ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟏-ℙ𝕒𝕕𝕣𝕖.

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ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒 𝔻𝕠𝕞𝕚𝕟𝕚𝕔:

Me levanté de golpe al escuchar los gritos de mi padre, de mala gana me metí a bañar para luego colocarme el uniforme de la academia y bajar corriendo las escaleras.

-¿¡Cuántas veces tengo qué decirte qué no bajes así!? -Mi madre me miraba desde el marco de la puerta de la cocina- Siéntate a desayunar...

Me senté en la mesa mientras ella ponía un plató frente a mi. Luego regreso poniendo un plató a cada uno de mis costados.

-¿Soy el primero en levantarse? -Mi madre asintió y yo hice una mueca de sufrimiento al escuchar pasos bajar por las escaleras mientras los gritos comenzaban a inundar el comedor a medida qué mis dos hermanos mayores se acercaban- No...

-¡Tocaste mi celular! No puedo desbloquearlo, ¿Qué le hiciste? -Amelia se dejó caer en la silla a mi derecha-

𝔸𝕞𝕖𝕝𝕚𝕒 ℂ𝕠𝕝𝕝𝕚𝕟𝕤:
Tiene la edad de 20 años y estudia en una universidad bastante reconocida en nuestro condado. Fue la primera hija de mis padres pues nació poco después de qué éstos se casarán, y por ser la mayor siempre creé qué tiene el mando sobré mi vida y la de mi otro hermano.

-Ya te dije... ¡Qué yo no lo tomé! ¡Estás loca! -Se sentó a mi izquierda apuntándole con su cuchara- Trata de recordar qué le hiciste anoche, tal vez se te calló... Revisa qué la batería esté bien colocada.

-No trates de mentirme, Dylan... ¿¡Qué le hiciste!?

𝔻𝕪𝕝𝕒𝕟 ℂ𝕠𝕝𝕝𝕚𝕟𝕤:
Tiene 18 años, está a punto de terminar la preparatoria y mi padre está empeñado en hacer qué entré a la misma universidad qué mi hermana. Lo qué no tiene en cuenta es qué se matarían a pesar de qué kilómetros de distancia los separasen.

-Dominic... ¿Me haces el favor de decirle a tú hermana qué es una zopenca? -Dylan me sonrió codeandome y yo comencé a comer más rápido, no quería volver a estár en una de sus peleas-

-¡Tú eres el zopenco aquí, Dominic no dirá nada porqué me quiere más a mí! -Sentí su brazo pasarse por mis hombros y pegándome a su cuerpo-

-Él me quiere más a mí, soy hombre y lo entiendo mejor...

Comenzaron a gritarse de nuevo mientras yo me quitaba del medio, caminé a la cocina con mi plató para lavarlo y cuándo terminé me despedí de mamá con un besó en la mejilla, cómo todas las mañanas.

Tomé mi abrigo colocandomelo ya qué las mañanas cada vez eran más heladas avisándonos qué pronto llegaría el invierno y las calles se cubrirían de nieve. Me colgué la mochila al hombro para caminar hacía la salida de mi casa pero para mí mala suerte... Mi padre me vió, llamándome.

Al llegar a su lado me abrazó obligándome a sentarme en el sofá para ver las noticias con él.

-Mirá, mi equipo ganó... -Murmuró y yo sólo asentí- ¿Los viste jugar ayer?

-No pude, papá, me quedé en la biblioteca de la escuela haciendo tarea con algunos compañeros... El próximo partido te lo grabaré.

Revolvió mi cabello mientras yo le hacía una mueca disgustado; estuvo a punto de decir otra cosa cuándo por la televisión comenzaron a pasar una grabación en vivo del desfile de la comunidad LGBT+.

Oh, no...
Debí haberlo recordado, es Julio, mes del orgullo...

-¡Ésto es inaudito! -Gritó levantándose del sofá y yo sólo suspiré- ¿¡Por qué se empeñan en intentar qué los tomemos cómo gente normal si van vestidos de esa manera!? -Señaló el televisor mientras volteaba a ver a mi madre, me levanté lentamente caminando a la puerta- ¡Si alguno se topa con una de esas personas, más les vale ni si quiera mirarlos o no entraran a mi casa! -Salí corriendo con dirección a la parada de autobuses después de dar un portazo-

¡Sí, Soy Gay!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora