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O N E

Confundida

No había otra palabra para describir lo que sentía la primogénita de la familia Nezo.

Con solo 17 años ya habían condenado su futuro.

Un futuro que ella no deseaba para nada ni mucho menos era el que siempre había soñado, lleno de amor, felicidad, reciprocidad y una buena casa donde vivir.

¿Como podría casarse con alguien al cual no amaba?

»No hay paso atrás Hiyori, la familia Todoroki te ha elegido para ser la futura esposa de Shoto, no puedes defraudarnos, ni mucho menos a ellos ¿Lo entiendes?«

Recordaba con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta aquellas ultimas palabras de su padre a ella.

Estaba completamente furiosa con su familia, ¿Y quien en su sano juicio no lo estaría? Era tanto su enojo que había pensado últimamente la idea de escapar de casa, tan solo para no llegar a medidas tan drásticas.. como el suicidio.
No le importaría tener que vivir en la vieja casa de sus abuelos, sabía que ellos podían entenderla y quererla, darle una habitación y tal vez dejaría su sueño de ser una gran Heroína, pero no le importaba, preferiría mil veces esa vida a una vida sin amor.

El clima del día era espectacular, frió, tal como a Hiyori le gustaba, con un poco de viento que revoloteaba sus pequeños cabellos castaños y movía las pequeñas flores que está dejaba a su paso. Su mente era una guerra total, el camino hacia la U.A se hacía cada vez más corto, y ella deseaba que no llegara a pisar el suelo de esa escuela nunca jamás.
Desde que había sido aceptada por su don y había empezado a relacionarse con sus compañeros más de la cuenta,supo entonces que se había metido a la boca del lobo y mucho más al comenzar una amistad con el causante de su actual estrés; Todoroki Shoto.

Aquel chico tan misterioso había cautivado completamente sus sentidos, sabía que por sus miradas era alguien con un pasado traumático, pero algo dentro de ella gritaba por saber más de él.
No podía negar que en un principio estaba encantada con todo lo que aquel bicolor hacia, hasta había fantaseado una que otra vez con su cuerpo, con aquellas manos tan grandes perfectas y esos ojos heterocromáticos, que ahora la miraban de una manera más despreciativa.

-Hiyori-san

Aquella voz le heló por completo el cuerpo.

Una fuerte ráfaga de viento pasó a su lado, moviendo sus cabellos de un lugar a otro. Tímidamente levantó la mirada hacía su nueva peor pesadilla.

-Shoto, por favor llámame Hiyori -estamos comprometidos y él aún se empeña en llamarme de esa tonta forma - Sabes que me siento más cómoda así, estamos en confianza.

Pero shoto no dio respuesta alguna, solo se dedicaba a observarla, mientras un nudo de recelo se formaba en su pecho.

El también se había puesto en contra de la decisión de sus padres. No estaba absolutamente enamorado de aquella castaña, la odiaba con todas sus fuerzas, odiaba sus malditos Dones, maldecía el día en que la había invitado a estudiar en su casa pensando en que ambos podían ayudarse mutuamente.

Y ese recuerdo lo tenía tan claro en su mente todos los malditos días.

-Adelante, pasa

Se hizo a un lado para poder dejar entrar aquella tímida  chiquilla de ojos verdosos, que le parecían los más únicos del mundo ¿cómo era posible que el color verde y café se combinarán en unos perfectos ojos? Siempre pensó que las combinaciones con verde eran horribles, pero en ella era todo lo contrario.

-Tú casa es grande.. y muy linda.

Hiyori estaba tan sorprendida con aquella casa que hasta se sentía Estúpida de tanto que la miraba, ella jamás podría volver a tener estos lujos, sus padres menos. Muy a su pesar ahora vivía en un pequeño departamento de solo 2 habitaciones, no tenía muebles y la cocina era tan pequeña que solo podía estar una sola persona a la vez, antiguamente su hermana mayor era la que aportaba más dinero y podían darse el lujo de vivir en una casa más grande como sus demás compañeros, pero desde el accidente del metro todo cambió para ella y su familia, teniéndose que mudar por falta de dinero a ese horrible departamento.
Se quitó los zapatos de calle y los dejó cerca de la puerta, mientras echaba una pequeña mirada al salón principal, Todo estaba tan limpio y en un perfecto orden, que ella se sentía en paz; todo lo contrario para el bicolor, que más de alguna vez quiso tirar y romper cada maldita pared.

- Sígueme, por acá queda mi habitación.

Sacudió su cabeza para alejar ese estúpido pensamiento.

-Entremos - Con una voz neutral, golpeada y ronca ordenó desde unos escalones más arriba.

Hiyori miró la mano extendida de shoto y la tomó dudando de su acción al sentir y escuchar varios murmullos de las Chicas que pasaban cerca de ellos, una corriente de electricidad recorrió todo su cuerpo hasta la punta de sus cabellos cuando sus pieles se rozaron, era la primera vez que lo tomaba de la mano en público , y a decir verdad, no era como ella lo había soñado tantas veces por las noches.

Ella sabía que era demasiado tonta para esto de las relaciones, siempre había envidiado las relaciones de la televisión y sus programas favoritos, donde el chico quedaba completamente enamorado de la protagonista y hacían florecer su amor en las situaciones más difíciles y embarazosas.

-¿Cómo está Enji-san?

Aquella susurrante pregunta había tomado por sorpresa a shoto, que en ese momento lo que menos quería era pensar en ese jodido viejo.

-Supongo que bien -Restó importancia a la pregunta con un ligero levantamiento de hombros - ¿Y tus padres?

-Ni que decir - últimamente Hiyori odiaba más de la cuenta a sus padres - Siguen molestandome con las mismas cosas de siempre... - Dio un largo suspiro seguido de un corto silencio - ¿sabes? Últimamente quisiera salirme de casa ya, tal vez, irme con mis abuelos o... -¿estaría bien decir esto? - dejar el heroísmo y conseguir un trabajo para pagar una casa propia.

Todoroki paró en seco su caminar ¿Había escuchado bien? ¿Escapar, ella, de casa?

¿Acaso debía de tomar esas palabras como una oportunidad para ser libre de nuevo?

Sus ojos miraron de reojo aquellos tímidos verdosos.

-No digas tonterías Hiyori, todo está bien -Palmeó el cabello de la castaña- Vamos, seguro que la clase ya ha empezado. 

La pequeña castaña le sonrió de vuelta y el corazón de Shoto dio un brinco acelerándose a su paso.

¿Acaso se había sentido culpable? 

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Hola! 

Esta es una de mis primeras historias de MHA que me animó a publicar. 

Espero y les guste tanto como a mi. 

Quédense para nuevos capítulos.