Donde la hija de Poseidón recibe una carta para estudiar en Hogwarts, escuela de magia y hechicería.
o
donde James Sirius Potter intenta conquistar el corazón de nuestra pelirroja, tal y como lo hizo su abuelo.
La Heroína del Olimpo deberá oculta...
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» Percy Jackson «
Colgué el mensaje iris de Quirón, tras convencerle de que estaba bien, cosa que realmente no era así. Estaba más blanca que el papel, sin saber que hacer o decir. Guerra, otra guerra. No habíamos perdido suficiente gente ya. No sabía cómo reaccionar a eso. Sólo comencé a llorar, intentando descargar la presión que sentía en el pecho. La ropa comenzó a pegarse a mi cuerpo y mi alrededor se volvió pesado.
¿Charles y Silena habían muerto en vano? ¿no conseguimos impedir otra batalla? Era algunas de las muchas preguntas que rondaban por mi cabeza. Sabía que no servía de nada dejar que las lágrimas fluyesen, pero no podía pararlas, era inútil. Decidí que lo mejor sería tumbarme, aún sabiendo que sería incapaz de dormir. Me tumbé, temblando, a pesar de haber vivido esto muchas veces, jamás te acostumbras. Es el sentimiento más horrible del universo. Sabes que va a morir gente porque tienen que hacerlo. Pero no puedes evitar pensar en quienes, cuando, por qué y qué ocurriría si los salvases. O si los hubiese salvado a ellos.
No hice uso de las mantas, ya que mi cuerpo sudado por el estrés no ayudaría. Miré el techo fijamente.
- Splendida Caelum- murmuré, agitando la varita en forma de "b" invertida. Las hijas de Hecate usaban este hechizo para conjurar el interior de la cabaña de los hijos de Nyx, la diosa de la noche. Hacía aparecer estrellas allá donde quisieses. El techo se iluminó con ellas, pequeñas motitas de luz simulando ser estrellas.
Las observaba mientras pensaba, y, mis suposiciones fueron correctas, no fui capaz de pegar ojo en toda la noche. Tenía las ojeras un poco hinchadas debido al constante brote de las lágrimas que, por suerte, habían parado de salir. Intenté taparlas con un poco de corrector que Piper me había obsequiado por mi cumpleaños, lo cuál tampoco conseguí hacer. Mis andares eran pesados y el cuerpo me dolía horrores.
Con el uniforme de Slytherin ya puesto, me dirigí hacia la sala común. Allí, me senté en una esquina cercana a la chimenea y abracé mis rodillas, intentando ocultar mi cara.
- ¿Percy?- preguntó una voz- ¿te encuentras bien?
- Si Axel, gracias por preocuparte- respondí con una sonrisa falsa.
- ¡Por Dumbeldore y toda su familia!, ¡me has asustado, pareces un zombie!- gritó Theo nada más bajar las escaleras. Alzó su mano a la frente, para después bajarla al pecho y extenderla hacia ambos lados, formando así una cruz. Finalizó besando su mano, como si estuviese rezando a cualquier dios para liberar todo mi cuerpo de malos espíritus. Era gracioso desde cierto punto de vista, teniendo en cuenta su cara de espanto y horror.
