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Después de una semana, Mauro logró ir a Estados Unidos. La mamá de Lola, le había dicho que tenía algo muy importante para él. Pero más fundamental, quería saber como murió su mejor amiga.

"Toma... Lola estuvo escribiendo acá, hasta el día en que se subió a ese avión." Dijo la señora dándole una especie de cuaderno forrado en cuero, desgastado pero en el centro tenía pegado una joya. La joya que tenía la pulsera que él le había regalado. Su símbolo de amistad.
Unos segundos después, Mauro sintió arder sus ojos y una especie de líquido caer de ellos. Estaba llorando.

"Como sabes yo ya estaba acá, antes de que ella viaje a Argentina. Ella se subió sola a ese avión. Y fue el peor error de mi vida..." Comenzó a decir al mismo tiempo que lloraba "El avión se chocó con otro en pleno viaje. Y Lola estaba ahí..."

Las lágrimas no dejaban de caer. Las lágrimas y el llanto se convirtieron en un río.

"Me puse a leer esto. El me dió esto cuando estábamos en Buenos Aires. Con vos. Dije que no le entraba en la maleta y mejor que lo llevara yo.
Mauro... el noventa y nueve porciento de este diario habla de vos." Y llevó su mirada al diario. Sentía como su corazón se hacía pequeño.
Por Lola, pensó al abrirlo.

Querido diario... hoy conocí a un chico increíble. Se llama Mauro. Él estaba andando en su bicicleta, pero me vió y se cayó. Fue muy gracioso.

Querido diario... no se que le pasa a Mauro hoy. Empecé a hablar con el chico nuevo: Dani. Y no me ha hablado en todo el día. Le diría que le hablo a Dani porque sus padres murieron no hace poco. Y creo que necesita amigos. Pero yo lo necesito a él.

Querido diario... hoy Mauro me llevo en su bicicleta. Fue hermoso. Me sentía libre.


Querido diario... hoy Mauro y yo peleamos por cuál ship es real o no y nos pusimos a hacer teorías de series. Pero somos un poco diferentes y nos fuimos de discusión.

Querido diario... ayer hicimos un maratón de series y películas. Mientras yo comía pochoclos y él, no paraba de tomar café.

Querido diario... Creo que ya sé que es el amor.

Querido diario... me dió un símbolo para que me acuerde de nuestra amistad, pero le dije que no necesito ningún símbolo para acordarme cuanto lo amo.

Querido diario... hace no muy poco en el karaoke, Mauro me besó. Mi primer beso. Y yo se lo seguí. Sentía que estaba en una nube, pero al menos estaba con él. Creo que ya se a lo que se refiere la gente con "su otra mitad", pues ya encontré la mía. Se que apenas soy adolescente pero también sé que en el futuro quiero que el sea el hombre de mi vida.
Quiero ser Lola Magnim de Lombardo. Casada con Mauro. Creo que estoy muy loca... un beso y ya estoy diciendo que se va a a casar conmigo. Lo que me entristece es que mañana me voy a Estados Unidos. Pero le escribiré y haremos videollamadas todos los días. Todo seguirá siendo perfecto. Porque así es el amor... perfecto siendo imperfecto.

Mauro terminó de leer todo y vió como empapó todas las hojas con sus lágrimas.

"Yo sí hubiera querido que fueras Lola Magnim de Lombardo." Pensó para si mismo.

"Mau... quisiera que me acompañes a su tumba. A dejarle rosas como todos los días."

Ver ese pedazo de roca, con las palabras talladas "Lola Magnim" no le dolía, lo destrozaba.
Se derrumbó y rindió ante sus piernas y unos segundos después estaba echado llorando en su tumba.

"Sé que no me podés escuchar. Estás muerta. Pero quiero que sepas que me enseñaste qué es el amor, me enseñaste el significado de estar solo. Me enseñaste qué la amistad es el poder más puro del mundo. Me enseñaste qué el amor llega de la manera más inesperada. Me enseñaste a respirar Lola, siempre vas a ser mi tesoro." Dijo llorando mientras acariciaba la tumba. Se echó para atrás mientras sollozaba. Pronto, se sacó la pulsera que prendía de su muñeca y lo puso al lado de la tumba.

"Dijiste que no necesitabas ningún símbolo para recordar cuanto te amo. Pero este collar significa nuestra amistad. Tal vez haya querido que seamos algo más, pero haría lo que sea para tenerte de vuelta. Así sea como una amiga. Así sea que te cases con otra persona. Así sea que te olvides de mí. Te traería de vuelta un millón de veces. Te amo..." dijo y sonrió.

"Ahora voy a ir a tomar café, porque sé que me dirías eso. No llores Mau, andá a tomar café y sé feliz. Te prometo Lola, que voy a ser feliz. Porque se que eso hubieras querido... "Te voy a amar siempre" y se levantó del lugar. Empezó su camino alejándose de la tumba, pero antes la volvió a mirar. Volvió a mirar su felicidad.












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𝗖𝗼𝗳𝗳𝗲𝗲 ; 𝗗𝘂𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora