Síntomas de parálisis del sueño

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los principales síntomas de la parálisis del sueño que se pueden presentar:

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los principales síntomas de la parálisis del sueño que se pueden presentar:

Dificultades para respirar con normalidad, sensación de asfixia o presión en el pecho.Capacidad para mover los ojos, algunas personas pueden abrirlos y otras no.Miedo o pánico.Alucinaciones visuales: hay personas que dicen percibir o ver a alguien o algo en la habitación aunque no pueden reconocerlo. Algunos aseguran sentir que esa presencia quiere hacerles daño.Alucinaciones auditivas: pueden percibirse distintos sonidos intensos como siseos, zumbidos, golpes, campanadas, chillidos, silbidos, sirenas, cristales que se rompen, música, ruidos de pisadas, etc.Alucinaciones kinestésicas: sensación de caída de la cama, flotación, vibraciones que atraviesan el cuerpo, hormigueo.Ansiedad y angustia.1. Sensación de presencia

La sensación de presencia es uno de los síntomas más perturbadores de la parálisis del sueño, junto a la inmovilidad física

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La sensación de presencia es uno de los síntomas más perturbadores de la parálisis del sueño, junto a la inmovilidad física. En este supuesto, la persona se despierta intuyendo que está acompañada por alguien más. En ocasiones se trata de una figura identificable en el campo visual, mientras que otras veces parece una entidad cuya definición es esquiva pero que se siente como amenazante. En todo caso, es una percepción retroalimentada por un estado emocional de terror.

Quienes experimentan esta sensación sin la presencia de alucinaciones, tienden a referir que algún ser hostil se agazapa más allá del alcance de su vista, siendo infructuoso todo esfuerzo por mover la cabeza lo suficiente para identificarlo. En este caso el pánico se ve exacerbado por una creciente incertidumbre, así como por una sensación de indefensión respecto al peligro difuso que se inmiscuye en la intimidad de la habitación.

En cuanto a las alucinaciones, destacan tanto las visuales como las auditivas y táctiles. En las primeras llegan a advertirse figuras que se adentran en el espacio circundante e interactúan con las dimensiones físicas de la habitación (sin generar cambios objetivos sobre ellas), luciendo siluetas oscuras y antropomorfas. En otros casos se producen visiones de cariz caleidoscópico y geométrico, que aúnan colores y formas que estimulan esta modalidad sensorial.

En el caso de las percepciones auditivas, se distinguen tanto voces humanas como sonidos de posible procedencia animal o artificial. Se identifican como cercanos en el espacio, por lo que aumenta la sensación de amenaza. En el caso particular de la voz aparentemente humana, esta puede contener un mensaje claro y directo hacia la persona que padece la parálisis, o erigirse como una conversación entre un grupo de individuos. En otros casos el mensaje es absolutamente ininteligible.

En cuanto a las sensaciones táctiles, lo más común es la impresión de ser tocado o acariciado en cualquier parte del cuerpo, así como la sensación de que las sábanas (u otros elementos con los que se está en contacto directo desde la misma cama) se mueven sin que aparentemente nadie pueda estar provocándolo. Las sensaciones gustativas u olfativas, como olores o sabores desagradables, son mucho menos comunes en términos de frecuencia.

La mayor parte de las personas que experimentan estas alucinaciones lo hacen en su modalidad compleja, esto es, mezclándose las distintas sensaciones en una experiencia perceptual holística. Tal fenómeno contribuye a explicar, desde la perspectiva de la ciencia y la razón, el misterio de los visitantes de dormitorio (que originalmente se atribuyeron a interacciones con seres de otros planetas o dimensiones, como ángeles o demonios).

2. Incubus

El incubus alude a una figura fantástica cuyas raíces se hunden en la Europa de la edad media, y que describe un ser demoníaco que se deposita sobre el pecho de la persona que duerme

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El incubus alude a una figura fantástica cuyas raíces se hunden en la Europa de la edad media, y que describe un ser demoníaco que se deposita sobre el pecho de la persona que duerme. El súcubo sería su versión femenina. La tradición clásica relata que estas figuras ominosas perseguirían la intención de mantener relaciones sexuales y engendrar un hijo cuya estirpe pudiera propagar el mundo sombrío del que provienen.

Esta fantasía se aplicaría como metáfora para explicar la sensación de opresión en el pecho que se vive durante la parálisis del sueño, la cual contribuye a la dificultad respiratoria (disnea) y a la percepción de que se está sufriendo algún problema de salud importante (ataque cardíaco). En todo caso, aumenta la sensación de miedo que pueda desprenderse del momento, incluyendo pensamientos sobre la propia muerte.

3. Experiencias anómalas

Las experiencias anómalas aluden a sensaciones del propio cuerpo que no pueden ser explicadas por mecanismos fisiológicos convencionales, y que evidencian una alteración del estado general de conciencia. Incluyen cambios de la percepción cinestésica (movimiento del cuerpo) y cenestésica (órganos internos y posición en el espacio), pero también una sucesión de perturbaciones vestíbulo-motoras (sensaciones de flotación o elevación, así como percepción de que el "alma" sale del cuerpo).

En esta categoría se encuentran también las autoscopias (visión del propio cuerpo sobre la cama) y las alucinaciones extracampinas (capacidad para ver lo que se encuentra detrás de la propia cabeza o más allá de cualquier otro obstáculo que impediría su percepción). Todos estos fenómenos pueden explicar experiencias de naturaleza universal, como los viajes astrales, que han sido descritos en casi toda civilización humana desde el albor de los tiempos.

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