Capítulo 1

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 Ser yo: estudiante de primer año de la universidad, con 19 años, esto sucedió hace 10 años.

Tuve este amigo que consideraba mi hermano durante la escuela secundaria, su nombre era Pete, éramos amigos, pero no exactamente bros, era un tipo genial, y creo que fui genial para él. Resulta que aplicamos en la misma universidad, íbamos a las mismas clases, prácticamente pasando todo nuestro tiempo juntos.

Lejos de tu familia, con tu vida secundaria atrás, las cosas pueden ponerse agitadas.

Sí, eres un adolescente cachondo sin problemas reales que tratar, pero aún necesitas un amigo del que puedas depender y éramos ese tipo de amigos el uno para el otro.

Después de un par de meses.

Segundo semestre, comenzamos a tomar esta nueva clase y está, esta chica de nuestra clase, no solo nosotros, sino que cada jodido ser humano con una polla que funcione en todo el campus está perdiendo la cabeza por ella.

Chicas normales, heterosexuales, están listas para convertirse en lesbianas solo para ella, quiero decir...Hombre...Wow...Esto es ¿un ángel? ¿Un rayo de luz? ¿deus ex machina descendiendo del cielo? No tengo ni puta idea.

Un valor superior a 10 es una medida que se aplica a nosotros meros mortales, su belleza no se puede calcular ni abstraer adecuadamente con números y mirarla es como algo que no deberías hacer, no porque sea espeluznante o socialmente incómodo o alguna otra mierda, es porque sientes que no eres digno, no para ella, no lo eres.

Pero estábamos buscando pareja, resulta que primero la vimos prácticamente al mismo tiempo y queríamos señalarla entre sí, pero no podíamos quitarle los ojos de encima.

Entonces nos sentamos en una clase económica pésima o lo que sea y balbuceábamos sobre ella durante media hora, antes de susurrar... "amigo...A la mierda...".

Y le tomó a Pete unos 6 minutos enteros antes de que pudiera simplemente decir "si". Allí estaba ella, esta mujer de un metro 75 con cabello castaño ondulado largo y ojos verde esmeralda para morirse y bastante seguro, para matar.

Sentada a solo un par de metros de nosotros, si, entonces... "a la mierda" fue la respuesta correcta en esa situación.

Después de la clase, hasta este día, no puedo recordar de qué demonios fue, pero ya estábamos orbitando alrededor de ella como unos pésimos asteroides atrapados en un enorme agujero negro, arrastrándonos cada vez más cerca de ella mientras ella nos absorbía, chocando entre nosotros y caminando como si estuviéramos borrachos y fuera de nuestra mente.

No sé lo que era, tal vez se dio cuenta de que la estábamos siguiendo como pervertidos o tal vez era algo más, a mitad de camino a la cafetería, ella se detuvo y volteó hacia nosotros, nos tropezamos cómicamente y nos detuvimos también, pero su belleza fue tan milagrosa que olvidamos mirar en otro lado.

Recuerdo su mirada... era como si la parte posterior de nuestras cabezas explotaran y los cerebros salpicaran por todo el pasillo, esos ojos verdes, hombre... Y ella sonrió, ella jodidamente sonrió.

Si no fuéramos hombres sanos y aptos en su mejor momento, habríamos muerto de un ataque al corazón en ese momento no podíamos respirar, era tan hermosa, entonces ahí estábamos, todavía mirándola, con los ojos y la boca bien abiertos.

En ese momento nuestro coeficiente intelectual era bajo, muy bajo, 2 dígitos, y allí estaba ella, en toda su gloria, como dije, un metro 75, cabello castaño largo y ondulado, ojos verdes esmeralda, piernas curvas y atléticas largas, ya sabes, más delgado en las rodillas, músculos bien definidos en las pantorrillas y los muslos suaves pero rígidos, sus tobillos eran tan elegantes, pero sus tendones estaban torcidos...Como si fuera una gacela salvaje lista para salir en un momento dado, su trasero...No puedo llamarlo un trasero, no el de ella.

La balada de EilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora