Las espadas de madera cambiaron por navajas verdaderas.
Las bombitas de agua cambiaron por balas de plomo.
Las golosinas cambiaron por drogas.
El agua cambio por el alcohol.
Los juegos cambiaron por los robos.
El amor cambio por el sexo.
La confianza cambio por la traición.
Y la inocencia se perdió en esa primera seca, de esas ricas flores.