Mayo, 1984
- Estoy muriendo, estoy muriendo.-gritaba Boris mientras bajaba las escaleras de dos en dos.
Jessica tomaba agua en la cocina y por poco se le cae el vaso de la impresión al escuchar los alaridos de su esposo.
+ Por dios, Boris. Tus ataques de pánico están siendo mas frecuentes de lo debido, debes volver a medicarte.
- No quiero tener la mente embotada por la química cuando soy el único que ve las cosas exactamente como son, ¿dónde está el maldito vodka?
+ Mañana por la mañana tengo que visitar a unos clientes, son las 4 de la madrugada.
- Clientes, sí. Banqueros ricos que te contratan para diseñar su apartamento chic, para llenarlo de falso arte y caras posesiones con el único fin de alardear de su dinero y sentirse en el máximo 1 por ciento de esta nación moralista, violenta, llena de prejuicios, analfabeta y sexualmente reprimida.
+ Por favor, necesito dormir. ¿No puedes ahorrarme ese resentido discurso?
- Soy un hombre de visión amplísima, rodeado de un montón de gusanos.
+ ¿Y yo qué? ¿soy un gusano para ti? ¿nuestro futuro hijo será un gusano también?
- Admitamoslo Jessica, nuestro matrimonio nunca fue un camino de rosas y botánicamente hablando, tú eres una carroñera atrapa moscas.
+ Tú eres un hombre muy difícil para convivir.
- ¿Y por eso tuviste un amorío?
+ Yo no tuve un amorío, fue un breve interludio de infidelidad que ocurrió hace años y tu aún no haz podido olvidarlo.
Boris hace una pausa para respirar hondo.
- Ahora lo veo todo muy claro. Sí, muy claro. Nuestro matrimonio fue un completo error.
+ ¿Qué quieres decir?
- Eres brillante, y yo quería alguien con quien hablar. Te encantaba la música clásica, te encantaba el arte, te encantaba la literatura, te encantaba el sexo, te encantaba yo.
+ Parece que me estás halagando.
- Sí, exacto. Ese es el problema, era lógico, tenía sentido. Teníamos sentido.
+ No sé que lo estropeó. Si lo analizas, hay tantos lazos fuertes entre nosotros dos...
- Nuestros lazos nunca fueron reales. Pero la vida sí lo es.
Boris dejó caer su copa al suelo y se lanzó por la ventana.
Junio, 1985
Era el aniversario de su divorcio, su primer y único divorcio. Ser humano es un estado que siempre requerirá un poco de anestesia. Boris había terminado su segunda botella y bajó las escaleras esta vez una por una, Boris le había dejado de temer a la oscuridad solo para temerle a algo peor: la soledad. Su primer intento de quitarse la vida fue totalmente descartado gracias a un fuerte toldo que resistió su caída y lo único que ganó fue un ligero cojeo en su pierna izquierda. Al reparar que no tenía más vodka le pareció entender algo que siempre había sido indescifrable para él, no dudó y se estrelló contra su ventana, esperando un golpe seco que le arrebate todos sus miedos.
Boris aterrizó sobre una mujer que paseaba a su perro. Ella se fracturó la pierna, él salió ileso.
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+ ¿No se da cuenta de que las consecuencias de sus acciones impactan en la vida de las demás pers...
- No me sermonee.
+ No, no me interrumpa y si se hubiera matado, piénselo muy bien, si usted hubiera desaparecido de la faz de la tierra tenga por seguro que habría un cambio, cualquier tipo de alteración ya sea menor o terrible y señor...
- Boris.
+ Boris, no podemos arriesgarnos a un cambio de los terribles.
Boris reparó un poco en la mujer.
- Ah, ya sé a que me recuerda.
+ ¿De qué esta hablando?
- ¿Qué tal si todas las aspiraciones y nuevos propósitos de Dylan no hubieran impedido que él dejara el irresponsable hábito de fumar en la cama?, ¿sería justo que todo el hotel Valmont se incendie únicamente por culpa de su negligencia? Probablemente usted esté repudiando al ficticio Dylan y rindiéndole respetos a los ficticios familiares de los ficticios inquilinos del ficticio hotel Valmont. Pero sin duda, siempre habrá un Dylan que sobreviva al incendio y que vivo y coleando le cuente este relato a alguien como yo. Yo no veo ningún tipo de cambio o impacto en Dylan, solo veo a alguien con una buena anécdota para contar.
+ Usted no entendió nada de lo que dije y por lo que se ve, tiene una visión muy negativa de la raza humana.
- ¿La raza humana? Han tenido que instalar retretes automáticos en las estaciones de tren porque no puedes confiar en que la gente tire de la cadena, ¡incapaces de tirar de la cadena!
+ Yo creo que el horario de visitas ha terminado.
- ¿Pero es que ya me echas? ¿Enserio?
+ Sí, por supuesto.
- Bien, escuche. Le aseguro que siento muchísimo todo lo que le he causado. ¿Hay algo que pueda hacer para compensarla?, ¿quiere que le traiga algo?
Ella mira a Boris caminar hacia la puerta sin dejar de mirarla, nota una leve cojera en la pierna izquierda.
+ Si vuelve a caminar, invíteme a cenar.
Boris sonríe.
- ¿A qué se dedica?
+ Soy vidente.
- ¿Está usted siendo sarcástica?
+ Para nada, nací con el extraño don de ver el futuro.
- Si usted puede ver el futuro, ¿cómo no supo que yo iba a saltar y aterrizar sobre usted?
Hay un silencio profundo y extrañamente cómodo.
+ Tal vez lo sabía.
Boris nunca sabría si la tercera realmente es la vencida.