ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒 𝔻𝕠𝕞𝕚𝕟𝕚𝕔:
Al principio la cena fue incómoda, toda la atmósfera se sentía tensa, y no ayudaba en nada que ningúno hablará, pero todo cambió en cuanto Mila comenzó a hacerme plática mientras comíamos.
Luego de unos minutos todo cambió, las risas llenaron el comedor y a pesar de que después terminamos de comer, seguíamos hablándo todos animadamente.El padre de Andy era el que más sonreía y parecía que le había caído bien, lo que me aliviaba bastante.
Luego de otro rato, la madre de Andy nos dijo que pasáramos a la sala, pero yo me quedé con ella ayudándole a limpiar la mesa y los platos sucios; cuándo fui a la sala, Andy estaba siéndo abrazado por su padre que le daba varias palmadas en la espalda. Eso me puso un poco triste al imaginarme a mí y a mi propio padre, aunque trate de borrar esos pensamientos para sentarme a un lado de Andrew en el sillón comenzando a ver la película que su hermana había puesto.No duró mucho pero a pesar de eso, los padre de Andy se fueron a dormir a la mitad de la película, cuándo esta terminó soltamos algunas risas bajas pues su hermana y Mila también se habían quedado dormidas en el sofá.
Andy me miró a los ojos y después se acercó a mi plantando un beso suave en mis labios, yo le correspondí al instante cerrando mis ojos, pero volví a abrirlos de golpe en cuánto sentí cómo tomaba mi cadera y la jalaba un poco recostandome en el sofá.
-¿Qué haces? ¿Y si nos ven?
Lo miré preocupado pero él ignoró mis preguntas callandome con un nuevo besó, uno más cargado de sentimiento, traté de relajarme y seguir el ritmo del besó, aunque de un momento a otro este se tornó más rápido.
Andy se separó tomándo mi muñeca y tirando de ella para subir corriendo las escaleras hasta su habitación, luego de cerrar la puerta la noche se puso bastante intensa.
Ni si quiera yo pude creer lo que estaba viviendo en carne propia; los besos, las caricias, las palabras... Todo era cómo un sueño.Uno que yo no quería que terminara.
Las horas pasaban, pero para nosotros parecieron segundos, no se necesitaron demasiadas palabras... Nuestros cuerpos se expresaban por nosotros, sentía que encajabamos a la perfección, mi estómago se sentía cómo miles de mariposas revoloteando dentró, aunque a la vez, se revolvía del miedo por lo que pudiera pasar después. Cuándo el sol saliera, saldríamos de aquella burbuja en la que nos habíamos encerrado, ese momento perfecto se perdería y le temía a lo que pasará luego de eso.
Mis pensamientos se perdieron poco después, mi cuerpo se había desplomado poco después por el cansancio al igual que Andy, pero sólo bastó conectar nuestras miradas para entender que aquello no terminaba ahí, con una pequeña sonrisa volvimos a unirnos toda la noche.
Por la mañana, abrí los ojos pesadamente gracias a que los rayos del sol que se colaban por entré las cortinas me dieron de llenó en los ojos.
Me estiré un poco en la cama dándome cuenta de que Andy no estaba a mi lado, cuándo intenté sentarme un quejido salió de mis labios, el dolor y la molestía en mis caderas me preocupo al ver la hora, tenía que apresurarme para que Amelia no se enojara en cuánto pasará a recogerme.-Ten cuídado, creó que fuí muy rudo, para la próxima no será así. -La voz de Andy me hizo voltear a la puerta del baño, él veía saliendo mientras se secaba el cabello-
-Estoy bien. -Me levanté con cuídado y después entré al baño con el propósito de también tomar una ducha-
Al salir del baño, de nuevo no estaba Andy en la habitación, me coloqué mi ropa y después bajé al comedor, por lo menos el agua caliente había relajado mis músculos. Toda la familia de Andrew ya se encontraba desayunando en el comedor cuando yo bajé las escaleras.
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¡Sí, Soy Gay!
Teen FictionDesde qué Dominic Collins tenía la edad de 5 años logró darse cuenta de qué algo en él era diferente, algo qué a esa edad, no entendía muy bien qué era pero qué conforme fue creciendo lo iba descubriendo, y sus padres sospechando... Su padre siempre...