༻ Primera parte༺

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Una ves más corría con todas mis fuerzas hacía aquel bosque, realmente no era porque sucediera algo malo pero lo necesitaba. Iba todos los días al mismo lugar, sentía que ahí podía despojarme de todo mis malestares que últimamente me estaban sacando de mis estribos. Era desesperante por lo que no dudé ni un segundo para decidir en ir otro día más.

La ventaja de vivir en un campo era estar rodeado solamente de naturaleza. Es decir, árboles, flores, insectos y animales. El clima era más frío que caluroso pero no me quejaba, me gustaba sentir la helada. Y ésto era aún mejor estando de noche. Las estrellas suelen rodear todo el cielo de una manera muy hermosa...y no nos olvidemos de la luna, resaltaba gracias a lo grande y resplandeciente que podía ser y por supuesto, también lo más majestuoso que tus ojos pueden apreciar en plena obscuridad.

A diferencias de otros días, hoy no se escuchaba ningún ruido de algún insecto o animal. Solamente se podía presenciar el viento que provocaba que las hojas de los árboles se movieran de un lugar a otro tomando su propio rumbo. Eso causó que una ladina sonrisa se formará en mis labios. Una de las ventajas que había en venir aquí a plena madrugada era que mientras todos dormían, yo disfrutaba del exquisito paisaje que nos brindaba la madre naturaleza. Caminar casi a las cinco de la mañana era algo arriesgado, eso no puedo negarlo porque nunca faltan las personas con malas intenciones y ni idea lo que pueden hacerte. Pero ese era uno de los defecto que yo tenía, no tomaba en cuenta las palabras de los demás.

Aunque cabe recalcar que no viven demasiadas personas tampoco. Se podían contar con los dedos de las manos las viviendas que habían a los alrededores. Además no vivíamos todos juntos, para encontrarte con tu "vecino" debías caminar un buen resto, por lo que ser solitarios aquí se daba muy bien.

Recuerdo que cuándo tenía como unos diez años jugaba con otros niños a las escondidas hasta que se oscurecía. Lo que más permanecía en mi mente es que una anciana se nos acercó...en ese entonces todos les temíamos porque se decía que era una bruja, claro. Admito que era una total estupidez de mi parte haber creído algo como eso. Pero a esa edad uno puede ser demasiado inocente y muy ingenuo. En fin, ella nos había contado que era muy peligroso quedarse por bastante tiempo rondando por aquí ya que hay una supuesta hora dónde salían seres del más allá y si te encontraban podía ser realmente peligroso o también puede que no, eso podía depender, pero no todos tenían esa suerte con encontrarse con un ser bueno. Obviamente nos echamos a reír, fue inevitable no burlarse de ella y dimos por hecho que estaba loca.

Pero no sabía cuánta razón podía tener esa anciana. Y lo estúpido que fuí por no tomarla enserio o al menos considerar un poco sus palabras...mejor dicho, advertencia.

Hasta el día de hoy ella rondaba por mí mente y a pesar que yo la haya encontrado absolutamente mal de la cabeza me preguntaba el porqué lo había dicho. Pensaba en dos opciones: Quería asustarnos o realmente estaba con problemas mentales.

Le reste importancia una vez que me adentré más en el bosque, no solía llegar tan lejos pero no me importó mucho, de todas formas caminar un poco más no iba hacer mal. Maldita sea Jaebeom nunca tienes tus límites, ¿Verdad? Siempre fuí de está manera, hacía lo que los demás consideraban que era arriesgado. Me encantaba sentir ese miedo y adrenalina en el cuerpo. Aunque bueno...tampoco tomé todo ese tema muy en serio.

Las ramas crujían a cada paso que yo daba, decidí en detenerme cuándo en el centro del bosque no habían muchos árboles y dejaba apreciar la luna con mayor facilidad. Justamente si venía aquí era para verla, tan hermosa...que me producía múltiples de sensaciones y sentimientos a la vez que nada más me importaba. Me suelo sentir muy solitario, aún siendo un adolescente no tenía amigos como los demás, siempre lograba aislarme de alguna manera, yo en lo que era un fracaso era en socializar y bueno...mis padres también se encargan de sus trabajos que muchas veces tenían que viajar a la ciudad por ese mismo motivo, debía quedarme solo y eso me ponía triste, no tenía nadie con quién conversar ni contarle lo que me sucedía. Por eso mismo recurría a la luna, está bien que me encuentren un desquiciado, no me importa tampoco. Pero al observarla no me arreglaba los problemas o líos internos en los que necesitaba lidiar, pero me dejaba una paz que nada ni nadie más podía darme así que dejar de venir aquí era como si me dijeran que dejara de respirar. Todos de alguna manera recurrimos a los que nos hace sentir bien y ese bienestar me hacía estar aquí siempre. Así que era una estupidez dejar de hacerlo.

𝑀𝑜𝑜𝑛 || 2Jae (Two- Shot) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora