objetos, las fragancias de las rosas y demasiadas cosas que daba por sentado perdidas y no fueron necesarias largas y costosas sesiones de terapia o de medicamentos que trastornaran aun más mi cabeza, no... no fueron necesarias ninguna de esas cosas, lo que sanó a mi desgarrado corazón solo fue una frase:
"felicidades esta usted embarazada".
La maternidad había sido una palabra tenebrosa y trágica durante mi adolescencia, pues escuchar los casos de conocidos y desconocidos había llegado a provocar una clase de fobia hacia la palabra, sin embargo en este instante no existía palabra más hermosa, mágica y exaltable que esa.
Salí de mi depresión con sólo la idea de pensar que podría hacerte daño, no puedo describir la sensación que me invadió cuando supe que mi condición podría ocasionar que no te viera, obedecí cada palabra del doctor cada instrucción cada punto y coma identificado en esa receta médica, tome cualquier análisis que me permitía saber que el progreso de mi recuperación te daba bienestar a ti.
Mi cuerpo empezó a evolucionar mi piel que antes se encontraba seca, áspera y tiesa volvió a tener ese brilló que tanto te gustaba, siempre adore esa cándida personalidad tuya que salía a flote cuando estabas conmigo. Lleve mi mano a mi vientre, casi inconsciente, no podía sentir nada aún pero sabía que dentro mío estaba creciendo una parte de ti y que sería tan cándida y adorable como lo fuiste tú.
Los días seguían pasando, así lo hicieron las semanas también hasta que llegue a mi sexto mes en el cual mi abdomen ya no era liso sino ovalado, mi piel estirándose cada vez más, otorgando el espacio necesario para que nuestro amor concretizado se desarrolle y todo ese tiempo fui feliz.
Fue en primer día de mi ultima semana del sexto mes, en el que por fin pude sentir nuestro amor hecho realidad, un leve toque, luego otro, un poco, más fuerte que el anterior, fueron sus primeras "pataditas". En el ultimo control el doctor dijo que pronto empezaría a notar su movimiento e hizo una pequeña broma acerca de lo tranquilo que era "espero que lo siga siendo y pueda dejarte dormir con tranquilidad" fue el comentario que mi pequeña hermana me dedico, aunque también pudo haber pasado como una plegaria. Las lagrimas de emoción y felicidad que brotaron de lo mas profundo de mi pecho se deslizaron en el más hondo de los silencios y gratitud por ese pequeño gesto que nuestro retoño me brindo y fue suficiente para llenar un poco más el vació de mi corazón.
ESTÁS LEYENDO
LA CABAÑA
RomanceReír, vivir y amar fue lo más bello que me pasó a tu lado. Llorar, sufrir y odiar fue solo algo más que afrontar junto contigo. Quizás nunca supe lo que pasaba por tu cabeza o el dolor que siempre te empeñabas en ocultar, pero de si de algo estoy se...