Falling Skies de amor (Connor Jessup/Ben Mason y tú)

Capítulo 3 - El santuario (Parte 2)

(NARRA BEN)

Si Lourdes no hubiera aparecido, quien sabe qué estaríamos haciendo Mack y yo ahorita.

-Vayámonos Ben, tenemos que ayudarle a Scott- dijo mientras tomaba mi mano.

-Bien- dije mientras giraba mi cabeza hacia otro lado, ya que me sonrojé. Esperen..... ¿Mack hizo que me sonrojara? Vamos Ben... Respira. Caminamos por los pasillos, hacia el salón donde estaba Scott.

-Hola Scott- saludó ella alegremente, mostrando una hermosa sonrisa.

-Hola chicos. Todo está listo, espero que con esto las podríamos ahuyentar- dijo y siguió con el radio.

***

Las chinches ya estaban atacando, por lo que Mack y yo tendríamos que poner los cables de corriente en el poste de la bandera.

(NARRA KENZIE)

-¿Lista?- preguntó Ben, por lo que asentí rápidamente y sin darnos cuenta, nos tomamos de la mano. Lo miré y sonrió, acto que repetí.

-Uno... dos... tres- ambos contamos y corrimos hacia el poste de la bandera. Conectamos los cables e instantáneamente, un chillido atacó nuestros oídos. Pronto llegaron Tom y Maggie, quienes nos abrazaron. El chillido duró poco más de un minuto, lo que significaba un minuto de sufrimiento. No podía escuchar nada, pero sentí que esas cosas se estaban alejando. Después de unos segundos, solté el aire que estaba reteniendo en mis pulmones sin darme cuenta.

De lo que tampoco me di cuenta, era de que Ben y yo aún seguíamos tomados de la mano, aunque fuera casi imposible.

-Lo logramos Ben...- susurré y sonreí. De pronto, todos comenzaron a aplaudir, pero no les hicimos caso. En ese momento sólo existíamos él y yo; nos levantamos y nos abrazamos felizmente.

-Emmm, Mack.... Ben... sus púas... están brillando- dijo Maggie confundida.

-Conexión...- susurró Ben.

-Especial...- terminé yo.

***

Una vez que llegamos al santuario, entré en mi habitación. Escuché unos pequeños golpes en la puerta. Era Ben.

-Pasa- dije sin moverme.

-Emm, hola... quería hablar...-

-De lo que pasó esta mañana, ¿cierto?- lo interrumpí y asintió rápidamente.

-Es lo mismo que pasó cuando ibas a revisarme las púas, pero... pues... tú sabes...- me sonrojé levemente al recordar eso.

-Nunca había sentido eso... con nadie- dijo Ben y se acercó. Su respiración mezclándose con la mía, nuestras narices rosándose, parecía que sería el beso perfecto.

Pero claro, como siempre, alguien tiene que interrumpir.

-¡Karen desapareció! ¡Karen desapareció!- llegó Hal gritando como loco, haciendo que nos separáramos instantáneamente.

-¿Quién es Karen?- pregunté.

-La chica que casi matas el otro día- dijo nuevamente desesperado.

-Pues, ¿qué esperamos? Hay que ir a buscarla- dije y tomé mi arma, por si algo malo pasaba. Caminé rápidamente y nos separamos: Ben se fue con Hal y yo me fui con Maggie.

-Se ve que no estás muy emocionada por ir a buscar a esa tipa- le comenté a mi hermana, ya que tenía una cara de pocos amigos.

-Y tú tampoco, ya sabes, por el incidente de aquel día- reí bajo, acción que mi hermana repitió.

***

-Hal... Kenzie... despierten...- nos despertó Mike.

-¿Qué pasa?- susurré.

-He encontrado algo: Clayton cambia a los niños con los skitters, a cambio de que no ataquen a su gente-

-Tenemos que sacar a los niños de aquí- susurró Hal.

(NARRA BEN)

-Tenemos que sacar a los niños de aquí- susurró mi hermano. Porque sí, los estaba espiando. Entré en la habitación, asustando a todos.

-Yo le avisaré a papá- susurré.

-No puedes ir solo... te matarán si te ven...- susurró Hal.

-Yo iré con él... le enseñaré a controlar sus poderes- susurró Mack, yo sólo asentí y salimos del lugar.

-¿Cuáles poderes tengo?- pregunté curioso.

-Las púas te dan poderes especiales: puedes saltar desde un tejado sin quebrarte hueso alguno, tienes telequinesis, puedes escuchar lo que las chinches dicen, corres más rápido que un deportista profesional, tienes súper fuerza, cosas así- me explicó.

-Bien, tenemos que correr de aquí para llegar con papá- susurré.

-Cuando diga, salimos, ¿vale?- asentí- espera... ahora- y comenzamos a correr. Sentía la adrenalina al máximo, el viento golpear mi cara, y la mano de ella sobre la mía. Esperen, ¿cuándo me tomó de la mano? Bien, podría acostumbrarme a ello; es decir, su piel era tan suave y delicada, podría tocarla por horas.

Corrimos hasta internarnos en el bosque. Nos detuvimos un poco.

-Eso fue increíble- dije tratando de recuperar el aliento.

-Lo sé... ahora vamos, que no tenemos tiempo que perder- sonrió y le devolví la sonrisa.

-¿Por qué siempre entrelazamos nuestras manos?- preguntó, de nuevo, con las manos entrelazadas.

-No lo sé, pero podría acostumbrarme, claro, si tú quieres- dije y comenzamos a caminar.

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Lo sé, merezco que me fusilen y peor que Clayton, pero es que con mi inteligencia se me olvidó la contraseña (merezco un premio por mi inteligencia extrema) y cuando quería subir capítulo, el internet se iba :'(