Ante el humano

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La noche era lluviosa en Francia por la madrugada, una de las mayores tormentas que se ha visto en la historia, parecía que el cielo se caía y inundaría toda la ciudad, algunos bebés se escuchan llorar por todo el edificio que a pesar de la lluvia intensa se escuchan sus berridos abrumadores, los rayos caían del cielo como rugidos feroces de un león, de pronto un rayo cayó sobre el edificio, la luz se esfumó y con ello salieron llamas por el edificio rompiendo ventanas y dejando entrar el agua por doquier, salí tan rápido como pude de mi habitación, al llegar al pasillo había personas gritando y llorando de desesperación mientras corrían escaleras a bajo.

-El mundo se está terminando hay que regocijarnos en los brazos de nuestro Dios todo poderoso- mencionó uno de los residentes del edificio con agresión y incertidumbre.

-Dios nos ha abandonado esta es una obra del mismo Satan que viene a qué paguemos por todos nuestros pecados- Gritó una mujer con dos pequeños mientras lloraba con desesperación.

Después de escucharlos corrí tan deprisa hasta llegar a la entrada, intenté tocar el picaporte pero nuevamente cayó otro rayo sobre el edificio y esto hizo estremecer los simientes haciendo que el lugar comenzara a caer a pedazos, retrocedí con velocidad para que no cayera el candelabro sobre mi cabeza, no tenía salida, la puerta se derrumbo por completo, este lugar es demasiado viejo para soportar algo así sentí que mi vida terminaría ahí hasta que vi que podía escapar por la ventana rota de al lado así que corrí con velocidad y con las fuerzas de mis piernas derribé la protección de la ventana haciéndome caer a mitad de la calle, mire hacia atrás y el lugar se derrumbó por completo, traté de correr hacia la será de enfrente pero fue imposible, la corriente de agua me arrastro por varias calles hasta que pude sostenerme de un árbol, me aferré hasta que pude subir sobre el, los edificios viejos se caían gracias a los rayos y mucha gente se alojaba en las banquetas abrazando a sus hijos para poder resistir a la tormenta, la corriente se llevaba autos, animales e incluso humanos haciéndolos estrellarse entre ellos, baje del árbol y había una familia con niños pequeño, los miré con temor por que detrás de ellos había un hombre gigante cubierto con manto negro que brillaba como la noche, me atemorice al verlo.

-¿Que es lo que quieres de ellos?- Pregunte a el con algo de temor.

El se quitó su manto dejando ver su vestidura de oro y su rostro de lobo, abrió su hocico y gruñó con fuerza, la familia frente a mi no podía ver lo que yo veía ya que seguían temblando y abrazados unos a otros, parecían ser personas personas buenas o humildes al menos.

-Anubis ha reclamado sus almas para su nuevo ejército, la llegada del nuevo mesías esta por llegar y los dioses egipcios tomaremos este mundo junto con la humanidad, ya lo verás maldita mortal y tú vendrás con migo.

La familia volteó y en cuanto lo vieron gritaron de pánico, corrí tan deprisa como pude dejando aquel hombre atrás pero no fue lo más conveniente ya que venía detrás de mi, correr era casi inútil ya que sus pasos eran gigantes y en cuanto pudo me alcanzó para después de un golpe derribarme en el piso, subió a mis piernas y sobre mi rostro gruño con fuerza dejando ver sus largos dientes, el miedo me abundó y por poco me desmayo hasta que comenzó a hablar.

-Vas a morir maldita profana, pertenecerás a nuestras tropas y después arderás con Anubis.

-Jamas honraría o pertenecería a las tropas de alguien, maldito demonio.

-Eres una vidente, nos ayudarás a encontrar demonios y plagas de otras sectas.

De pronto cayo un ángel del cielo con unas enormes alas asesinando al demonio, estaba casi desnudo y su cuerpo era Perfecto, desde su rostro de tez blanca hasta sus pies con pequeñas sandalias tejidas a mano, su belleza era incomparable. Lo mire por unos segundos y después salí corriendo, el trato de seguirme pero resbalé por la calle hasta caer por un arrollo de agua y perder la conciencia por completo. Pensé que ya estaba muerta puesto que mi mente se mantuvo en blanco por varias horas hasta que sentí las manos de alguien sobre mi cuerpo. A la mañana siguiente desperté en un hermoso lugar soleado, los pájaros cantaban sin cesar y se escuchaba el estrellar de las olas sobre la arena por un momento pensé que estaba muerta y esto era parecido algo así como el cielo pero no era así ya que la mayoría de mi cuerpo me dolía y a lo que yo tenía entendido en el cielo no había dolor alguno. Comencé a caminar sobre la habitación era bastante hermosa sin duda pero no sabía que estaba pasando, no reconocía la ubicación geográfica, del otro lado de la habitación había un joven tirado en una alfombra, estaba desnudo, lo mire por unos segundos, era un joven de tez blanca y cabello cómo la mantequilla , parecía ser otro ángel por su tipo de cuerpo delgado esbelto, realmente de espalda era bellísimo, tenía una cintura preciosa, caminé hacia el y lo toque un poco, su piel era sedosa, suave, como algodón, realmente pensé que este joven era irreal hasta que se giró y me miró aún adormilado.

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