|| Regla de Dioses|| TaeKook

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"Ya llegó Kim Taehyung, heredo de la corporación Zhera, y se dirige hacia la alfombra negra para tomarse fotos. En el evento de hoy está usando lo que parece ser un traje de Gucci en color gris"

Narra Jungkook

-Otro evento más al que asiste Taehyung y me deja enamorado. ¿A qué olerá?, creo que a vainilla. - comento sin apartar la mirada de una él.

- No lo sé, pero a vainilla no, seguro debe oler a margaritas. - responde Yugyeom prestando más atención a la bolsa de papas fritas, que al televisor.

-Margaritas es el de Bambam y estamos hablando de Taehyung. T A E H Y U N G- deletreo su nombre.

-Si... definitivamente Bambam debe oler a eso, pero nunca lo sabré- se recuesta en el sillón dramáticamente, mirando el techo y pensando en una utopía donde Bambam le pida la mano en matrimonio seguramente.

- Toda una reina del drama saliste Yuyu. - aclaro riéndome. - Uuuy hablando de dramáticas, apareció Bam. - y señalo la pantalla.

- Córrete estúpida que el rey llego. - dice para después tirarme del sillón.

Y así nos pasamos el resto de la noche, gritando y peleando sobre quien de los dos era más lindo.

Cuando conocí a Taehyung, gracias a uno de sus videoclips que me mostró Hoseok, nunca pensé que iba a quedar tan atrapado por él. Es como si me hubiera hechizado y no pudiera pensar en otra persona que no sea él. Tal vez me hizo un amarre. Un bello amarre.

Todo comienza a la tierna pero caótica edad de los 14, tiempo en el que te comienzas a cuestionar cosas que dabas por naturales y buscas tu verdadera personalidad. Y allí es cuando aparecen los idols. ¿Es raro que cuando más los necesitemos hagan uso de su presencia? Lo dudo. Son el salvavidas que, a veces, en las familias o grupos de amigos, no encontramos. Sin darte cuenta, se vuelven personas en las que te refugias durante ese periodo de angustia y autodescubrimiento, porque con sus canciones y vivencias vas formando una identidad nueva, o puliendo la anterior. Incluso entiendes la frase "No estas solo", al pasar todos por la misma situación desesperante. Claro que este proceso de destapar el nuevo mundo que se abre paso frente a ti conlleva que nos pasemos horas frente a la computadora buscando cada noticia, video, información que nos acerque más a ellos y a su vida privada, o lo que dejan ver de ella. Cada cosa que digan nos llena el corazón porque nos sentimos comprendidos. Y también esto abre las típicas peleas con la tus padres donde cuestionan el por que estas tan interesado en alguien que no te conoce, cuando tenes que estudiar o trabajar. Pero no los puedo culpar mucho, son diferentes generaciones. Diferentes perspectivas y problemas internos que afrontar.

Sin embargo, pocas veces me preocupo eso, porque sabia que era lo que me hacia bien y uno siempre apunta a esa zona de confort.

Ahora con 24 años, sigo encontrando ese sentimiento cálido y de bienestar en Kim Taehyung. Verlo cantar, bailar, actuar, brillar como el sabe, me hace sentir acompañado. Me da las fuerzas que necesito para seguir mi camino. Me brinda ese apoyo incondicional que busco.

No me imagino una vida sin él, sin levantarme feliz porque subió un video nuevo; sin sus dramas que te hacen llorar y reír en todo momento; sin su voz melodiosa y tranquilizante que me da cuenta que a veces la vida no es tan deprimente como la vemos.

Definitivamente sin el no quiero vivir. Es mi fuerza invisible.

Creo que me quede divagando mucho con mis pensamientos, porque el ruido de la lata de coca cola cayendo, hizo que salte del asiento por el susto.