El inicio

136 37 3
                                    

¿Crees en las coincidencias?

Parece una pregunta extraña, ¿cierto?

Yo tampoco lo había considerado mucho hasta entonces, pero hay varias cosas que ahora debo explicar:

Esta semana se cumple un año desde que mi hijo Lucas desapareció. Nunca hubo ninguna pista para realizar una investigación, no se descubrieron ningún tipo de restos, tampoco un cartel que hablara sobre el rescate y ni siquiera hubo una pizca de evidencia que sirviera para respaldar las teorías estandarizadas sobre secuestro u otro acto criminal.

A parte de su ausencia misma, toda la situación se veía impresionantemente limpia.

A tan solo dieciséis años de edad, Lucas había desaparecido misteriosamente, sin dejar rastros ni pistas, pero Lucas nunca fue un chico que soliese escapar de casa, ni mucho menos desaparecer.

Ahora me atrevo a utilizar ese funesto "fue" con seguridad.

Cuando Lucas desapareció nos dejó a todos en un estado de ansiedad perpetua. El limbo monstruoso de la incertidumbre.

Cada llamada telefónica era una aguja caliente que se presionada contra nuestra piel y cada reportaje que se transmitía sobre ese "pobre chico que permanecía desaparecido y presuntamente muerto" se sentía como sofocar nuestras gargantas con agua hirviendo.

El no saber, esa es la tortura real. Hasta ayer. Y sinceramente no lo podía creer.

Hasta ayer, cuando recibí un correo de un remitente que desconocía totalmente. Un correo que declaraba contener la verdad de lo que le pasó a Lucas aquél terrible día.

Culpa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora