¡Hey, i love your music! [creek]

Cap.-OO1

Se encontraba sentado en el asiento de atrás en el auto, mirando con poco interés hacia la ventana, llevaba puesto un singular gorro azul con un toque llamativo, que consistía en un pompón amarillo; algunos de sus cabellos azabachosos sobresalian libremente de la prenda, realmente amaba usar ese gorro era tan importante para el aunque no le permitían usarlo en en el escenario y eso le disgustaba rotundamente pero su "jefe" era del carajo, molesto como una mosca en la comida.

-Maldito idiota... -susurró con molestia, así, entre cerrando sus ojos imaginándose golpeando al gordo en su puta cara y mostrándole su seña favorita, riendo ultimo ante ello.

-Ja ja, parece que te diviertes "Astronaut", ¿en qué piensas?.-hablo con gracia y término preguntando entre risa el "dichoso" conductor, quien disponía de una cabellera rubia tipo anaranjada y unos violetas ojos.

-Solo de ese gordo de mierda, me tiene vuelto loco, en serio no se porqué se cree el jefe y que debe controlar todo, especialmente con sus estúpidos chantajes.-se quejó mientras tenía su mano puesta en el puente de su nariz intentando razonarse así mismo, solo eso provocó más la risa del conductor rubio.

-Porqué, es Cartman amigo, es un manipulador y chantajista, todo lo que se propone a hacer o conseguir siempre tiene un plan entre manos; pero que importa ahora, mirate eres un éxito.-hablo con obviedad y odio irrefutable hacia a ese asco de persona, miro al espejo retrovisor observando orgullosamente al azabache quien aunque es siempre inexpresivo ante todo no pudo contener una media sonrisa que se escapo entre el lado de sus labios, con esto el rubio acomodó el espejo del auto hacia el azabache mostrándole lo grandioso que ahora era.

-Oh..gracias Kenny, vaya parece que juntarte más con butters te hizo más sincero con tus palabras de apoyo y más amable conmigo.-Sonrio levemente con cierta picardía y arqueando la ceja, asi acabando con la paz de Kenny quien se sobresalto disgustado por lo dicho proveniente del chullo azul.

-¡Hey!, Callate idiota, y de-dejame conducir en paz quieres.-bufo molesto y sonrojado escondiéndose en su preferida chaqueta naranja, sosteniendo el volante firme, también aprovechando a reacomodar el espejo que había movido anteriormente por el alentador momento.

El joven gorro azul solo se le escapó una risa por la chistosa reacción del contrario, así sintiéndose ganador, sabia perfectamente que el talón de aquiles de su amigo era hablar de Butters, la pareja de este. Miro nuevamente hacia la ventana ahora con un poco más de interés, ahora el cielo se encontraba repleto de hermosas estrellas brillantes que adornaban la penumbra de aquella noche junto ala albina luna, simplemente la escena era fascinante, lo tenia internamente maravillado.

Al estar tan absortó en ello no se había dado cuenta que ya estaba frente a su casa, salio del auto y se despidió de su amigo de ojos violetas, quien imitó la misma acción de este solo que con una amable sonrisa, volviendo nuevamente a seguir su camino con el auto. El lugar donde vivía era grande, claro después de estar 3 años en el mundo de la musica había ganado muy buenas ganancias los últimos años, dándole una mejor cálidad de vida económica a su familia, su padre aún trabajaba ya que no le gustaba dejar de ser productivo en la familia, técnicamente ambos eran el sustento de la casa.

Al entrar, su madre lo recibió con los brazos abiertos como de costumbre, besándole en las mejillas manchandolas de su lápiz labial rojizo, el solo hizo una mueca digustada ante las muestras exageradas de amor de su madre, intento con toda su voluntad zafarse de los brazos de progenitora sin tener resultado al final, a pesar de tener 18 años su madre lo trataba como si aun fuese aquel pequeño niño que corría en el parque jugando con su cobaya mascota llamada Stripe, que lamentablemente falleció hace unos cuantos años; finalmente lo soltó avisándole enseguida que la cena estaba lista, el azabache solo asintió para luego caminar hacia las escaleras para cambiarse de ropa y sin olvidar lavarse las marcas del labial de su madre en el rostro.