"Nadie salva a nadie, pero nadie se salva solo."
ConradoUn sudor frío empapa mi cuerpo y las sábanas se me pegan a la piel. Inhalo y me quedo con la mirada fija en la oscuridad de mi cuarto. El oxígeno no llega a mis pulmones, siento que me asfixio.
Los recuerdos son tan abrumadores, mi corazón late más rápido de lo normal y la desesperación no tarda en llegar.
Ella estaba allí, con su sonrisa tan calida, la misma sonrisa que se hacía presente en su rostro cuando me observaba de pequeño.Dentro de mi sueño, sus ojos transmitían paz, pero en unos instantes su mirada reflejaba el horror.
Y de pronto sus ojos marrones, los mismo ojos llenos de amor que me vieron crecer, que siempre brillaron, se apagaron y en su mirada quedó la expresión del terror que sintió antes de morir.Desde que tengo 10 sueño con ella, con mamá.
Los sueños siempre son iguales, ella está en la biblioteca de nuestra casa sentada en un sillón cerca de la ventana con su libro favorito en la mano. La puerta se abre con brusquedad y entra papá, la expresión en su rostro muestra que tan enfadado está.
Cuando mamá escucha el estruendo que hace la puerta al cerrarse se sobresalta y luego sonríe, entre risas le dice a mi padre que le pego un susto de muerte, pero las risas se apagan cuando ve la expresión de él. Su rostro se transforma y asustada le pregunta que sucede, él se mete una mano en el bolsillo y le dice que ya sabe sobre su traición. Mamá con confusión le pregunta de que está hablando, pero papá se pone como loco y empieza a gritar, en un movimiento rápido que mamá no ve venir él saca un arma de la cintura de su pantalón de vestir. Ella no sabe que hacer, y le pide que se tranquilice, en sus ojos se refleja el terror que está viviendo. Pero él no la escucha y empieza a gritar más fuerte, le reprocha por un engaño y le dice que es una zorra.
Mi yo de 10 años está aterrado y se encuentra detrás de la puerta, observa a sus padres por el espacio que queda entre la puerta mal cerrada y el marco de ésta. Solo ve las figuras de sus padres, porque el sol está cayendo.
Se acerca la noche y las luces de la biblioteca están apagadas.
Solo pasaron unos minutos desde que su padre sacó el arma, y solo pasan unos segundos más cuando escucha el click cuando le saca el seguro y dispara.
Él no para de temblar y ve como su madre cae al suelo.
Por la ventana se ve el último tramo del atardecer, y sale la luna dándole la bienvenida a la noche.
El cuerpo de su madre deja ir a la vida, y le da la bienvenida a la muerte.
Desde que ocurrió ese hecho siempre tengo el mismo sueño, el cuerpo despojado de vida de mi mamá en el suelo de la biblioteca, sus ojos abiertos mirándome y en el medio de la frente un punto del que poco a poco comienza a salir un hilo de sangre.
Cuando era pequeño me despertaba llorando, pidiendo a gritos que me devuelvan a mi mamá.
Al ir creciendo el llanto se fue transformando en ataques de pánico, el oxigeno no llegaba a mis pulmones y se me dificultaba respirar.
La relación con mi padre también fue cambiando, el miedo que sentía hacia él se transformo en odio y empecé a enfrentarlo, le reprochaba lo que había sucedido con mi madre.
Al principio las respuestas que obtenía de su parte eran la indiferencia, pero cuando las preguntas de mi parte eran más insistentes, la respuestas que obtuve fueron en forma de golpes por su parte, descargaba en mí todo el dolor que le había causado la traición por parte de mi mamá.
El padre amoroso que había tenia antes de lo sucedido se había transformado en un monstruo.
Las malas influencias que tenía en la escuela me condujeron a las drogas, primero fue marihuana, me tranquilizaba y por las noches ya no soñaba con mamá. Pero llegó un punto que ya no era suficiente con fumar, y ahí fue cuando empecé con las drogas más duras.
Ese fue mi final, mi estado de salud era lamentable, la ropa me quedaba holgada y las bolsas oscuras debajo de mis ojos nunca desaparecían. Por las noches ya no soñaba con mamá, pero tampoco dormía.
La gente cercana a mi padre empezó a preguntarse que pasaba conmigo, le preguntaban a mi padre por mi estado de salud y mostraban su preocupación por mi aspecto.
Tuve que tocar fondo para que él me prestara atención, a los 17 años me mando a un centro de rehabilitación para jóvenes.
Ese fue el único gesto de preocupación que recibí por su parte en 7 años.
~*~Rebecca
La música fluye por mis oídos y mi cabeza está sumergida en alguno de mis mundos creativos, sin pensarlo muevo mi mano con un lápiz entre los dedos sobre la hoja en blanco.
Trazo líneas sin ningún sentido hasta completar toda la superficie. Luego elijo los colores y empiezo a llenar los espacios vacíos que quedaron entre las líneas.
La hoja blanca empieza a tener vida por los colores vibrantes y llamativos que elegí.
La vibración de mi celular por la llegada de un mensaje me saca de la pequeña burbuja que había creado.
Desbloqueo el celular y veo el mensaje que me mandó mi mejor amiga.
Sophi
"Esta noche hay una fiesta, vamos a ir no?"No tardo mucho en responderle:
"Por supuesto, ya me estaba quedando sin material de arte"
Y acompaño mi mensaje con el emoji que esta guiñando un ojo.
Dejo el celular arriba de mi escritorio y observo mi habitación, la misma que he tenido durante toda mi vida, y la que sé que voy a extrañar cuando llegue el momento de independizarme.
Las paredes de mi habitación están repletas de dibujos que he hecho en los últimos años, todos son muy diferentes, pero todos contienen un poquito de mi.
Las paredes siempre mostraron mis estados de animo.
Desde que soy muy pequeña el arte es una parte muy importante en mi vida, no puedo imaginar mi vida sin al menos una hoja y un lápiz en mi mano.
Cuando estoy dibujando me desconecto totalmente del mundo, y creo mis propios mundos en donde todo lo imposible es posible. En el mundo del arte todo es válido.
Salgo de mis pensamientos y me dispongo a elegir la ropa que voy a usar esta noche.
Dejo a arriba de mi cama un short negro junto a un top rosa. No es muy difícil elegir la ropa cuando se a que tipo de fiestas me lleva mi amiga, por lo general todas son clandestinas y se celebran en la casa de algún pobre desgraciado que al otro día cuando se despierta tiene borrachos durmiendo en su jardín.
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Conrado
Teen FictionCon la magia que generás, se vuelve tan fácil quererte. Abrazas mi locura y me transmitís paz