-Venecia, después de clases pasa por mi escritorio.- Me pidió la maestra Rosario. Asentí mostrando mis dientes, en realidad con casi todos los dientes, hace días se me habían caído dos, uno tras el otro. Empecé a guardar mis útiles escolares contándolos como lo hacía habitualmente. Contaba todo el tiempo, veía números en todos lados, parecía que me llamaban, que los contara, los restara, hasta multiplicará como había visto en los libros de la biblioteca de mi padre. Cuando termine seguí contando hasta llegar al escritorio. Me esperaba junto a ella Babel y sus ojos color miel. Babel era un niño tímido, de grandes pestañas y una sonrisa casi invisible. Las matemáticas le daban fatal y no sabía eso solamente por su respuestas fallidas en clases, él era al único que no veía números, en Babel se dibujaba el abecedario completo. Letras que hacían una metamorfosis en su paladar, volviéndose palabras que se guardaban silenciosamente debajo de su lengua pero que querían escapar entre esos pequeños espacios que había entre sus dientes.
-Venecia, se que eres muy buena con las matemáticas y yo como maestra apoyo mucho que sean buenos compañeros entre ustedes, y por eso me gustaría que sean más amigos con Babel para ayudarlo con los matemáticas en clases.- Dijo la maestra y yo asentía mientras veía un avergonzando niño de ojos color miel que quería salir corriendo del salón.
-Ya pueden salir.- Nos hablo a ambos, y él apresurando el paso salió adelante mío caminando. Seguí a Babel y su ¿molestia? por detrás, hasta que en un momento freno de golpe y se giró hacia mí.
-No soy bueno para sumar o restar, los números se me mezclan pero no necesito ayuda.- Sentenció. Y era mentira, si que la necesitaba, así que lo mire e ignore sus palabras.
Al otro día me senté al lado suyo, al siguiente también, hasta que fueron un mes y a eso le sume los cinco mil cuatrocientos setenta y cinco días, que desde hasta en ese entonces, había nacido nuestra amistad.--------------------
Puede que la siga, puede que no. Así que si alguien la lee me avisa y veo si continúa...
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1+1=3
Teen Fiction"Las matemáticas jamás fueron tan inexactas" -¿Uno más uno tres?- Pregunto mientras miraba con nerviosismo a la maestra de primer grado. Esos ojazos marrones, que se volvían gotas de miel cuando miraba el sol, estaban llorosos. "Dos, dos, dos" repet...