Relatos cortos

Parte sin título 2

-¿Entonces? -preguntó Pancho, se encontraba con su amigo Jorge -Efectivamente, está descompuesto -dijo el relojero -Obviamente -Pancho estaba un poco desesperado -¿Hay algo extraño en el reloj? -Jorge escudriñaba el artilugio -Nada, sólo que parece que las manecillas fueron puestas manualmente a las once y después trabaron los engranes para que no se pudieran mover -Jorge dejó el reloj en uno de sus muchos escritorios, sin prestarle más atención -¿Te molesta si lo tomo? -dijo Pancho al tiempo que lo volvía a poner en su bolsillo -No, para nada, creo que tengo demasiados relojes como para guardar uno descompuesto -Jorge era conocido en la ciudad por la calidad de sus artículos, aparte de relojes trabajaba con lentes y otros tipos de cristales. Su chaleco negro, su camisa azul, la corbata roja y su monóculo le daban mucha más clase que su compañero Pancho -¿Qué crees que le haya pasado a Pasita? -le preguntó -No tengo idea -respondió sencillamente Jorge -Tenemos que ir a buscarlo, no podemos estar tranquilos sin saber dónde se metió -el brazo biónico de Pancho chilló nuevamente, el estruendo fue más chirriante esta vez -¡Ag! Maldita sea, necesito ir con Jenny a ver si puede hacerle algo a esta mierda -a Jorge le brillaron los ojos al escuchar ese nombre -Avísame cuando vayas -dijo sin distraerse del reloj que tenía bajo la lupa -Si, si, claro -dijo Pancho en tono burlesco.

Pancho regresó a su casa pensativo "Ya mañana iré con Jenny, ya es tarde" pensó y siguió caminando. Al doblar por la esquina de su casa, una patrulla se encontraba en la acera "¡Ay! Puta madre" dijo y se dio media vuelta, alcanzó a escuchar a un policía gritar "Mire comandante ¡ahí está!" y pasos acelerados se dirigieron hacia él. Pancho comenzó a correr también a gran velocidad. Pancho echaba la vista atrás cuando podía, parecían ser dos hombres nada más "¡Alto ahí, Pancho el inventor!" gritó el más viejo. Pancho hizo caso omiso y continuó la carrera.

"Jaja, siempre me agrada estirar las piernas" su brazo chispeo como reprochando el esfuerzo "Tú cállate, tú no eres el que está corriendo" atravesó la avenida principal con poca prudencia y un auto se tuvo que parar para no arrollarlo -Lo siento - gritó y continuó, el conductor se quedó estupefacto y se asustó al ver a los dos policías pasar a toda prisa detrás de él.

"No me obligues a disparar" el policía de mayor rango volvió a gritar "¡Ja como si fueras capaz de asestarme!" Río Pancho para sí mismo, doblo una esquina y entró a una tienda de peluches -¡Oh! Vaya tuve que terminar aquí -dijo, la chica de lentes vio a Pancho entrar y sus ojos refulgieron -Pancho ¿Pero qué haces aquí? -Pancho miró de soslayo hacia la entrada, los policías aún no pasaban por ahí -Hola, hola, hola ¿Qué tal te ha ido? ¿Yo? He venido por un peluche -dijo agitado -Claro ¿Para alguien especial? -la chica le lanzó una mirada coqueta -¡Emm! Algo así ¿Algo que le pueda gustar a una policía? -preguntó, buscando entre todos algo que le agradara -Vaya, te gustan las chicas rudas, yo puedo ser agresiva si quieres -dijo la chica y río -¿Khá? -dijo Pancho extrañado -No, nada, nada. Mira aquí tengo uno -le pasó un perrito vestido de policía "Perfecto", pero en ese momento pudo ver a los policías pasar enfrente del establecimiento -¡Al suelo! -Gritó Pancho y dio un brinco, llevó a la chica detrás del demostrador -¡Ay Pansho! ¿Por qué tan brusco? -dijo la chica mientras tocaba el torso de Pancho -No confundas las cosas, negro -dijo Pancho recordando un viejo meme.

Miró por el filo del mostrador y los policías se habían ido "Excelente" -¿Cuánto te debo por el perrito? -dijo Pancho -Una noche en mi casa -dijo la chica -Vaya, vaya, sí que eres atrevida mujer -Pancho pagó por el peluche y comenzó a buscar a los policías.

"Seguramente se habrán separado, buscándome" Regresó a la avenida, estaba transitada y no podía distinguir entre tanta gente, pero tomó sus lentes y todo se aclaro -¡Ah! Mucho mejor -seguía buscando aquí y allá con la mirada. Se sentó en una banquilla con su peluche a un lado y comiendo un helado que acaba de comprar "¡Mmm! Beso de ángel, mi favorito" se distrajo tanto en su helado que no había prestado atención a que el comandante ya se encontraba a su lado.

-¿Señor? -dijo el comandante -No esté jodiendo, estoy comiendo mi helado -dijo Pancho sin prestarle atención -Pancho, en nombre de la policía de la ciudad de Terra está bajo arrestó -dijo con voz autoritaria -¿A chingao? ¿Pos qué verga hice? -dijo y por fin el comandante tuvo su atención -Allanó una escena del crimen y tendrá que acompañarme a la comisaría a interrogarlo -el hombre ya preparaba las esposas -¿Yo? ¿Cuál escena del crimen? -dijo incrédulo -Hoy por la mañana fuimos a la casa del general Pasita por un reporte de disturbios y usted estuvo en ese lugar -el hombre miraba fríamente a Pancho -¿Qué pruebas tiene? ¿Eh? -dijo sin aceptar su culpa todavía -El espejo de la habitación  tenía un corte circular perfecto, y nadie más en toda la ciudad tiene un brazo robot con tantas funciones como el suyo -Tomó su muñeca metálica y aprovechó para poner la esposa -¡Ey! Eso es ilegal, no puede llevarme a la comisaría sólo porque piensa que estuve en ese sitio, necesita una orden -el policía puso el otro cabo en su propia muñeca y empezó a andar. Daniel volteó los ojos y todos sus dedos se metieron en su carpo, soltándose fácilmente de la esposa -Deberían tener métodos de contención más sofisticados, curiosamente yo les podría ayudar con ellos -el policía volteó y Pancho ya se encontraba en camino hacia la peluchería -¡Deténgase! -intentó sacar su arma, pero Pancho se había adelantado y la se la arrebató sin que se diera cuenta. Entró a la tienda de peluches y la chica lo volvió a mirar extrañada -¿Has vuelto a mí? -dijo esperanzada -el comandante entró bruscamente y espantó a la chica -Además -empezó a hablar Pancho -, no pude estar donde usted dice que estuve, porque desde la noche anterior y todo el día de hoy lo pasé con mi chica -miró con ojos pesados a la mujer -Es cierto, desde ayer no hemos parado -dijo la dama -¿Ve oficial? No tiene derecho a llevarme con usted -concluyó Pancho -¿Entonces por qué corrió al vernos? -preguntó el comandante irritado -Para demostrar su ineptitud en una persecución a pie -contestó burlándose -Nunca me hubieran encontrado si así lo hubiera querido -dijo y se comió el último bocado de su postre -Desobedecer la orden directa de un oficial también es un delito -dijo el hombre intentando encontrar una razón para llevarlo preso -Según la cuarta sección del artículo 27 del capítulo "Mis derechos ante la ley" de nuestra constitución, usted no me puede arrestar por un delito menor sin una orden de aprensión, que ese es el caso, así que ¡Bye, Bye! Comisario -Pancho puso cara de pena y se despidió con la mano -¡Ag! Aún así tiene muchas explicaciones que dar, Sr. Pancho -dijo el policía enfurecido -Muchas, no creo, pero con gusto contestaré, Comandante Rivas -se veían con desprecio -, pero en un momento más calmado y si me invita un café -Pancho ablandó la mirada y estiró el arma del policía. El comandante la tomó y salió por la puerta.

-¡Oh! Señorita, de la que me ha salvado -dijo y le besó la mano a la joven -¿En qué lío te has metido esta vez? -preguntó -Algo de mínima importancia, probablemente algo con terrorismo o drogas -dijo pensativo -¡Nha! No te creas, no estoy seguro de qué se trata en esta ocasión, pero es emocionante ¿No lo crees? -dijo animado -Bueno, Pancho, me debes una "salida" -la palabra salida la dijo con un tono insinuante -Si, si, si, lo sé, será pronto, yo te llamo, tengo que resolver esto primero -se despidió y se dirigió nuevamente a su casa -¡Oh, diablos! Olvidé el detalle del perrito -dijo al sacar el peluche de uno de sus múltiples bolsillos, llegó a su vivienda y la patrulla se había ido -Bueno, será para otro día -dijo y entró.

-Entonces ese hombre es bastante inteligente ¿No? -dijo el patrullero al comandante -Se cree más de lo que es, estoy seguro que ese artículo no dice eso -se dijo más para sí mismo. Conducía enojado y por la misma razón llevaba la sirena prendida, para que nadie se le atravesara.